El Ministerio Público autorizó
la entrega de los restos, indica empleada de funeraria
Intensifican búsqueda del presunto cadáver
de Ramón Arellano Félix
Versión de que la FBI y la DEA participan en
la pesquisa UEDO encabeza indagatoria: PGR
JAVIER VALDEZ CARDENAS CORRESPONSAL
Culiacan, Sin., 23 de febrero. Agentes de la Procuraduría
General de la República (PGR) intensificaron la búsqueda
de los cadáveres que presuntamente corresponden a Ramón Arellano
Félix y uno de sus pistoleros, Efraín Quintero Carrizoza,
muertos en un enfrentamiento con agentes ministeriales el 10 de febrero
pasado en Mazatlán.
Versiones no confirmadas indican que integrantes de dos
dependencias estadunidenses, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI)
y la agencia de combate a las drogas (DEA), participan en estas pesquisas,
en las que ya declaró el gerente de la Funeraria Calderón,
Gustavo Sosa, empresa que recogió los restos de los ultimados.
Aunque Sosa no fue localizado para confirmar esta versión,
Martina Pardo, encargada de la funeraria, declaró que quienes reclamaron
los cadáveres inicialmente se comunicaron con ella por teléfono
y le mencionaron que llevarían los cuerpos a Guadalajara o la ciudad
de México.
Señaló que un hombre que se dijo primo de
la víctima y portaba documentación que resultó falsa
se presentó para llevarse el cadáver de Ramón Arellano.
Agregó que la autorización para entregar
los cuerpos la otorgó la titular de la agencia del Ministerio Público
especializada en homicidios dolosos, María Dolores Guadalupe Guzmán
Ramírez.
Sin
embargo, información extraoficial señala que los cuerpos
de los presuntos integrantes del cártel de Tijuana fueron
cremados en la firma Eternus, ubicada en Mazatlán.
En tanto, la delegada de la PGR en el estado, María
Guadalupe Mora Fausto, ratificó que la Unidad Especializada contra
la Delincuencia Organizada (UEDO) se encarga de las investigaciones.
En el enfrentamiento del 10 de febrero murieron dos presuntos
delincuentes y un agente ministerial, luego de que los primeros se negaron
a una revisión de la Policía Ministerial del estado.
El jueves pasado la Procuraduría de Justicia de
Sinaloa encontró que Efraín Quintero fue un gatillero del
narcotráfico y participó en la ejecución de
12 personas en El Limoncito de Ayala, municipio de Cosalá, el 14
de febrero de 2001.
Con base en información proporcionada por corporaciones
mexicanas y estadunidenses, el diario local Noroeste publicó
que el otro fallecido, Jorge Pérez López, quien portaba una
credencial falsa de la PGR, era en realidad Ramón Arellano Félix,
el jefe del cártel de Tijuana.
El capo habría acudido a Mazatlán
con el propósito de matar a Ismael Zambada García, El
Mayo, otro presunto narcotraficante quien con los Arellano se disputa
el control del mercado de la droga en Sinaloa y otras partes del país.
Los agentes de la UEDO procedentes de la capital del país
se distribuyeron a lo largo de Mazatlán para tomar declaración
a todas las personas que de alguna forma se vieron involucradas en los
hechos, y tratan de establecer cómo desaparecieron los cadáveres.
Ya han rendido testimonio policías ministeriales,
fiscales, médicos, empleados de la funeraria y de hoteles.
La estela criminal de uno de los capos del
cártel de Tijuana comenzó en enero de 1989
JORGE ALBERTO CORNEJO CORRESPONSAL
Tijuana, BC., 23 de febrero. Las historias de sangre
en torno a Ramón Eduardo Arellano Félix, quien al parecer
murió en una reciente balacera en Mazatlán, Sinaloa, comenzaron
cuando en enero de 1989 mató a sangre fría a un joven con
quien mantenía rencillas personales.
La víctima, identificada como Armando López,
El Rayo, fue abatido en las afueras del club deportivo Britania,
ubicado en Tijuana. Luego, el 26 de febrero de ese año, Ramón
asesinó a balazos a Héctor Raúl Gastélum, quien
se atrevió a pedirle que bajara el volumen del aparato de
sonido que el capo había instalado en su automóvil.
