COREA JAPON 2002
Miles de hinchas se apoderaron de las calles, en
inusitado júbilo
Japón enloquece con la clasificación
Ni 7 mil policías antidisturbios pudieron contener
los festejos en Osaka
DPA Y AFP
Tokio, 14 de junio. Los japoneses celebraron con
un inusitado júbilo la clasificación de su equipo a octavos
de final.
Unas
51 mil personas celebraron la victoria de 2-0 sobre Túnez en el
estadio Nacional, donde fueron instaladas pantallas gigantes.
Los aficionados, vestidos de azul y agitando banderitas,
pagaron 18.45 dólares cada una. Con el pitazo final comenzaron a
batir tambores y a quemarse fuegos artificiales al grito de "¡Banzai...
Nippon-Nippon!", formando la clásica ola humana.
Miles de hinchas, particularmente adolescentes, ganaron
las calles vestidos con la camiseta azul y cientos se subieron a sus autos
y realizaron caravanas mientras tocaban las bocinas y ondeaban estandartes.
Los noticieros televisivos dieron espacio central a los
festejos y mostraron imágenes de hinchas llorando de alegría.
Osaka, la sede del juego, parecía al borde de la
locura, a pesar de que se movilizaron 7 mil 700 agentes antidisturbios,
al igual que durante el partido Inglaterra-Nigeria, el pasado miércoles,
ante el temor de la violencia de los hooligans.
Miles de hinchas con la camiseta japonesa se reunieron
en el barrio de esparcimiento de Nanba gritando a coro "¡Nippon,
Nippon!".
"Simplemente es fantástico", exclamaba Yusuke Hayashin,
de 17 años, mojado hasta los huesos después de lanzarse desde
un puente al río Dotonbori.
"Nunca me sentí tan feliz", dijo. Una veintena
de fanáticos hizo lo mismo a pesar de las advertencias previas y
de una nutrida presencia policial.
El ambiente de fiesta inmediatamente se propagó
como chispa en un reguero de pólvora hacia otros puntos de la ciudad.
No se había informado de ninguna detención.
En todo el país los hombres de negocios abandonaron
sus trabajos más temprano para refugiarse en bares y seguir las
alternativas del partido, algo inusual en un pueblo caracterizado por una
disciplina estricta.
La fiebre del futbol ha llegado a tal punto en Japón,
que la ministra de Deportes, Atsuko Toyama, instó a la población
a mirar el cotejo en sus lugares de trabajo, algo imposible de pensar dos
semanas atrás.
Consorcios como Nissan, JAL o Bandai prepararon los salones
de conferencias y cantinas para que sus empleados se sentaran frente al
televisor.
Tal como ocurrió, pero sin éxito en Estados
Unidos 94, esta Copa del Mundo también apunta a su manera a ganar
para el futbol a dos de los pocos países que aún no sucumben
definitivamente al encanto de este deporte.