Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 14 de abril de 2002
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Cultura
Un concepto en blanco y negro

Los hermanos Ethan y Joel Coen, guionistas de El hombre que no estuvo (The man who wasn't there), tuvieron la oportunidad de filmar en blanco y negro y la aprovecharon. ''Hoy es muy raro que se te permita hacerlo, lo cual es una vergüenza'', dicen en esta entrevista

MICHEL CIMENT Y HUBERT NIOGRET

-El hombre que no estuvo ahí no es su primera película sobre el pasado, pero sí la primera en blanco y negro. ¿Cómo se tomó la decisión de realizarla así?

E. Coen: Surgieron muchas razones para ello desde el inicio de la escritura. Razones evidentes, de locación, ligadas al género del drama criminal de los años cuarenta, y todas eran imaginables en blanco y negro. La mayoría de películas de la época se filmaron así. No sólo fue el aspecto criminal.

3J. Coen: Todo el aspecto existencial de este tema es un concepto en blanco y negro.

E. Coen: Sí, la angustia de los cincuenta, el hombre moderno.

J. Coen: Todos esos elementos fueron importantes para dictarnos una opción que finalmente se impuso por sí sola. Hace 30 años no había problema para elegir el negro y blanco o el color, en relación con el tema. Pero eso ya no sucede ahora. Hoy es muy raro que se te permita filmar en blanco y negro, lo cual es una vergüenza. Tuvimos esta vez la oportunidad de escoger libremente y la aprovechamos.

?Existen ciertas películas que son remakes de las películas negras de los cuarenta: The Big Sleep, Farewell, my lovely... pero el suyo no es un ejercicio de estilo ni un pastiche, aun cuando respeten por supuesto ciertos códigos del género.

J. Coen: Es distinto, porque nosotros pensamos también en películas de ciencia ficción de los cincuenta, que tuvieron que ver con la angustia de la posguerra, con la bomba, la tecnología, los platillos voladores, con un sentido de la enajenación que ubicamos en esa corriente fílmica.

?Comparado con la mayoría de las cintas estadunidenses de hoy, la suya tiene un ritmo lento. Incluso la música de piano transmite cierto tempo tranquilo. ¿Era ese el concepto de la película?

E. Coen: Así lo creo. En eso difiere un poco de un filme negro. Eso lo dictaba también el personaje de Billy Bon Thornton, lo que es él mismo, su metabolismo. La película está ligada a su personaje; él puede hablar muy fuerte sin perder todo su efecto.

J. Coen: Había momentos en el montaje en que en términos de ritmo no parecía haber la respiración adecuada. Se trata de un ritmo deliberadamente muy lento. Y estoy de acuerdo: la música contribuye mucho. Desde la primera nota te arrastra, y ya sea que lo aceptes o, como otros, lo rechazas por parecerte demasiado lento.

-La voz en off también contribuye a la lentitud del ritmo...

J. Coen: Una vez más, la voz en off es interna, baja, sin precipitaciones.

E. Coen: La voz de Billy Bob Thornton refleja cierta melancolía, misma que se pierde si se le acelera.

-¿Por qué era Billy Bob Thronton una elección clara desde el inicio del proyecto? Es un actor muy distinto a muchos otros actores estadunidenses.

J. Coen: Es un actor transformista, siempre muy diferente de una película a otra.

E. Coen: Es un actor melancólico, más interior. Una vez él mencionó el nombre de Montgomery Clift, y la comparación es buena porque es un actor que puede no mostrar mucho, puede no hacer mucho, y ser, con todo, muy conmovedor. No desaparece, es alguien al que miras.

J. Coen: La confianza reside en no embellecer algo cuando esto pudiera ser un peligro para la escena. Pero se requiere mucha confianza para no hacerlo, ya que como actor, si no estás seguro en una escena, la tentación consiste en empujar todo hasta la superficie a fin de mostrar lo que está pasando, para no desvanecerte en un segundo plano.

E. Coen: Para llamar la atención.

J. Coen: Es interesante, tal como lo hacía William Macy en Fargo: comprendía la estupidez esencial del personaje. Había muchos actores interesados en el papel y racionalizaban todo. ¡Bill Macy no es estúpido! Sucede lo mismo con Billy Bob Thornton, quien aceptó la pasividad del personaje, sin miedo a interpretarla. Había entendido el guión.

-Y no le apenaba no decir una sola palabra durante toda una escena...

E. Coen: Para nada. Se sentía muy a gusto interpretándola así.

J. Coen: En una ocasión, durante una escena, esbozó una sonrisa. Fue algo escandaloso. Tuvimos que decirle que en el contexto de su actuación eso se volvía algo enorme, muy alarmante. Comprendió de inmediato.

E. Coen: Un día su mujer vino al estudio. El actuaba la escena del juego de bingo. Bob nos llamó aparte y nos preguntó si podía decir algunas palabras porque le había dicho a su mujer que él era la estrella de la película. Tenía miedo que ella no se lo creyera.

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Tomado parcialmente de la revista francesa Positif, noviembre 2001.

Traducción: Carlos Bonfil

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