Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 24 de mayo de 2002
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Cultura
Concierto del grupo de culto Stoa en el Ferrocarrilero

La música debe exaltar lo mejor del ánima humana: Olof Parusel

ANGEL VARGAS

Escuchar la música de Stoa es como recibir acupuntura en el corazón. Cierto que la interacción de instrumentos convencionales y electrónicos de su propuesta, así como los textos poéticos de sus canciones dejan un sabor melancólico, de añoranza en el alma. Pero a la postre es una nostalgia sanadora, un acto de redención y por tanto el inicio de la esperanza, el camino a la felicidad.

Lograr esa epifanía es la máxima preocupación del compositor y arreglista alemán Olaf Parusel desde que en 1991 fundó este grupo de culto. Está convencido de que la misión filosófica de la música consiste en exaltar lo mejor del ánima humana, sin descuidar los otros elementos inherentes a la existencia, incluso los oscuros y la muerte misma.

Por eso guarda la convicción de que aun de las penumbras puede extraerse luz y del horror, belleza. Sin embargo, ese es un prodigio que considera exclusivo del arte, y recuerda el caso del escultor vasco Eduardo Chillida, quien se ha valido de ''la luz negra del Mediterráneo" para dar forma a muchas de sus creaciones.

Tres disciplinas indisociables

parusel_stoa_m22kA más de un lustro de su última visita, los integrantes de Stoa (Christiane Fischer, violoncellista, y Antje Buchheiser, cantante, además de Parusel) se encuentran de nueva cuenta en el país para ofrecer un único concierto -hoy a las 20:30 horas en el teatro Ferrocarrilero, ubicado en Ricardo Flores Magón 206, colonia Guerrero-, con el fin de promocionar Zal, su más reciente material discográfico (Samadhi Musik).

El título del álbum describe el derrotero artístico de la agrupación y, en particular, el corte del material, ya que zal es una palabra que en polaco representa un estado anímico de felicidad y tristeza al unísono.

Está integrado por 11 piezas, algunas instrumentales y otras con fragmentos de poesías o escritos de William Shakespeare, James Joyce, Paul Verlaine, William Blake y Keiji Sayama, entre otros.

Para Olof Parusel es muy difícil explicar mediante palabras su propuesta artística, sin embargo asume la estrecha ligazón que su música mantiene con la filosofía y la poesía e incluso subraya que son tres disciplinas indisociables.

Con estudios de filosofía, el músico no concibe una propuesta sonora, y en general artística, sin aires ni sabores melancólicos. ''¡Cuándo se ha conocido a un pensador alegre!", exclama y subraya que los órdenes político y económico en boga buscan crear seres despreocupados e insensibles, ajenos a la realidad apesadumbrante que los gobierna.

''La única opción que nos ofrecen es la de conformarnos con ser 'cerdos felices' y describen a la tristeza como sinónimo de frustración o de ser perdedores, cuando se trata de un estado de ánimo que muchas veces es consecuencia de tener verdadera conciencia de las injusticias que se cometen en contra de las mayo-rías", concluye.

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