El líder del catolicismo viajó
de Bakú a Sofía; fue recibido por 3 mil fieles
Confirma la gira que la salud del Papa es cada día
más frágil; tiene serios problemas para hablar
Interceptan en la capital azerbaiyana a un hombre que
intentó acercarse a Juan Pablo II
AFP
Sofia, 23 de mayo. Visiblemente enfermo y cansado
el papa Juan Pablo II prosiguió este jueves su visita pastoral número
96 y viajó a Bulgaria desde Azerbaiyán.
La
última jornada en Bakú y su nueva etapa en Sofía confirmaron
que la salud de Karol Wojtyla, de 82 años, es cada día más
frágil, hasta el punto de no poder transmitir directamente su mensaje
a los fieles.
En la capital de Azerbaiyán el Papa mostró
visibles dificultades a la hora de tomar la palabra en una misa celebrada
en un estadio cubierto, y dio la impresión de que le costaba trabajo
respirar, debido a las interminables pausas entre palabra y palabra.
Un hombre fue interceptado por las fuerzas de seguridad
cuando trató de acercarse a Juan Pablo II, en momentos en que éste
celebraba una misa en Bakú para la pequeña comunidad católica
azerbaiyana, que asciende a sólo un centenar de fieles.
El hombre, que caminaba con muletas y traía una
carta en la mano, fue desalojado por agentes, y según testigos,
en ese mo-mento el Papa se volvió para bendecirlo.
A su llegada a Sofía, Wojtyla, quien sufre la enfermedad
de Parkinson y artritis en una rodilla, se ayudó de una plataforma
mecánica para subir y descender del avión.
Además, tuvo que recurrir a un lector para declarar
al pueblo búlgaro, en su idioma, que "nunca dejó de amarle",
aludiendo al atentado de que fue víctima en 1981. Esta referencia,
al principio de una visita pastoral de tres días, era fervientemente
esperada por las autoridades de este país, cuya población
es mayoritariamente ortodoxa.
Para Sofía la declaración equivale a una
rehabilitación ante el mundo, más de 20 años después
de que tres búlgaros fueron acusados de haber organizado el atentado,
aunque nunca se probó su participación.
Recibido por 3 mil fieles en la plaza Alexander Nevski,
en el centro de Sofía, y por las autoridades políticas y
religiosas, entre ellas el patriarca ortodoxo Maxim, Wojtyla se refirió
a otro tema sensible para el país, su posible ingreso a la Unión
Europea (UE).
Juan Pablo II expresó su deseo de que "el esfuerzo
de renovación social emprendido con coraje por Bulgaria encuentre
la acogida comprensiva y el apoyo generoso de la Unión Europea".
Bulgaria es el más pobre de los 10 países candidatos a la
UE, en la que Sofía espera entrar en 2004.