"Al Tri le falta mucho para ser campeón"
Aguirre: no me aventuraría a decir que quedaremos
entre los ocho mejores del mundo
MARLENE SANTOS
A escasos 21 días de que México debute en
el primer Mundial de futbol que se realizará en Asia, Javier Aguirre
-el técnico más joven que México ha tenido en las
últimas décadas- confiesa sus dudas, expectativas y experiencias
en charla con La Jornada, de cara a la aventura más importante
de su todavía corta trayectoria.
Ni sus 44 años ni su carácter impetuoso,
y no pocas veces explosivo, impiden que el realismo y la ubicación
constituyan su sello. En todo momento admite que puede equivocarse, que
el fracaso o la gloria esperan a unos cuantos metros. El examen profesional,
lo que él llama la prueba de fuego, tiene fecha: 3 de junio en Niigata,
ante Croacia.
-Falta menos para la cita, ¿cuáles son tus
dudas?
-Tengo dos grandes: los jugadores europeos y que
aún no defino cómo vamos a jugar, si con línea de
cinco o cuatro volantes -responde en tono serio.
"Mi
duda en cuanto a Blanco, Palencia, Torrado y Márquez radica en el
tema físico; creo que no están al nivel del resto del grupo,
de los que hicieron la pretemporada. No sé cómo van a llegar
esos cuatro al Mundial."
-¿Te angustia que de pronto el tiempo ya no parezca
suficiente?
-La verdad, te digo, ya estoy ansioso, ya me cansé
de la espera. Ya quiero que se acerque la fecha y jugar al futbol, porque
mientras más tiempo hay queda más espacio al ocio y la elucubración.
Prefiero que pasen las cosas rápido, que suceda lo que tenga que
suceder.
-¿Te sientes seguro?
-Sí, creo que el equipo está maduro, que
llegará bien al Mundial y podrá hacer cosas buenas. Eso creo,
pero me preocupa que esta seguridad se traduzca en soberbia, en exceso
de confianza, que se malinterprete mi confianza en el equipo... Porque
todo puede pasar, podemos perder los tres partidos, ¿eh?, podemos
ser el último lugar del mundial y tan-tan.
"Me preocupa cómo la gente ve al equipo desde afuera.
Mira, yo los leo a todos ustedes (periódicos), y hago más
o menos un panorama. Hay de todo, desde los que creen que estamos para
campeones del mundo hasta los que no creen en nada, pero el termómetro
para mí es la gente allá afuera. Y la gente los lee a ustedes
y eso me preocupa, que las personas se crean muchas cosas.
"Hay quien en la calle me dice: 'Mínimo segundo
lugar, señor Aguirre', y sí me asusta, porque, ¡hombre!,
el compromiso es muy grande, y México para ser campeón necesita
que pasen muchísimas cosas. Entonces, yo no me aventuraría
bajo ninguna circunstancia a decir que vamos a quedar entre los ocho mejores
del mundo. Yo creo que México, con lo que ha hecho y como va a llegar,
puede y tiene razonables posibilidades de acceder a la siguiente fase,
siempre y cuando haga bien las cosas. Como igual puede perder y regresarse
a casa."
-¿Han pecado de optimismo Jorge Campos y Alejandro
Burillo al decir que el equipo está para campeón?
-Mira, el optimismo es un estado de ánimo válido
en el ser humano. Además ambos son gente calificada, porque han
estado en anteriores ediciones, han pertenecido a otros grupos y tienen
información. Yo no soy quién para rebatirlos; tengo mi punto
de vista, mi experiencia y mi responsabilidad. Pero entiendo que aventurarme
con un pronóstico puede ser la espada que penda sobre mi cuello
en el momento que no cumpla con lo que ofrecí.
"Y aunque, por otra parte, puedo caer en la trivialidad
de decir que ofrecemos lucha y esfuerzo, como lo pidió el presidente
de la República, pues sí, eso ofrezco y hasta ahí
mi compromiso. ¿O hay alguien que pueda decir que el equipo de Aguirre
es medroso o timorato? Yo creo que no.
