Opositores al aeropuerto en Texcoco, divididos por la concepción del método de lucha
Diferendo entre ejidatarios de Atenco obliga a suspender mesa de discusión en Casa Lamm
Se confrontan partidarios de la resistencia legal contra promotores de la movilización
ENRIQUE MENDEZ
Un malentendido motivó que la noche del viernes la mesa de discusión en Casa Lamm, donde los campesinos de Atenco, estado de México, expondrían sus argumentos en contra del decreto de expropiación de sus tierras, en las que se prevé construir un aeropuerto, se suspendiera. Sin embargo, la buena voluntad de todas las partes derivó en un acuerdo para que el debate se realice en otra fecha.
El diferendo se inició cuando los campesinos que han optado por la movilización para defender sus derechos llegaron a la Casa Lamm para participar en el foro organizado por ese espacio cultural y La Jornada. Los guardias de seguridad pretendieron impedir que los ejidatarios entraran con sus machetes, lo que provocó la primera inconformidad.
"Nuestros machetes son un instrumento de trabajo, pero en esta lucha también son un símbolo", argumentó Adán Espinoza, quien llegó poco antes de las siete de la noche al frente de una veintena de campesinos, incluidos los representantes que hablarían en el foro.
Angel Guerra, coordinador de las mesas de discusión, logró que la Casa Lamm aceptara que los campesinos entraran con sus machetes. No obstante, el punto que originó la discrepancia fue que en el presídium sólo estaban incluidos los comisarios ejidales Eduardo Martínez y Moisés Sánchez, que han optado por la lucha legal en contra del decreto expropiatorio, así como la antropóloga Patricia Muñoz.
Adán Espinoza los cuestionó: "ellos no tienen por qué hablar, ni son de Atenco". El caso es que para determinar quiénes expondrían ante los habituales asistentes a la mesa de La Jornada y la Casa Lamm se había dejado que los dos grupos se pusieran de acuerdo, pero Espinoza argumentó que ellos habían enviado su propia lista de oradores, para que se les incluyera.
Y, a partir de ello, como no vieron a sus representantes en la mesa que conduce Angel Guerra todos los viernes, dijeron: "nos vamos".
-Lo lamento mucho -les dijo Guerra.
-Nosotros más -contestó Espinoza y, junto con él, los campesinos se dieron media vuelta rumbo a la salida.
-Si me dan la espalda no podemos seguir hablando -insistió Guerra, en un intento por mantener la negociación.
-Mandamos una lista y no estamos ahí representados. Los que sí están son un grupo que siempre se ha dicho de Atenco. Ellos tienen una forma de lucha, nosotros la nuestra y sentimos que venimos a interrumpirles su evento.
Dicho eso, él y sus compañeros salieron a buscar la camioneta en que llegaron, pero ahí permanecieron durante casi dos horas más, en una larga discusión, avivada por el arribo de los otros ejidatarios, que le pidieron a Adán Espinoza no propiciar una división y "dar muestras de unidad".
"Tú eres el que provoca la división", le devolvió el ejidatario a José Gil, uno de los representantes de la otra corriente, impugnado porque -dicen-- "ni de Atenco es".
Durante ese lapso se les ofreció que el error se corregiría si designaban a sus oradores, que serían incluidos en la mesa. Así se llegó a las 20:30 horas, cuando Angel Guerra debió declarar suspendido el foro.
El público que acudió a escuchar las razones de los campesinos salió también a la calle -donde se confundieron algunos provocadores que pretendieron reventar la negociación--, y el diálogo continuó en la banqueta de Alvaro Obregón, con los mismos argumentos. Cuando parecía que no habría una solución, en medio del grupo se plantó la antropóloga Patricia Muñoz.
La lucha de los campesinos de Atenco, planteó, no sólo es por la tierra, también es en defensa de sus derechos, de su cultura, y no es de un grupo o un solo pueblo, es también de todo México.
Representan, dijo, la dignidad que el gobierno de Vicente Fox está dejando por el suelo y "no buscan más dinero, sino defender su tierra, porque ésta no se vende".
Muñoz afirmó que entre ellos, los capitalinos que fueron a escucharlos, todos debían respetar sus formas de lucha, la de la movilización y la legal, porque "ambas son necesarias".
Atenco, insistió, tiene la responsabilidad histórica de conjugar la defensa de las 13 comunidades de la región, de la lucha que se da en el oriente del estado de México, que representa la misma batalla que dan los campesinos de todo el país.
Entonces sugirió que se abriera otro espacio para que quienes han optado por la movilización, "en la que se juegan la vida", y los que persisten con los recursos legales "para combatir al gobierno" aceptaran participar en un nuevo foro. "No podemos imponerles nada, ellos lo tendrían que platicar", delimitó.
Aunque aceptó que el foro se reponga en otra ocasión, Adán Espinoza manifestó: "siento que hay algo turbio, que alguien no pasó nuestros nombres. Enviamos un fax y por una razón estaban otros que tal vez sí hicieron el trámite correcto".
Angel Guerra se adelantó para proponerles que el foro "se haga de nuevo", y también precisó: "aspiramos a que estén las dos representaciones, que las dos formas de lucha se expresen y que esta vez el consenso se haga sin intermediarios".
Espinoza insistió en que ellos creen en las movilizaciones más que en los amparos. "No estamos por la lucha lgal, porque no hay legalidad en el decreto. El mejor amparo que tenemos somos cada uno de nosotros. ƑEn qué justicia debemos de creer? La Cámara de Diputados no rechazó el decreto. La Suprema Corte de Justicia pudo hablarle a Fox y decirle: 'no lo hagas', pero no hizo nada. Lo definitivo es la lucha, si nos equivocamos, nos equivocamos todos, pero con gusto, y si morimos, también".
Hacia las nueve de la noche hubo intercambio de números telefónicos, para que esta vez el contacto sea directo. Los dos grupos se retiraron con la promesa de presentarse juntos a exponer sus argumentos en defensa de la tierra.