ENTREVISTA
Casimiro Martínez, comandante de la Fuerza Naval
del Pacífico
Se prevén "alianzas mayores" con Estados Unidos
JESUS ARANDA
El comandante de la Fuerza Naval del Pacífico,
almirante Casimiro Martínez Pretelín, es claro en señalar
que se prevén "alianzas mayores" de tipo militar con Estados Unidos
en el combate al narcotráfico, la piratería y el tráfico
de indocumentados.
Y aunque reconoce que en México cuando se toca
ese tema "todo mundo se pone con los pelos de punta", subraya que "no hay
que olvidar que tenemos una vecindad y un Tratado de Libre Comercio", y
que mientras haya flujo de buques mercantes entre los puertos de ambas
naciones tiene que haber una amistad que "vaya un poquito más allá
de la mera formalidad de estrecharse las manos".
Entrevistado por La Jornada en sus oficinas de
la Fuerza Naval del Pacífico, que se ubican en Manzanillo, Colima,
el almirante, experto en seguridad nacional y ex director del Centro de
Estudios Navales de la Secretaría de Marina (Cesnav), destaca que
en la nueva etapa que vive la Armada "lo verdaderamente importante" es
que los mandos gozan de autonomía absoluta para actuar y tomar decisiones,
lo cual se aplica cotidianamente en el combate al narcotráfico.
El almirante, quien tiene bajo su mando las Fuerzas Especiales
y Fuerzas de Tarea de la Armada en todo el Pacífico, indica que
en el combate al narcotráfico se desarrolla "el juego del gato y
el ratón". Explica: los traficantes han pasado de usar transporte
terrestre al uso de lanchas rápidas, bordeando las costas nacionales,
hacia el norte del continente. También utilizan grandes buques de
carga o atuneros. Precisamente, el mayor decomiso de cocaína realizado
en el actual sexenio lo hizo hace unos meses un buque-patrulla de la Armada,
a más de 200 millas del puerto de Manzanillo, Colima, al detener
un atunero que transportaba más de nueve toneladas de cocaína.
A pesar de que evita entrar en polémica sobre la
participación de la Armada en los ejercicios navales de UNITAS y
la postura oficial en el sentido de que los marinos no requieren permiso
del Senado para que los buques salgan del país, Martínez
Pretelín deja en claro la importancia de que nuestro país
cuente con una fuerza naval que esté a la altura de las circunstancias,
lo cual exige también, dice, ciertas condiciones de operatividad.
"De risa, pensar en una marina costera"
-¿Qué
porcentaje de la Fuerza Naval del Pacífico está en altamar,
que en otras palabras sería "fuera del país", como han considerado
algunos senadores?
-Nosotros normalmente estamos fuera del país, porque
no somos una marina costera. Somos una marina de altamar. Siempre nuestras
prácticas, ejercicios, son fuera de las 12 millas de mar patrimonial;
es decir, pensar en tener una fuerza naval dentro de las 12 millas es un
sinsentido. Las patrullas oceánicas que tenemos están hechas
para perseguir a otro buque a 500 millas de aquí, porque tienen
la capacidad, están construidas para eso y tienen la autonomía
para hacerlo.
"Pensar una marina costera es un asunto de risa, porque
ningún país marítimo, ni en las peores bromas, pensaría
en tener una marina costera nada más."
-¿Qué pasaría si tuvieran que pedir
permiso cada vez que abandonan las 12 millas?
-Bueno, eso fue tratado en la comparecencia que tuvo el
señor secretario con los senadores, y creo que habló suficiente
sobre ello.
-Las mayores capturas de cocaína ?el atunero Maciel,
a principios de año, llevaba una carga de más de 9 toneladas
a bordo? se han dado en el Pacífico. ¿El nuevo esquema estructural
de la Armada ha favorecido estas detenciones?
-Sí, por supuesto, porque esto es una guerra en
la que están en juego la creatividad y la imaginación de
las dos partes. Esta es una guerra de operaciones de intersección,
y en este sentido estamos conscientes de que nos enfrentamos a un enemigo
que también piensa y sabe que nosotros pensamos. Es un juego del
gato y el ratón.
-Esta restructuración de las Fuerzas Navales (del
Golfo y del Pacífico, regiones, zonas, subsectores navales y apostaderos)
¿cómo ha influido en esta guerra?
-De una forma muy eficiente, ya que los mandos tienen
autonomía absoluta para actuar. El almirante secretario (Marco Antonio
Peyrot) nos ha dado su confianza e instruido para que la acción
se anteponga a cualquier burocracia. Y en ese sentido, como Fuerza Naval
estamos siempre en adiestramiento y listos para salir en caso de cualquier
emergencia. Lo que se privilegia en este momento es la toma de decisiones.
Eso es lo verdaderamente importante.
"No qué tan bonito esté el lugar en que
te encuentres o qué tan lustrosos tengas tus vehículos o
tus barcos. La toma de decisiones es lo que se privilegia."
-¿Antes se tenía que pedir permiso al mando
central para una operación de este tipo?
