Casi todos los medios informativos de EU hablaron
de "renuncia" y no de un "golpe"
Insta el gobierno de Bush a Hugo Chávez a "cambiar
su rumbo equivocado"
Apoya Washington las decisiones de la OEA para enviar
una delegación a Venezuela
JIM CASON Y DAVID BROOK CORRESPONSALES
Washington, 14 de abril. Condoleezza Rice, asesora
de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo que Hugo Chávez "necesita
respetar los procesos constitucionales", y señaló: "esperamos
que reconozca que todo el mundo lo está observando y que aproveche
esta oportunidad para corregir su propio barco, el cual francamente ha
navegado con el rumbo equivocado durante mucho tiempo".
Poco
después de los comentarios de Rice, la Casa Blanca emitió
un comunicado declarando: "el pueblo de Venezuela ha enviado un mensaje
claro al presidente Chávez: que desea tanto democracia como reforma.
El gobierno de Chávez tiene una oportunidad para responder a este
mensaje corrigiendo su curso y gobernar de manera plenamente democrática".
En los primeros comentarios desde Washington sobre el
retorno de Chávez al gobierno de Venezuela, ni Rice ni la Casa Blanca
hicieron referencia alguna a la interrupción del proceso democrático
en ese país por primera vez en 40 años, lo que deja a Estados
Unidos como -al vez- el único país en el mundo (posiblemente
con la excepción de España) que no condenó el intento
de golpe en Venezuela. Así, el gobierno de George W. Bush dejó
la impresión de que aún prefiere a los golpistas que al gobierno
constitucional de ese país.
Rice, en el programa Meet the Press de la cadena
NBC, comentó esta mañana: "Espero que Hugo Chávez
reciba el mensaje enviado por su pueblo de que sus propias políticas
no están funcionando para el pueblo venezolano, al que ha tratado
en forma altanera".
Chávez, afirmó la funcionaria, debe "reflexionar
sobre cómo Venezuela llegó adonde está" y que "necesita
respetar los procesos constitucionales. Este no es momento para una cacería
de brujas, sino para la reconciliación nacional en Venezuela".
Llamado a trabajar pacíficamente
En el comunicado del secretario de prensa de la Casa Blanca
difundido hoy, se informa que Estados Unidos observa con gran preocupación
la situación en Venezuela, "lamenta la violencia y la pérdida
de vidas, (y) llama a todos los venezolanos a que trabajen pacíficamente
para resolver esta crisis".
Agrega que apoya las decisiones de la Organización
de Estados Americanos para enviar una delegación y apoyar el "restablecimiento
de una democracia plena" en el contexto de la Carta Democrática
Interamericana.
La Casa Blanca consideró que Chávez "necesita
aprovechar esta oportunidad para asegurar la legitimidad al extender la
mano a la oposición política, la sociedad civil, y a todas
las fuerzas democráticas de Venezuela". Advirtió que Chávez
"tiene una responsabilidad particular de preservar la paz, proteger los
derechos humanos y las libertades democráticas, y crear las condiciones
necesarias para un diálogo nacional".
Pero en ningún lugar corrige sus comentarios oficiales
anteriores de que Chávez había "renunciado", ni de que era
víctima de un golpe o acción no constitucional. Cabe recordar
que el 12 de abril el vocero del Departamento de Estado, Philip Reeker,
ofreció esta respuesta al cambio de gobierno en Venezuela: "acciones
no democráticas cometidas y alentadas por el gobierno de Chávez
provocaron la crisis de ayer en Venezuela".
Detalló que el gobierno de Chávez había
intentado suprimir las protestas pacíficas contra su gobierno con
lujo de violencia, causando hasta "100 heridos o muertos", señaló
que los militares y la policía "rehusaron apoyar el papel del gobierno
en tales violaciones a los derechos humanos", y que Chávez también
censuró la trasmisión de estos sucesos en la televisión
privada.
"El resultado de estas provocaciones es que Chávez
renunció a la presidencia... Un gobierno civil de transición
ha prometido elecciones prontas", informó Reeker el viernes pasado.
Concluyó que su gobierno "tiene plena expectativa de que esta situación
será resuelta pacífica y democráticamente". Y el gobierno
estadunidense, dijo, se comprometía a trabajar con la OEA en el
contexto de la Carta Democrática.
Ni en ese momento, ni ahora (dos días después),
ha comentado el gobierno de George W. Bush la condena a la "alteración
del orden constitucional" expresada oficialmente por sus socios en la OEA
ayer, o por el Grupo de Río el día anterior, ni mucho menos
ha responsabilizado a nadie más que al presidente constitucional
de Venezuela de las acciones que llevaron a la crisis política.
Cabe recordar que el otro país que emitió
un comunicado durante el golpe fue España, a través de una
declaración conjunta con Estados Unidos difundida el 12 de abril,
en la cual tampoco se condena la interrupción del proceso democrático,
sino que sólo se considera que es una "situación excepcional"
y expresa el deseo de ambos países de que se logre una "normalización
plena de la democracia", sin comentar sobre el responsable de la situación
anormal.
Hoy,
en un comentario sobre este aparente misterio de cómo Washington
puede proclamarse campeón de la democracia y a la vez tomar la decisión
de no condenar la violación del proceso democrático en Venezuela,
el corresponsal del diario The New York Times Tim Weiner escribió
(antes de la noticia del retorno al poder de Chávez): "¿Cuándo
un golpe no es un golpe? Al parecer, cuando así lo decide Estados
Unidos, especialmente si el líder que cae no es amigo de los intereses
estadunidenses. ¿Qué otra cosa se puede llamar a la caída
el viernes del presidente de Venezuela, Hugo Chávez? ¿Una
transición armada del poder? Cualquier otro nombre, a pesar de que
fue deplorado por sus aliados europeos y latinoamericanos, fue una consumación
de algo devotamente deseado por la Casa Blanca".
Wiener agrega que "para Washington, la crisis real en
Caracas Chávez". De ahí, Weiner hace el recuento del apoyo
a regímenes represivos y golpes apoyados por Estados Unidos en la
historia reciente del continente.
Este comentario es particularmente notable en medio de
una serie de reportajes en los medios estadunidenses, incluso del propio
diario The New York Times, The Washington Post y CNN, entre
otros, que durante los últimos tres días caracterizaban los
acontecimientos en Venezuela como una insurrección civil contra
Chávez y dejaban la clara impresión de que una mayoría
de los venezolanos repudiaba a su presidente y que su fin fue expresión
de la voluntad del pueblo. Casi nadie utilizó la palabra "golpe"
en sus reportajes, y casi todos aceptaron y difundieron como hecho objetivo
la versión de que Chávez había "renunciado".
Tan así fue que el propio The New York Times
opinó en un editorial que la "renuncia" de Chávez fue de
hecho un rescate del país y la democracia frente la amenaza de casi
un "dictador".
Ahora muchos, incluso los defensores del sistema interamericano
y su recién adoptada Carta Democrática, están a la
espera aquí de la respuesta oficial a una pregunta básica:
¿cuándo y bajo qué condiciones Washington (y los medios)
apoya a una democracia, y cuándo, y bajo qué condiciones,
está dispuesto este gobierno no sólo a no condenar, sino
hasta legitimar acciones que culminan en un golpe de Estado?