El funcionario compareció ante comisión investigadora de la Asamblea Nacional
Latente, nuevo golpe en Venezuela, denuncia el vicepresidente; teme por la vida de Chávez
Descarta el jefe del Ejecutivo fisuras en el ejército; Efráin Vásquez, único traidor, dice
AFP, DPA Y REUTERS
Caracas, 3 de mayo. Aún existe la posibilidad de un "nuevo golpe" de Estado, e incluso de que el presidente Hugo Chávez sea asesinado, denunció hoy el ministro de Defensa y designado vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, al comparecer ante una comisión investigadora del Asamblea Nacional.
A su vez, el mandatario venezolano declaró a medios de prensa que "no hay fisuras" en las fuerzas armadas de su país, que el único oficial que lo traicionó fue el general Efraín Vásquez, y que el breve periodo en que fue desplazado del poder por los golpistas no hizo que cambiara su personalidad, ya que "soy el mismo Chávez de siempre".
Entretanto, Rangel sostuvo: "Sin ánimo de chantajear, nosotros tenemos informaciones de que hay gente obcecada que está preparando una nueva aventura... Tengo razones de peso, muy bien fundadas, por fuentes impecables desde el punto de vista de la confiabilidad, sobre la posibilidad de un magnicidio".
Ante la comisión investigadora del golpe, formada por 27 diputados oficialistas y de la oposición, agregó tener también importante información "acerca de gente que cree que todavía puede mover efectivos militares para una nueva aventura golpista".
Rangel, el hombre más cercano a Chávez, reiteró declaraciones anteriores de que hubo "tres golpes" entre el 11 y el 14 de abril, protagonizados el primero por "generales sin tropa", un segundo de corte "fascista" y un tercero contra el supuesto gobierno "transitorio", propinado por el general Efraín Vásquez, entonces comandante del ejército, al dar marcha atrás a la intentona inicial.
Rechazó la afirmación del "presidente provisional", Pedro Carmona, de que nunca hubo un golpe, que nunca pretendieron disolver los poderes y que actuó porque hubo un "vacío de poder", al señalar que los poderes siempre estuvieron funcionando. Por lo demás, pidió respeto entre todos porque nadie puede aniquilar al contrario.
Si bien expresó que una amnistía para los implicados en la intentona debe esperar al avance de las investigaciones, abogó por tumbar el "muro del odio" y por el diálogo entre todos los sectores. Ratificó que francotiradores dispararon contra la sede de gobierno durante la marcha opositora del 11 de abril, siendo parte de un golpe "fascista", por lo que no se puede acusar al gobierno de ninguna matanza.
El presidente Chávez dijo a El Mundo que la noche del 12 de abril hubo malos entendidos, tensiones, momentos de zozobra, pero muchas menos traiciones de las que se habla, ya que todos los comandantes generales de las fuerzas armadas se apegaron a la Constitución, con excepción del comandante del ejército, general Efraín Vásquez, quien, dijo, fue el único que lo traicionó.
A The New York Times, Chávez le dijo no haber cambiado tras el fallido golpe de Estado y subrayó que "hemos retomado el programa bolivariano". Explicó que la esencia de ese proceso revolucionario, pacífico y democrático, consiste en "dar al pueblo, a todos sin excepción y sin exclusión de nadie por su clase, color de su piel y creencia religiosa, la mayor cantidad posible de felicidad".
Este día, mientras continuaban los interrogatorios en el Congreso a algunos de los militares involucrados en la intentona golpista, el líder sindical de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, solicitó a la comisión parlamentaria que postergue su comparecencia del sábado porque teme por su vida.
Se esperaba que hoy el presidente Chávez recibiera a una misión de Amnistía Internacional, que investigará lo ocurrido durante el golpe de Estado en lo referente a las violaciones a los derechos humanos.