"Hemos perdido 5 de 21 partidos, pero en las 5 derrotas
pusimos la cara. Nos ganaron Colombia, Estados Unidos, Yugoslavia, España
y, salvo Perú, en todos los demás hubo buena actitud. Fue
un equipo fuerte, bravo, que perdió por su incapacidad, por mi incapacidad.
-¿Ya piensas en Croacia?
-Croacia es un equipo que genera incertidumbre. Uno no
sabe qué va a pasar, pueden llegar fuertes... se juntaron el domingo
en la noche y empezaron a trabajar en Austria. Suena a poco tiempo, pero
cuidado, algo traman. Hablan de que Prosinecki no va a estar, todos juegan
fuera, realmente Croacia es una incógnita. Pero son tercer lugar
mundial, son tozudos, son viejos, son bravos y marrulleros. Son cuates
de poco fiar.
"Al final puedo desmenuzar a Croacia y en el papel tenerlo
súper dominado, y llega el partido y me gana, o jugamos mal. O quizá
el rival juega como predije, pero México juega peor. Son muchos
los imponderables; pero ese día espero jugar mi final. Ese es mi
partido. Si somos capaces de ganarle, será el momento clave y seguramente
iremos por grandes cosas", enfatiza.
-¿Ya definiste tus líneas, los titulares,
quedará cubierta la ausencia de Claudio?
-Márquez debe ser el líder ahí, está
jugando con Brown y Vidrio, son los tres en quienes estoy pensando. Tengo
la opción de Carmona, de De Anda, también está el
mismo Alberto Rodríguez. ¿Sabes dónde me preocupa?
Adelante. No he encontrado a los dos que me llenen el ojo entre Blanco,
Luis, Jared y Palencia.
"De repente hay un buen momento de Luis, y Jared está
flojo; de pronto Jared está bien, y Blanco tiene destellos. Ahí
es donde se me cruzan los cables, pero aparte de sus momentos, no he encontrado
un buen funcionamiento. Es decir, ya entrené más, ya hemos
dado referencia, pero nos falta.
La media está resuelta. Si juego con dos contenciones
serán Torrado y Villa, si decido ir con uno, cualquiera de ellos,
dos volantes y dos por afuera. Caballero puede estar en la banca si van
dos contenciones. Pero si juego con uno, lo que hace el Cabrito
lo debe hacer el Beto Rodríguez o Carmona, o Johan aunque también
está suspendido.
-¿No te brinca un poco el juego contra Colombia
si estás pensando en el estilo de los croatas?
-Tampoco hay mucho margen para moverse. Con yugos, búlgaros
y albaneses intentamos tener un referente, pero no hay que descuidar a
Ecuador, por eso jugamos contra Colombia y Bolivia. Tampoco hay que descuidar
a Italia e iremos contra el Milán.
-¿Qué tanto cuidas lo motivacional?
-Mucho, soy un convencido de que eso es básico.
Creo que la actitud es fundamental. La concentración depende en
gran medida de cómo estés de la cabeza: limpio, que vayas
con todos tus problemas personales resueltos, tu mujer tranquila con dinero
para aguantar estos días, tu contrato firmado o apalabrado.
"¿Por qué crees que dejo que vengan los
cuates de los zapatos a darles lana, los directivos a negociar el contrato?
Porque soy un convencido de que el jugador debe tener los menos problemas
posibles. Si yo los encierro a piedra y lodo, estarían angustiados
y preocupados.
"Ahora les dije: váyanse dos días. Pero
cuando vengan se acabó la historia".
-En la concentración ¿cuáles van
a ser tus recursos para motivarlos?
-Son muy diferentes, son 23 chavos distintos.
-¿Y cómo encontrar el factor común?
-Por medio del futbol. El futbol es el hilo conductor.
