Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 3 de mayo de 2002
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Espectáculos
Hoy, concierto en el teatro Metropólitan

No soy sistemático, pero mi discurso no es inconexo; es universal: Cabral

ARTURO CRUZ BARCENAS

"Cada vez veo menos; por lo menos en eso me estoy pareciendo a Jorge Luis Borges", expresó el cantautor Facundo Cabral, quien para caminar ahora se apoya en un bastón; usa lentes oscuros y otros de alta graduación, que parecen lupas y distorsionan las letras del libro que está leyendo. La lectura es parte de su vida y cruzar el umbral de la luz a la oscuridad parece tomarlo con calma. Pero dejar de leer...

cabral_01Cantará hoy, 3 de mayo, en el teatro Metropólitan, y festejará sus primeros 30 años de trayectoria musical, de viajero incansable que ha visto el mundo de cerca, con sus ojos hoy enfermos. Ese espíritu en tránsito le permitió componer una canción que a muchos gusta y a unos ?los menos? les desagrada: No soy de aquí, ni soy de allá.

Para éstos, Facundo echa el rollo; en sus conciertos cita frases de todos los autores que ha leído. "¡Claro que no soy sistemático!", dice, más que ufano, en entrevista. Es ecléctico, acepta, y se define como un lector al que lo marcan los escritores, sus ideas, sus pensamientos. Viajar y leer.

Su nombre real es Rodolfo E. Cabral Camiña (27 de mayo de 1937, La Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina). Se le hace ver que, como Jesús de Nazaret, usa parábolas y metáforas para impactar al público. "Además es más grato contar historias", contesta.

''Le debo muchísimo a la literatura''

En México gustó su canto desde los años 70 en gente proclive al gusto de la trova, de la canción política, de cuando se componía buscando eso que se denominó mensaje. "Le debo muchísimo a la literatura. Por ejemplo, a Gabriel García Márquez, a Juan Rulfo. No me lo dijo éste, pero me di cuenta de que lo que más me gusta es contar historias. Yo hubiera sido un buen cronista de un periódico. Podría tomar un texto bíblico o un ensayo de Malraux.

"Sé de la cantidad de gente que perdí... lo mío era muy político; creía firmemente en la revolución. Cuando empecé a cambiar mi trabajo muchísima gente se fue; era casi inevitable mi concierto en las universidades, era casi una ley, aunque me prohibieran los rectores. Tenía mucha influencia en los muchachos. Pero cuando comencé a tener más experiencia en el mundo y vi que era imposible una revolución sin la gente, se fueron muchos."

Agregó que ahora queda un "tipo de casi 65 años que es muy feliz haciendo algo que siempre fue lo que hice: contar una historia. Ya no está eso de querer influir en la gente. Me saqué esa cosa de encima; tuvo que ver mucho mi amistad con Borges. En el Oriente me pasó. En la China de Mao alguien me dijo que había pronunciado tres veces la palabra humanidad, y eso fue clave.

"Le dije que yo nunca armo un concierto. Me señaló que eso no es malo, pero que a mi edad sí lo es. Me aconsejó no preocuparme tanto por la humanidad o por la sociedad, porque eso es un asunto muy grande para un hombre solo. Mi madre ?Sara; su padre se llamó Rodolfo? me señaló una vez que iba mucha gente para que hablara por ellos, y ya me sentí un imbécil, y empecé a contar mi experiencia."

''Jamás he planeado nada''

Así, en sus conciertos, Cabral pasa de Jesús a Rulfo o a Bradbury. "No es un discurso sistematizado. No tengo sistematizado un concierto. Soy más lector que autor. Ni sé qué es lo que voy a hacer en el Metropólitan, o en Torreón o en Buenos Aires. Tengo diez mil influencias. Tarde me llegó ?la lectura?. A los 14 años era analfabeto, y la música me llegó igual: sola. Jamás he planeado nada. Por eso hubiera sido mal político; no hubiera tenido plan."

-¿Vende ese discurso, ese rollo, entre gente que no lee?

-Sí... es más creíble. Lo mío no es inconexo; es universal.

-¿Y las frases, los parágrafos, los filosofemas? Ahí está Cioran...

-No, bueno, pero Cioran es escéptico y Whitman es una mente esperanzada. Lo mío está todo mezclado. ¡Por supuesto que soy ecléctico! Me entusiasmo con Brecht. Todo, en mi caso, está en la bolsa. Está una prostituta de un puerto e Isaías. Es universal. Es una sopa donde cabe todo. Picasso tomó todo lo que tenía a mano, pero lo transformó en su propia obra, desde un refranero popular hasta un texto elegante, como pueden ser los de Italo Calvino.

"Soy un representante de muchos lectores, que sube al escenario a contar que le dio felicidad o que vio en el mundo. Soy un tipo del público. Así era Borges; lo traté 12 años. En el arte no se trata de creer o no. Te gusta o no. Creer es una cuestión religiosa. No soy un religioso. Borges pedía que le contara algo que fuera bello, no que fuera creíble."

Hoy, Facundo Cabral cantará Este es un nuevo día, Pobrecito mi patrón, Vuele bajo, Buen día, América, y muchas más.

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