En diciembre siguiente, los hermanos Arellano Félix
mandaron asesinar a los miembros de la familia de narcotraficantes Machi
Ramírez, con quienes se disputaban hasta entonces el control de
la plaza.
También han estado involucrados en hechos sangrientos
fuera de Baja California. El 8 de noviembre de 1992 se produjo un enfrentamiento
armado en el que murieron varias personas dentro de la discoteca Christine,
en Puerto Vallarta, Jalisco.
Ese fue el primer choque entre la banda de los Arellano
Félix y Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, pero
seis meses después, el 24 de mayo de 1993, ocurrió el enfrentamiento
más violento entre ambas organizaciones y que marcó el destino
del grupo colocándolo en el escenario internacional, cuando fue
asesinado el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y cinco personas
más en el aeropuerto de Guadalajara, Jalisco.
Antes, el 3 de marzo de 1994 Javier Arellano Félix,
El Tigrillo, el menor de los hermanos, escapó con apoyo de
policías judiciales estatales de un arresto seguro en medio de un
tiroteo.
Ese día, a bordo de una camioneta Suburban azul
viajaban El Tigrillo e Ismael Higuera Guerrero, El Mayel
?actualmente preso?, junto con cuatro agentes de la Policía Judicial
del Estado comisionados en ese entonces en la delegación de Playas
de Tijuana, cuando en una calle de la delegación de La Mesa fueron
interceptados por una Suburban verde en la que viajaban agentes federales
encabezados por el comandante Alejandro Castañeda y se produjo una
balacera. Cuatro hombres murieron, incluido Castañeda.
El 28 de abril de ese año fueron asesinados el
entonces director de seguridad pública municipal, José Federico
Benítez López, y su escolta Ramón Alarid, porque el
jefe policiaco rechazó un soborno de los capos.
El 11 de junio de 1994 los hermanos Arellano Félix
colocaron un auto-bomba frente al hotel Camino Real, donde se celebraba
la fiesta de 15 años de la hija de Enrique Fernández, festejo
al que se suponía acudiría como invitado Amado Carrillo Fuentes,
El Señor de los Cielos. Las autoridades estiman que el atentado
fue idea de Ramón Eduardo Arellano.
En noviembre siguiente Fabián Martínez,
El Tiburón, y David Barrón Corona, El CH, asesinaron
en esta frontera a dos jóvenes narcojuniors apodados el Smeke
y El Chuy Marroquín, aparentemente por órdenes
de Ramón Arellano.
Cuatro meses más tarde otros dos narcojuniors
fueron asesinados por Emilio Valdés Mainero, El Cabezón,
por órdenes de su compadre Ramón Arellano. Se trataba de
Hendir y Enaín Meza, hijos del narcotraficante Héctor Nahum
Meza, El Toro Meza.
Secuestro, tortura y muerte
El 18 de junio de 1995 fue asesinado Dante Espartaco Cortés,
fotógrafo del periódico El Mexicano en esta frontera,
quien tenía rencillas con Fabián Martínez. En octubre,
dos policías judiciales del estado fueron acribillados en pleno
centro de la ciudad por El Tiburón.
En febrero de 1996 fue asesinado en la ciudad de México
el ex comandante operativo de la PJF en Baja California, Sergio Armando
Silva Moreno. Cuatro días después, en esta frontera, fue
también asesinada Rebeca Acuña Sosa, amante de Silva Moreno.
En abril siguiente, Gerardo Cruz Pacheco asesinó
a un ex militar al servicio de los Arellano Félix, el muerto era
ex el delegado de la PGR en esta entidad Arturo Ochoa Palacios.
En mayo fue ejecutado otro ex delegado de la PGR en la
entidad, Sergio Moreno Pérez, quien fue secuestrado y torturado
junto con su hijo Osmary Moreno Burgos.
En junio de 1996, dos militares allegados al general Jesús
Gutiérrez Rebollo fueron acribillados por gatilleros de los Arellano
Félix cuando fueron confundidos con gente de Amado Cruz en una carretera
cercana a Guadalajara. El 19 de julio fue acribillado en el Distrito Federal
el ex comandante de la PJF en Baja California Isaac Sánchez Pérez.
