Crestani propone equilibrar los apoyos concedidos
a principiantes y consagrados
Apertura a todos los creadores para erradicar capillas
en Danza y Teatro
Se trata de combatir las decisiones discrecionales adoptadas
en administraciones anteriores para autorizar la puesta en escena de una
obra, advierte el director de esa instancia de la UNAM
CARLOS PAUL
El perfil que Antonio Crestani se propuso forjar desde
hace cuatro años, cuando asumió la dirección de Teatro
y Danza de la UNAM, consiste en abrir las puertas a todos los creadores,
sea que apenas se inicien en las lides escénicas o gocen ya de prestigio.
Esa apertura, advierte el funcionario, busca romper con
las capillas y las decisiones discrecionales que en administraciones
anteriores se adoptaban para autorizar la puesta en escena de una obra,
así como equilibrar el apoyo otorgado a los jóvenes y a los
más experimentados.
Vincular teatro con educación
El
teatro profesional producido por la UNAM, expresa Crestani, quien es titular
de esa dirección, ''debe servir, en primera instancia, a su comunidad,
la cual está integrada por 270 mil estudiantes cuyas edades oscilan
entre 17 y 24 años, con el propósito de incidir y complementar
su formación profesional.
''Pero también nuestro interés es llevar
a la escena, de manera esencial, autores contemporáneos nacionales
para que esa dramaturgia llegue de nuevo a tener una gran vitalidad, pues
hace algunas décadas el teatro lo definían los directores".
Por eso, añade, este mayo se presentará
''una de las más sólidas programaciones teatrales".
Según Crestani, el área a su cargo abre
''las puertas a todos los creadores, tanto a los que se inician como a
los que ya tienen una trayectoria, para no generar las capillas;
se ha dotado a cada recinto teatral de un carácter definido y se
tiene un equilibrio entre el apoyo otorgado a los jóvenes con el
proporcionado a los más experimentados".
Con eso, expresa el también actor y director, ''definimos
el perfil del teatro profesional hecho por la UNAM, ya que no me gusta
denominarlo teatro universitario, porque parecería que se refiere
a un trabajo amateur".
Entre las limitantes para efectuar ese trabajo ''está
la de carácter financiero"; sin embargo, advierte, ''creo que hemos
mantenido un nivel de calidad".
El presupuesto para Teatro y Danza ''es de cerca de 6
millones de pesos al año"; no obstante, se debe considerar que esta
''dirección es bicéfala; es como un hijito que nació
con dos cabezas al que debemos querer mucho, pues es complicado atenderlo,
ya que son dos disciplinas con distintas necesidades. A alguien se le ocurrió
unirlas, pero creo que no fue la mejor idea".
En ese presupuesto se incluyen los programas Carro de
comedias, el de Teatro y danza itinerante y el Festival de Teatro Universitario,
que este 2002 cumple una década de actividad.
''Para teatro se destina cerca de 70 por ciento de ese
presupuesto y para danza el 30 restante, sin tomar en cuenta el rubro de
la publicidad, que absorbe 15 por ciento del total.
''Eso parecería muy injusto -explica el funcionario-,
pero esto es así por la naturaleza de ambas disciplinas. La infraestructura
que requiere la danza no es la misma para el teatro. Es ahí donde
está la gran diferencia. Los presupuestos de producción son
más económicos en la danza que en el teatro. Se cuenta aparte
el Taller Coreográfico, que supera en cifras lo que se destina a
teatro, pues se debe mantener una compañía estable."
Los criterios para destinar el presupuesto a cada una
de las obras se definen mediante ''un cuerpo colegiado o consejo asesor
integrado por un grupo de siete especialistas en el tema. Entre ellos se
encuentran Roger Bartra, Maya Ramos, José Ramón Enríquez,
el actor Miguel Flores y el escenógrafo Arturo Nava".
Ese consejo, explica, ''tiene, de manera formal, un periodo
de recepción de proyectos, dos más en los que se rinde un
informe de actividades y un periodo intermedio para evaluar cómo
va el trabajo". Funciona de la siguiente manera: ''Primero se toma una
decisión sobre las obras que se van a apoyar y existen dos tipos
de proyectos: los que produce en su totalidad la UNAM y los que son propuestos
por la comunidad teatral".
En años anteriores, prosigue, ''Teatro y Danza
sólo funcionaba como una ventanilla a la que alguien llegaba, presentaba
su proyecto, se le daba el dinero, la difusión y el teatro, y la
UNAM no tenía injerencia ni decisión acerca de lo que se
ofrecía. Ahora los podemos acompañar en el proceso de producción.
No imponemos, pero sí dialogamos. Creemos que dentro del perfil
del teatro que se hace en la universidad, ''está lo relacionado
con lo académico. No sólo proponemos producir por producir,
sino que las obras se vinculen con los planes de estudio de acuerdo con
los niveles medio superior y superior".
Temporada de mayo a septiembre
Otro de los problemas, señala Crestani, es que
''como siempre ha habido limitaciones presupuestales, se recibían
restrenos. Ahora nos enfocamos a estrenar. Hasta el momento ?abunda?, creo
que no se ha repetido, en cuatro años, ningún autor o director,
pues uno de los compromisos que asumimos fue romper con las capillas,
grupos o guetos, así como con las decisiones discrecionales que
hace muchos años se tomaban" para montar una obra.
Entre las actividades programadas destaca el estrenos
de La prisionera, de Emilio Carballido (ocurrido el 11 de mayo),
''segundo estreno del dramaturgo veracruzano en la UNAM en toda su vida.
El primero fue Escrito en el cuerpo de la noche". La dirección
escénica está a cargo de Mercedes de la Cruz; 1822. Otros
estrenos son El año que fuimos imperio (abrirá el
jueves 16) ''con una gran producción", del joven dramaturgo Flavio
González Mello y puesta en escena por Antonio Castro; Tiernas
puñaladas (23 de mayo), escrita y dirigida por Héctor
Mendoza, con escenografía de Alejandro Luna; una ópera oratorio
titulada Oedipux Rex (se escenifica desde el 27 de abril), dirigida
por Roberto Fiesco y Julián Hernández; y Cu-cú
(el 1o. de junio será el debut) escrita y dirigida por Francisco
Mena.
La temporada de las obras producidas y de las auspiciadas
por la Universidad Nacional Autónoma de México concluirá
el próximo septiembre, ''lo que permitirá -concluye Antonio
Crestani?-que el producto artístico madure y lo conozca el mayor
número de personas".