Luis Javier Garrido
El saldo
El manejo patrimonialista que está haciendo Fox de la política internacional de México, y que fue evidenciado con el caso de Cuba, ha traído como una de sus primeras consecuencias que se plantee de la manera más seria la necesidad de acotar las desmedidas atribuciones del Ejecutivo mexicano y las posibilidades que éste tiene de burlar los principios constitucionales.
1. Las evidencias del comportamiento indigno del presidente mexicano a nivel internacional siguen apareciendo, y en un contexto nacional marcado por el fracaso económico del foxismo, los escándalos suscitados por la penetración creciente del narcotráfico en la administración pública y en el sistema financiero nacional o por la impunidad que "el nuevo régimen" ha garantizado a sus predecesores priístas por sus crímenes, las secuelas de la revelación de la conversación telefónica entre Fox y Fidel Castro, que evidenciara al gobernante mexicano como un mentiroso, abren serias preocupaciones sobre el futuro del sexenio.
2. El problema que se abrió a partir de ese momento no fue el de un conflicto entre los gobiernos de México y de Cuba, como quiso hacer ver la propaganda oficial, sino entre el gobierno de Fox y los mexicanos, y ello no puede ser encubierto con propaganda del gobierno.
3. La desconfianza que este episodio ha provocado hacia Fox a escala mundial constituye también un daño irreparable para México, pues él ya es visto en todo el mundo no sólo como un lacayo de Estados Unidos, que se presta a los más bajos servicios, sino como un individuo felón que traiciona los principios internacionales y sus propios compromisos, ya que después de las mil y un promesas que hizo a Cuba de no votar en su contra en Ginebra terminó por hacerlo.
4. En el acto de celebración del Día del Trabajo en La Habana (primero de mayo) Fidel Castro volvió a referirse a lo acontecido y reiteró algo que muchos no habían querido ver: que Fox no sólo traicionó su compromiso con Cuba, sino cualquier acuerdo o práctica de discreción, pues fue él, primero que nadie, quien hizo pública la carta que Fidel le había enviado sobre la reunión de Monterrey, lo que obligó a éste, a fin de desmentirlo, a dar a conocer la llamada que tanto lo evidenció.
5. ƑQué gobernante o diplomático puede hoy tener confianza en Fox o en Castañeda cuando son los corre ve y dile de la administración Bush? ƑQuién en el exterior o en México puede tener confianza en individuos sin palabra y sin ética?
6. El desastroso episodio para el gobierno foxista para colmo mostró, una vez más, que Vicente Fox no está cumpliendo con su responsabilidad constitucional de gobernar y que, con evidente indolencia, quiere que todos los problemas se le resuelvan desde Washington. Es ya del conocimiento de todo el mundo que "don Vicente" se levanta tarde y se acuesta temprano, pasa tres días a la semana atendiendo su rancho de Guanajuato, busca viajar casi todo el tiempo y no conoce los principales expedientes del país, pues lo único que le interesa es dilapidar los recursos públicos para hacerse propaganda. El escenario diseñado desde el exterior para "el nuevo régimen" mexicano supuso un presidente que no gobernara, sino que continuara en campaña promocional para construirse una imagen popular, mientras sus colaboradores aplicaban las directrices de los organismos financieros internacionales para desmantelar la nación, y eso explica las barbaridades autoritarias que se están viendo.
7. La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de declarar inconstitucional el decreto de Fox para permitir la apertura del sector eléctrico a la iniciativa privada (25 de abril) puso en evidencia otro elemento, y es que Fox no pudo haberlo emitido más que a) por una ausencia de consejeros jurídicos en la Presidencia de la República, o b) por un abierto cinismo. Y lo más probable es que esta última haya sido la razón. Máxime que, como se sabe, aceptó en su campaña dinero sucio proveniente de Estados Unidos, de empresas como Enron, que además está enviando desde inicios del sexenio fluido eléctrico a California, y que ya ofreció hacerlo a Centroamérica dentro del Plan Puebla-Panamá, como se comprometió con George W. Bush a espaldas de los mexicanos.
8. El foxismo ha logrado lo que se estimaba imposible: superar con creces al priísmo no sólo en corrupción y demagogia, sino en sus políticas antipopulares y sobre todo en su sometimiento al gobierno estadunidense, como no se ha cansando de evidenciar Fox, quien no puede ocultar que ése es el cambio que ofreció en campaña. El presidencialismo mexicano, lejos de desmantelarse se está reciclando como conviene al capital trasnacional, y mientras muchas voces reclaman que México tenga un régimen parlamentario o semipresidencial, como los países europeos, para tratar de terminar con todos los desmanes del foxismo y con la posibilidad de que éstos continúen, con profundo cinismo desde Los Pinos se pretenden reformas constitucionales para que el Senado ya no tenga que autorizar los viajes de Fox al exterior ni los legisladores tengan nada que ver con el manejo de la política exterior.
9. La explicación que dio el canciller Castañeda de lo acontecido en el convivio en el que pidió la ayuda de "la izquierda foxista", no deja lugar a dudas de lo que acontece (Milenio Diario, 29 de abril). Lo que se busca, les dijo, es "anclar el cambio desde fuera"; esto es, utilizar todas las presiones externas para privatizar la nación.
10. El régimen priísta terminó llevando al país al desastre por la impunidad del Ejecutivo y de la burocracia gobernante, y el régimen de Fox está yendo por el mismo camino agravando la crítica situación nacional, por lo que es urgente modificar el marco constitucional para a) adicionar el artículo 108 constitucional y ampliar las causales para acusar al Presidente de la República durante su encargo, como es el caso en otros países, pues hasta ahora sólo puede ser destituido por traición a la patria y delitos graves, así como para b) establecer mecanismos de democracia semidirecta en manos de la ciudadanía, entre ellos el de "la revocación del mandato", a fin de evitar que, como en el caso actual, siga gobernando a México fatalmente y por seis años un hombre inepto y de mala fe que se halla al servicio de intereses extranjeros, y que además ya no tiene la confianza de nadie por el solo hecho de estar encubierto por los partidos que negocian sus ilícitos a cambio de beneficios de grupo. Eso es lo que interesa al país.