REPORTAJE
Compositores e intérpretes la consideran un
instrumento poco explorado
Actualidad de la marimba en Chiapas y el extranjero:
esplendor y buenos augurios
ANGEL VARGAS ENVIADO
Tuxtla Gutierrez, Chis., 8 de marzo. Raymundo Ruiz
es un niño de ocho años que recorre diario a pie más
de 12 kilómetros de vereda, sin importar el calor abrasante o la
lluvia torrencial, para acudir al taller de marimba que se imparte en la
casa de la cultura de su municipio, una de las 85 que existen en Chiapas.
Su
familia es de músicos, más por tradición y gusto que
como medio para ganarse la vida, pues lo mismo su padre que sus dos hermanos
mayores trabajan de jornaleros y reciben un salario de 25 pesos por día.
Hay ocasiones en las que Raymundo dedica sólo una
hora a sus prácticas musicales, pero, cuando se aproxima una presentación
o un concurso, el maestro hace que él y sus demás compañeros
dediquen de dos a dos horas y media durante los 15 días previos
al acto.
Ser maestro de marimba, por cierto, es una actividad que
también se desempeña más por oficio y ánimo
de mantener la tradición que por el sueldo que se percibe, entre
500 y mil pesos mensuales, por ejemplo, en los municipios de Copainalá
y Venustiano Carranza, respectivamente, según Pepe Ruiz Guanes,
director de la Marimba Infantil de Copainalá.
De acuerdo con apreciaciones de las autoridades culturales
de la entidad y de reconocidos intérpretes y compositores, entre
ellos los integrantes del famoso clan Nandayapa, encabezados por don Zeferino,
la marimba vive un momento de esplendor y los augurios sobre su porvenir
son más que optimistas no sólo en Chiapas y en el país,
sino en el resto del mundo.
Es considerado, de hecho, un instrumento en ciernes, del
cual se asegura queda aún mucho por descubrir y explorar, desde
el punto de vista de su construcción, interpretación y de
ser abordada por los compositores.
Esto es válido para el ámbito tradicional,
pero sobre todo para el de la música académica, en el que
ha cobrado cada vez más presencia en las grandes salas de concierto
del mundo merced al virtuosismo de ejecutantes como la japonesa Keiko Abe.
En el caso de ''La tierra de la marimba", como se llama
a Chiapas, el repunte que ha cobrado el instrumento en la última
década es atribuido en gran medida al creciente interés demostrado
por un sinfín de niños y jóvenes de las nueve regiones
de la entidad.
Antes, sobre todo en los años 70 y 80, explica
Javier Nandayapa Vargas, se vivió una situación drástica
ante la influencia y expansión que tuvo entre esos sectores la música
electrónica, la cual ''afortunadamente ya se quedó en la
historia y todo parece indicar que retomamos el camino de los años
50 y 60, cuando la marimba vivió su época de oro en el país".
Para el gobierno chiapaneco, según el titular del
Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (Coneculta), Oscar Oliva, resulta
prioritario preservar y desarrollar este patrimonio. Por ello, además
de impartirse talleres de la especialidad en las casas de cultura, se procura
que la marimba esté presente en todo acto cultural o artístico,
además de que cada municipio cuenta con un grupo o conjunto.
De manera específica, se le ha impulsado mediante
la realización de concursos, tanto de construcción como de
interpretación, y a partir de 1999 con un festival internacional,
cuya segunda versión concluyó la noche de este viernes en
Tuxtla Gutiérrez.
El desarrollo que ha mostrado la marimba en el género
de concierto ha provocado cierta inquietud e incluso resquemor entre los
intérpretes de origen popular, los cuales consideran que en aras
de la experimentación podría atentarse contra los valores
tradicionales.
Empero, solistas como el mexicano Raúl Tudón,
el francés Thomas Dalle y la japonesa Momoko Kamiya, participantes
en el segundo festival de marimbistas, subrayan que no hay razón
para preocuparse y aseguran que la música tradicional para marimba
nunca se verá en peligro de desaparecer o de sufrir alguna afectación.
''La vanguardia y la tradición van de manera paralela;
de la mano", definen.
El director de la Marimba de la Presidencia de la República
de Guatemala, Lester Godínez Orantes, coincide con esa opinión
y agrega que en ambos campos, el clásico y el popular, se trata
de un instrumento que no pierde su capacidad de sorprender, en contraste
con otros, como el violín y el piano, que han agotado ya sus posibilidades.
''Los grandes autores europeos lamentablemente no conocieron
la marimba ni ésta a ellos. Pero eso no ha sido obstáculo
para que los intérpretes de esta región del continente (Latinoamérica)
no toquen ese tipo de repertorio, pues siempre nos hemos preocupado por
hacer transcripciones y llevar esas grandes obras universales a lugares
donde de otra forma hubiera sido imposible llegar", abunda.
Lo que urge advertir y reflexionar, enfatiza Zeferino
Nandayapa, es que el repertorio popular no ha presentado en los años
recientes el desarrollo que sí ha tenido el de concierto, ya que
los músicos han mostrado cierto conformismo al limitarse con el
ya existente.
Sobre el origen de la marimba en México, específicamente
en Chiapas, se han desarrollado tres teorías: una considera que
llegó de Africa, a través de los esclavos que trajeron los
conquistadores; otra le concede una procedencia asiática, en especial
se menciona un instrumento malayo semejante a la marimba que después
pasó a Africa; y la tercera sostiene que es de origen maya, tesis
que toma como sustento un dibujo que se encontró en un vestigio
arqueológico.
Fue a mediados del siglo XIX y gracias a Manuel Bolán
que el instrumento adquirió rasgos particulares para ser considerado
netamente chiapaneco. Sin embargo su evolución no paró allí
y a finales de ese siglo un músico originario de San Bartolomé
de los Llanos (hoy municipio de Venustiano Carranza), Corazón Borrás,
inventó el segundo teclado y de esta manera creó la marimba
moderna.
La construcción de marimbas es otro arte y puede
decirse que gran parte de la producción nacional de este instrumento
proviene de esta entidad, merced a las familias que generacionalmente se
han dedicado a este oficio, como la Nandayapa, de Chiapa de Corzo, con
más de cien años de tradición. No es una actividad
que genere recursos financieros de importancia para las arcas estatales,
debido a que es de corte artesanal y no industrial.
Las marimbas chiapanecas cuentan con doble teclado y para
fabricarlas se utiliza madera de hormiguillo en el teclado y de cedro en
las cajas de resonancia. Su afinación la determina el tamaño
de las teclas y el efecto de vibración que caracteriza al instrumento
está determinado por los orificios que se localizan en la parte
inferior de los resonadores y que son cubiertos por una membrana pegada
con cera.
Para fortuna suya, hoy la marimba ha logrado recuperar
el amor de los niños chiapanecos y puede verse a muchos Raymundo
Ruiz que recorren largas distancias para acariciarla.