¿Quieres trascender, quieres ganar un chingo de lana o irte a Europa?,
pues juega bien cabrón. Que si ya estás allá y ganas
bien, ¡juega por el orgullo! Por eso los escogí, ¿si
no para qué viene Campos? él ya no está para ir a
Europa, ya cobró grandes sumas y ya lleva dos Mundiales. Pero viene
el canijo porque le gusta y tragó caca estando fuera de la selección.
"Tragó caca cuando era la figura. Lo mandé
a la basura y lo eché ahí. Y por medio del periódico
lloraba por venir. ¡Ah! entonces ¿ya probaste? ¿ya
estás jugando bien?, entonces vente".
-¿Fue la misma estrategia con Luis Hernández,
Braulio Luna y Salvador Carmona?
-¡Claro, claro! Si los tipos no hubiera tenido amor
propio ni calidad, no hubieran regresado. Esos cuates me demostraron unos
hablando y jugando, otros jugando y siendo serios. Aquí están,
y el día que no hagan eso se van. ¿Qué tienen el estómago
lleno?, bueno, entonces rómpase la madre por mexicanos, nada más".
-¿Te molestan las sugerencias, de quienes casi
a coro te mencionan al Tato Noriega?
-No me molesta pero son injustos porque hay muchos más.
Syndey Balderas me encanta, también Carlos Ochoa, Chuy Mendoza...
lo que pasa es que hay momentos de ciertos jugadores, así es la
vida y así será. A Roberto Baggio le pasó, a Romario
le pasó... Estoy seguro que no estás de acuerdo con 2 o 3
de los que tengo en la lista, pero ni modo, yo decido."
-¿Y el técnico de la selección qué
hará en sus ratos libres?
-Llevo mis libros. Llevo muchos libros y con ellos me
la paso feliz. No necesito cuarto amplio ni lujos, casi no salgo del hotel.
Así fui de jugador, nunca salía de la habitación.
Fui rata de cuarto, prefería estar todo el día leyendo o
hablándole por teléfono a mi esposa y mis hijos.
-¿Habrá visita familiar en Japón?
-Intentaré, les intentaré dar una oportunidad
a las familias de que se acerquen con sus esposos. Van Silvia y mis tres
hijos. Así está diseñado, un día de acceso
a la familia, me parece más que razonable para seres humanos que
sufren, que sienten que tienen debilidades y necesidades afectivas.
-Seis meses en el timón, ¿qué has
aprendido?
-Ya probé los insultos en el aeropuerto, ya probé
la crítica y la miel. La verdad es que me vino todo muy rápido
y hay que valorar. He aprendido a tratar de no perder piso, de no enojarme,
de no enfrentarme, de no morder anzuelos que me han puesto. Algo que no
he podido es evitar distraerme y sólo dedicarme al futbol, pero
aquí 80 por ciento del trabajo está fuera de cancha, y el
20 dentro.
-El miércoles se van, ¿en qué vas
a ocupar estas últimas horas?
-Voy a ver a mi jefa, tras el partido contra Colombia
me podré echar unas cubitas. Mi hijo Iñaki cumple 6 años
y le voy a hacer una reunioncita con mi jefa, hermanos y cuñados.
-¿Tienes esa capacidad de separar cuestiones a
pesar de la presión?
-Quizá es mi mejor virtud. Soy un cuate librepensador,
no me agobia el futbol para nada. Sé perfectamente cuándo
tengo que mover la piñata, repartir el bolo, y los dulcecitos, y
cuándo hay que pegar un grito ante una jugada.
-Por último, regresarás victorioso o derrotado,
pero ¿te preocupa algo del futuro?
-Lo único que me preocuparía sería
mi familia. En lo demás me conozco, sé que voy a seguir siendo
el mismo güey, el mismo loco. El mismo cuate con la victoria o con
la derrota ¡seguro! Con chamba o sin chamba, en México o fuera
de México el mismo mono que conoces.