-No propiamente, pero en ocasiones ocurría que
el movimiento de los barcos obedecía a otros esquemas. De hecho,
al militar que tiene una responsabilidad se le ha reconocido por la capacidad
que tenga para tomar decisiones. Es fundamental. Se puede decir que con
eso nos ganamos el salario. Hay diferentes estilos de mando, pero en este
momento la toma de decisiones es lo que cuenta.
"Si tenemos una alerta, la salida del buque es inmediata,
así como del avión o del helicóptero, según
el caso."
-¿Qué tan importante es el intercambio de
información con otros países?
-Es muy importante, porque primero evita gastos innecesarios,
ya que entre naciones aliadas tiene que haber algo así como qué
piensas tú sobre eso y mira yo tengo esto para que te sirva en tus
aguas. Eso es fundamental, porque todo se hace con base en análisis
complicados que requieren especialistas, aparatos electrónicos,
y es muy caro ese proceso.
"Organizaciones como la OTAN no trabajarían como
lo hacen si no hubiera ese tipo de intercambio de información entre
países amigos."
-¿Cómo debe darse el equilibrio en el intercambio
de información, entre naciones, para no caer en la dependencia?
-No, esos son asuntos que no se manejan en este caso,
porque cuando se trata de países aliados queda bien claro quién
es quién. Aquí no es de que yo te mando, digo y ordeno. Es
así: yo te brindo esta información para que puedas desempeñar
mejor tu trabajo, y ya queda a discreción de la nación receptora
emplearla como mejor le convenga, de acuerdo con sus intereses.
-En este sentido, ¿se prevén nuevos esquemas
de cooperación con Estados Unidos?
-Pienso que sí. La colaboración tiene que
ser intensa, porque somos vecinos, amigos, porque en algunas cosas tenemos
coincidencias en el mar y porque repetir esquemas que se dan en algunos
otros países no conlleva a otra cosa más que al desgaste.
Tiene que ser así. En asuntos del mar hay el respeto que se merecen
los estadunidenses. Disponen de la Armada más moderna, de un servicio
de guardacostas eficiente, y a nosotros siempre nos tratan como un país
aliado y son respetuosos de nuestra soberanía, porque somos muy
celosos en ese sentido.
-La palabra aliado, a veces, tiene muchas connotaciones.
-Sí, pero se puede ser aliado para asuntos militares
y para combatir el narcotráfico. Para combatir la piratería,
los indocumentados, la pesca ilícita. Todo eso significa una serie
de alianzas.
"Cuando se habla de alianzas de tipo militar todo mundo
se pone con los pelos de punta, pero no hay que olvidar que tenemos una
vecindad, un Tratado de Libre Comercio. No hay que olvidar que mientras
haya flujo de buques mercantes, que entran y salen de nuestros puertos
y viceversa, tiene que haber una amistad que vaya un poquito más
allá de la mera formalidad de estrecharse las manos.
"Creo que no estoy diciendo una herejía. Veamos
a Europa. Hace 60 años se estaban despedazando, y hoy trabajan en
conjunto. Nosotros la última guerra que tuvimos fue en 1847."
-Las grandes potencias de siglos anteriores dieron importancia
a la marina. ¿Esto ya pasó a la historia y en nuestra época
ya fue superado por aviones o misiles?
-No, empezamos por el comercio. El comercio marítimo
sigue existiendo y es la vía más barata. Pero desde el punto
de vista militar, las marinas todavía tienen vigencia hoy más
que nunca.
Martínez Pretelín, quien junto con el secretario
de Marina, el subsecretario, el oficial mayor y el comandante de la Fuerza
Naval del Golfo integra el Consejo del Almirantazgo, que es la máxima
instancia de decisión en la Armada, explica que la Fuerza Naval
del Pacífico no tiene ninguna delimitación geográfica
y tiene facultades plenas para actuar en la defensa de la soberanía.
Para su labor cuenta con una flotilla de dos destructores, un buque auxiliar,
las Fuerzas de Reacción Anfibia y las Fuerzas Especiales, además
del "brazo aeronaval".
Faltan recursos y personal
Acepta que se necesitan mayores inversiones para contar
con más equipo y personal que se sume a tres destructores, un barco
auxiliar y un remolcador que están bajo su mando. Sin embargo, precisa
que cuando es necesario se organizan fuerzas de tarea para un propósito
determinado y una vez concluida la misión los buques y el personal
regresan a sus regiones y zonas navales.
La forma de combatir al narcotráfico, señala,
se ha ido modificando en los últimos años. Antes la droga
se transportaba vía terrestre, pero cuando se establecieron los
puestos de revisión en las carreteras del país los capos
optaron por la vía aérea. Cuando se dieron cuenta que este
método dejaba de funcionar, optaron por las lanchas rápidas
Eduardoño, que navegaban a 10 o 20 millas de la costa. Actualmente
se utilizan más los buques oceánicos y atuneros.
"Nuestra misión es estar alerta para evitar que
las aguas nacionales sean utilizadas para el tráfico ilícito
de estupefacientes, porque sabemos que los narcotraficantes están
siempre en la búsqueda de nuevos métodos para transportar
su carga", señala, aunque descarta que los capos utilicen
submarinos.