El 17 de agosto murió ejecutado el coordinador
de Ministerios Públicos Jesús Romero Magaña, ultimado
frente a su domicilio en esta ciudad, donde se encontró una importante
cantidad de dinero.
En septiembre fue asesinado el comandante de la PJF Ernesto
Ibarra Santés junto con otras tres personas cuando fue sorprendido
dentro de un taxi en la ciudad de México. Una semana después
fue asesinado Jorge García Vargas, comandante del desaparecido Instituto
Nacional Contra las Drogas, también en el Distrito Federal.
El 3 de enero de 1997 fue asesinado Odín Gutiérrez
Rico, ex fiscal especial de la Procuraduría General de Justicia
del estado quien investigaba la muerte de Benítez López.
Ese año fueron ejecutados otros dos comandantes de la Policía
Judicial Federal encargados de las investigaciones. A finales de 1997,
dos agentes federales fueron acribillados frente al edificio sede del Poder
Judicial Federal en esta frontera, después fue gravemente herido
el periodista Jesús Blancornelas, en un incidente en el que murieron
su guardaespaldas y David Barrón, El CH, gatillero de los
Arellano Félix.
Durante 1998 se registraron otras muertes atribuidas al
cártel de los Arellano Félix, incluidas las de los
narcojuniors, Guillermo Cornejo, Luis Ortega y Alberto Pareyón,
así como de Yadira Meza, hija del Toro Meza y hermana de
Erán Hendir y Enaín Meza, ejecutados en 1994 por la
banda, así como las 19 personas acribilladas en el rancho El Rodeo,
de Ensenada.
El 24 de marzo de 1999 otro crimen fue atribuido a gatilleros
de Ramón Arellano: la ejecución frente a su domicilio
del ex ministerio público federal Pedro Gallardo Machain.
En agosto de ese año fue acribillado, también
frente a su domicilio, el narcotraficante José Contreras, ex lugarteniente
de Rafael Caro Quintero.
En enero de 2000, tres jóvenes recién llegados
de Jalisco y Sinaloa fueron tiroteados con cuernos de chivo cuando
se encontraban en un restaurante de mariscos. Se informó que los
occisos no portaban armas, sin embargo, les fueron encontradas identificaciones
falsas del Instituto Federal Electoral, según revelaron las investigaciones
del Unidad Orgánica de Homicidios de la PGJE.
En abril, dos agentes del Ministerio Público Federal
y un agente policiaco adscritos a la delegación de la Fiscalía
Especial de Atención a Delitos contra la Salud (FEADS) en Baja California
fueron asesinados a golpes y luego sus restos arrojados a un barranco de
más de 100 metros de profundidad en la región conocida como
La Rumorosa.
Los occisos fueron identificados como José Patiño,
director de Ministerios Públicos de la fiscalía en la entidad;
Oscar Pompa Plata, agente del Ministerio Público, y el policía
Rafael Torres Bernal. Los tres formaban parte de un equipo que investigaba
en esta frontera las actividades del cártel de los Arellano
y el asesinato del abogado Gustavo Gálvez Reyes, defensor de Jesús
Labra Avilés, cerebro financiero de la organización,
detenido el 11 de marzo en esta misma localidad.
Un año más tarde, el 7 de mayo pasado, la
PGJE reportó el asesinato de tres agentes de la Policía Ministerial
del grupo de homicidios, los cadáveres fueron localizados en el
poniente de Mexicali, en las inmediaciones del canal Tulichek, ubicado
en el ex ejido Xochimilco del valle de Mexicali. Mostraban varios impactos
de bala, así como huellas de tortura. Las investigaciones atribuyeron
el crimen al narcotráfico.
Aunado a estos delitos, las autoridades atribuyen a la
organización de los Arellano Félix buena parte de los más
de 300 crímenes sin resolver y que se encuentran archivados sin
identificar siquiera a las víctimas. Se trata, en casi todos los
casos, de personas que fueron encontradas ejecutadas en distintos
puntos de la ciudad y con características similares en la forma
en que fueron ultimadas.