Aburrido empate a cero entre ingleses y nigerianos
Inglaterra se clasificó sin convencer
Surgieron dudas respecto al rendimiento y ambición
de los europeos
AFP Y DPA
Osaka,
Japon, 12 de junio. La selección inglesa de futbol se clasificó
hoy a octavos de final del Mundial de Corea-Japón y se ratificó
dentro del club de candidatos a quedarse con el título, pero dejó
dudas respecto a su rendimiento y sobre todo respecto a su ambición.
Los dirigidos por el sueco Sven Goran Eriksson parecieron
durante muchos pasajes conformes con el 0-0 obtenido finalmente ante la
ya eliminada Nigeria, a pesar de que ésta presentaba un equipo inexperto
que sobre el papel podría haber sido una presa fácil.
Prueba del mal juego inglés fue que sus propios
aficionados, mayoritarios en el Osaka Nagai Stadium, silbaron a su equipo
en los últimos diez minutos.
El arranque del partido dejó la impresión
de que Inglaterra no debería tener problemas frente a un equipo
nigeriano muy joven, con cinco jugadores de menos de 22 años y uno
apenas de 17. Pero los africanos, sin presiones, jugaron de igual a igual
y aportaron movilidad a un juego en general tedioso.
La mejores ocasiones de los ingleses en los primeros minutos
no llegaron por méritos propios, sino por errores del juvenil arquero
Enyeama, equivocado en las salidas y un manojo de nervios en cada balón
que le llegaba.
Nigeria respondió con picardía protagonizada
sobre todo por Akwuegbu, que se las ingeniaba para dar dolores de cabeza.
Aghahowa desperdició la ocasión más clara al minuto
30, al rematar mal un balón que soltó Seaman tras un tiro
libre de Okocha. A los 36, Seaman ahogó el grito de gol al cerrarle
muy bien el ángulo a Akwuegbu.
En las postrimerías de la primera parte aparecieron
destellos ingleses. Cada vez que se juntaban Beckham, Owen, Scholes y Heskey
creaban peligro. Una arrancada de Owen a los 34, y sobre todo un precioso
tiro de larga distancia de Scholes que dio en el palo a los 43, fueron
las opciones más claras.
En el segundo tiempo Inglaterra apretó. Owen buscó
más el balón, Beckham tomó la batuta y el equipo fue
más consistente, aunque sin crear oportunidades muy claras de gol.
Nigeria respondía con contragolpes que sólo
alcanzaban para ratificar la gran solvencia del zaguero inglés Ferdinand
en el manejo de ese tipo de situaciones.
Al minuto 78, un extraño tiro de Ashley Cole dio
en el palo y todo indicaba que el arco africano estaba cerrado.
El partido llegó al final con una Inglaterra sin
ambiciones y silbada por la tribuna. Los rojos se dedicaron a tocar atrás
en los últimos minutos para conservar el resultado, una conducta
que iban en contradicción con sus supuesta condición de candidato
a monarca.