Su visión, mercantilista, según la investigadora Irma Ramírez
Simplistas y ofensivos, los comentarios del titular de Hacienda: académico
JOSE GALAN Y CLAUDIA HERRERA
Aunque en el país hay rezagos culturales y educativos, la descalificación de los hábitos de lectura ciudadanos por parte del secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz "es una expresión simplista y ofensiva", que niega los esfuerzos históricos del país, surgidos de la Revolución Mexicana por abatir el rezago educativo y el analfabetismo, afirmó Angel Díaz Barriga, director del Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU), de la UNAM.
El académico sostuvo que Hacienda se pone "como cuentachiles" porque le importa más la racionalidad técnica financiera "que el cumplimiento de las promesas presidenciales por hacer de México un país de lectores", o por satisfacer las necesidades del sector educativo, considerado como pieza fundamental del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006. "En el gabinete se aprecia un desorden total", agregó.
"Fue un comentario insultante, muy a la ligera, y pareciera que tenemos actualmente una clase política con una incapacidad enorme de mirar la historia de este país", dijo Díaz Barriga. "No hay conciencia de un Estado que impulsó la educación a todo lo largo del siglo XX en todos sus niveles para sacar al país del analfabetismo".
Cierto es que no hemos alcanzado el nivel óptimo, sostuvo para preguntarse: "Ƒpara qué hemos cambiado del PRI al PAN si en el fondo el modelo económico siempre va a ser el mismo? En México se votó por el cambio, pero a la mera hora las políticas económicas no cambian. Son los organismos financieros internacionales los que regulan las democracias como la nuestra. Y así lo demuestra el secretario de Hacienda".
Por otra parte, la investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional y especialista en el tema de la lectura, Irma Ramírez, consideró que las declaraciones de Gil Díaz fueron "poco reflexionadas", porque si en México, como afirma el funcionario, se leen sobre todo revistas "semipronográficas" no habría grandes escritores como los que tenemos ni un mercado editorial dedicado a la buena literatura.
La autora de investigaciones sobre la enseñanza del español y el fomento de la lectura señaló que el secretario de Hacienda hace estas aseveraciones desde una visión "mercantilista" de la lectura, sin considerar el valor pedagógico de los libros.
En opinión de la maestra en Comunicación Educativa, los servidores públicos deberían ser más cuidadosos y considerar que su investidura política los obliga a ser más responsable en el uso de la lengua.
Consideró que el gobierno en vez de preocuparse por aumentar los gravámenes, debería interesarse en formar lectores desde la niñez mediante la preparación de los maestros de prescolar y primaria para que promuevan la lectura, y la dotación de libros a salones y bibliotecas.
Señaló que si ocurriera lo que dice el funcionario, él mismo da argumentos para abaratar los libros, así como para mejorar la divulgación de los buenos escritores y de corregir las fallas en la educación básica que han impedido que los mexicanos consuman buena literatura.