La APN, dispuesta a sacrificar a millones por
Jerusalén
Apoyan líderes internacionales a suicidas
palestinos: Arafat
Recorrió Belén, Jenin y Nablus para conocer
los daños
REUTERS, PL, DPA Y AFP
Washington, 13 de mayo. El presidente de la Autoridad
Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, aseguró hoy que los atacantes
suicidas palestinos recibían apoyo de ''poderes internacionales'',
y advirtió que los palestinos están dispuestos a sacrificar
"millones de mártires por Jerusalén, la capital de nuestro
Estado independiente".
Arafat abandonó hoy por primera vez Ramallah tras
permanecer cinco meses privado de su libertad de movimiento por Israel,
para visitar las ciudades de Belén, Jenin y Nablus, en un intento
por hacerse una idea de los daños causados por el ejército
israelí en su reciente ofensiva en Cisjordania.
El líder palestino declaró a la cadena de
televisión estadunidense CNN que los militantes palestinos que realizan
ataques suicidas antisraelíes recibían apoyo de "líderes
internacionales", de los cuales no quiso proporcionar nombres.
Rechazó responder cuando se le preguntó
si esos "poderes internacionales" son Irak e Irán -países
a los que Estados Unidos acusa de apoyar el terrorismo-, pero aseguró
que hará todo lo posible por detener esos atentados.
Destacó que después de que un líder
de Hamas elogió el último atentado suicida que dejó
15 muertos cerca de Tel Aviv, el martes anterior, las fuerzas de seguridad
palestinas arrestaron a 24 dirigentes de dicho movimiento de resistencia.
Asimismo, afirmó a CNN que acepta el derecho de
existencia de Israel y reiteró: "esperamos tener un Estado lado
a lado con el Estado judío israelí".
La votación de Likud, contra Oslo
Precisamente,
antes de iniciar su gira por Cisjordania, Arafat declaró que la
votación del partido Likud, del primer ministro israelí,
Ariel Sharon, contra la creación de un Estado palestino, "equivale
a una destrucción de los acuerdos de Oslo, y especialmente del acuerdo
de Wye River", que fue firmado en 1998 el entonces jefe de gobierno Benjamin
Netanyahu -promotor del rechazo a la creación del Estado palestino- y por el propio Sharon.
Nabil Abu Rudeina, consejero de Arafat, afirmó
que la votación en el seno del Likud, la víspera, ''pone
en entredicho la estabilidad la región'', mientras el principal
negociador, Saeb Erekat, dijo que esto demuestra las verdaderas intenciones
de Sharon, con lo que aumentarán las frustraciones de los palestinos
en su levantamiento de 19 meses contra la ocupación israelí.
Sin embargo, el primer ministro israelí, al reiterar
los comentarios que hizo después de la votación, dijo hoy
a los legisladores del Likud que él y no el partido decidirá
la política a seguir en torno al proceso de paz.
"Dos tercios de los votantes me eligieron para tomar decisiones,
y lo he hecho. No permitiré que consideraciones políticas
internas o tretas interesadas determinen la política", subrayó,
y descartó la celebración de elecciones antes del término
previsto, en octubre de 2003.
Según el canciller israelí, Shimon Peres,
su país seguirá siendo un "Estado judío democrático
solamente si crea a su lado un Estado palestino desmilitarizado".
Tras calificar la postura del Likud de "trágica",
indicó en un comunicado que "decir no a un Estado palestino significa
dejar hacer a la demografía y provocar, a largo plazo, la desaparición
de Israel en tanto Estado judío".
Netanyahu, por su parte, aseguró que el duelo que
sostuvo ayer con Sharon sobre la creación de un Estado palestino
no representa un esfuerzo por remplazarlo, cuando los observadores especulan
que esto fue un paso más para desbancar al actual primer ministro
como presidente del Likud.
Incluso se habla de que Netanyahu sería el próximo
primer ministro, como lo previó Nawaf Masalha, diputado árabe
del Knesset (Parlamento) israelí en entrevista concedida a Radio
Oriente, con sede en París.
Peres reconoció que esta "es una batalla por el
poder, pero estoy seguro de que si Netanyahu es elegido se comportará
como lo hacía antes de las elecciones previas, cuando estaba en
favor (de los acuerdos de Oslo) y estrechó la mano de Arafat".
En Belén, el presidente palestino visitó
la Basílica de la Natividad, donde presuntos activistas palestinos
se atrincheraron durante cinco semanas rodeados por las tropas israelíes,
para luego volar a Jenin en un helicóptero proporcionado por Jordania.
En ambas ciudades fue aclamado por miles de palestinos.
No obstante, en Jenin se abstuvo de visitar el campo de
refugiados adyacente, donde según la ANP murieron cientos de palestinos,
debido a problemas de seguridad, ya que en los últimos días
aparecieron en la zona pintas contra el líder palestino.
El último destino de Arafat fue Nablus. Allí
proclamó que los palestinos están dispuestos a sacrificar
"millones de hombres por Jerusalén", que ?dijo? es la "capital de
nuestro Estado independiente".
Por la noche, Arafat recibió una llamada telefónica
del secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, para hablar sobre
los medios que se pueden aplicar a fin de reactivar el proceso de paz,
señaló Abu Rudeina.
Pero mientras se analizan fórmulas para reactivar
el proceso de pacificación, nuevos incidentes de violencia se produjeron
en Cisjordania, donde los servicios de seguridad israelíes dijeron
haber dado muerte a dos palestinos armados en incidentes separados producidos
cerca de Belén y en el valle del Jordán.
Además, el ministro palestino encargado de las
relaciones con las organizaciones no gubernamentales, Hassan Asfour, y
su guardaespaldas fueron golpeados a las afueras de la casa del primero
en Ramallah, por individuos enmascarados.
Al cierre de esta edición, se reportó que
una unidad motorizada israelí penetró este martes, antes
del amancer, en la localidad autónoma palestina de Jajul, al norte
de Hebrón (sur de Cisjordania), y mató a dos palestinos,
entre ellos al jefe de los servicios de inteligencia de esa ciudad.