Estamos destrozados, declaró el primer
ministro Tony Blair
Tristeza y decepción entre aficionados ingleses
AGENCIAS
Londres 21 de junio. Inglaterra quedó sumida
en el dolor cuando su selección quedó eliminada por Brasil,
equipo al que nunca ha podido derrotar en mundiales.
"Esto
es una tragedia. No hay otra palabra para calificarlo" dijo una estudiante
de 19 años mientras secaba sus lágrimas con la bandera nacional.
El país se paralizó durante el partido.
Hasta 5 millones de personas abarrotaron los pubs a pri
meras horas de la mañana para ver el encuentro.
Según estimaciones del periódico Daily
Mirror más de la mitad de los 60 millones de británicos
estaban sentados frente al televisor para no perderse el llamativo juego.
Algunos grandes supermercados se proveyeron de pantallas
gigantes al suponer jugosas ganancias por la venta de cerveza, que se incrementó
ciento por ciento, así como de la demanda de snacks, preservativos
y medicamentos para el dolor de cabeza.
Las escuelas también alquilaron grandes pantallas
para que los alumnos pudieran seguir las incidencias del encuentro.
Miles de hinchas se congregaron desde la medianoche en
la Plaza Trafalgar Square de Londres y los bares estuvieron repletos de
hinchas.
Los lamentos sucedieron a los vítores a medida
que cambiaba la suerte inglesa durante el partido. La dispersión
fue rápida y silenciosa, en total ambiente de funeral. Otros prefirieron
ahogar la pena con cerveza bajo la mirada atenta de grupos de policías.
La reina Isabel II hizo parar las carreras de caballos
de Ascot, mientras el príncipe Guillermo, hijo de Carlos y la difunta
Lady Di, esperaba un triunfo como regalo de su cumpleaños 20. La
gran fiesta planeada se redujo a una breve reunión con sus allegados.
Cada quien vivió su tragedia. Un apostador de Birminghan,
cuyo nombre no se reveló, había jugado cien mil libras esterlinas
a que Inglaterra sería campeón del mundo. Fue uno de los
británicos con mayor motivo para sentirse deprimido.
El primer ministro Tony Blair declaró en Sevilla,
España: "Estamos todos destrozados, eso está claro", pero
se declaró orgulloso de los jugadores y elogió la conducta
de los aficionados que viajaron a Japón.