Dice a contendientes que recurrirá a
la PFP si pretenden tomar instalaciones del partido
Roque advierte que no aceptará actos de presión
en elección interna del PRI
Pide ayuda a Creel, gobernadores y López Obrador
para preservar el orden público
ENRIQUE MENDEZ
Humberto Roque Villanueva advirtió ayer que sólo
la Comisión para el Desarrollo del Proceso Interno (CDPI) puede
confirmar quién ganó la elección para la directiva
del PRI, además de que no aceptará ninguna medida de presión
como la que había preparado el equipo madracista, y resaltó:
"quien quiera correr el riesgo de hacer el ridículo, que lo haga,
pero en el pecado llevará la penitencia".
En la víspera de que el PRI realice la elección
de su directiva, por primera vez con el voto directo y secreto de militantes
y simpatizantes, Roque Villanueva informó que envió cartas
a los 31 gobernadores del país y al jefe de Gobierno del Distrito
Federal, Andrés Manuel López Obrador, informándoles
sobre la realización del proceso y para solicitarles su ayuda, "con
la más sana intención de preservar el orden público".
Durante una conferencia de prensa después de la
última reunión de la CDPI antes de la apertura de las casillas,
informó que se comunicó por teléfono con el secretario
de Gobernación, Santiago Creel Miranda, también para informarle
del proceso y plantearle que, en un caso extremo, le solicitará
la intervención de la Policía Federal Preventiva para resguardar
las instalaciones del PRI.
Conteo rápido
Una vez más insistió en que la comisión
recibirá los resultados de un conteo rápido que levantará
la empresa Consulta Mitofsky, y que sólo los dará a conocer
si el margen de error y los porcentajes no reflejan que la competencia
es muy cerrada.
También hizo un último llamado a los candidatos
a comportarse con ecuanimidad y a respetar las reglas de la elección,
así como un exhorto a los militantes y simpatizantes del tricolor
a votar.
"Confíen
-declaró- en que su libertad está totalmente garantizada
y que nadie ni nada podrá coaccionarlos; aun cuando en el PRI tenemos
una carga histórica en ese sentido, estamos absolutamente convencidos
que habremos de respetar los votos".
-En esta primera elección abierta ¿no hay
resistencia a la democratización del PRI? Se habla, incluso, de
que habrá una fractura.
-No es que nos esté costando mucho trabajo, sino
que estamos aprendiendo, y no creo que haya resistencias.
"El verdadero problema de un partido político es
encontrar elementos que le den cohesión y unidad. Cuando se da una
fractura, es porque una parte de ese instituto -los sucedió ya en
1987- no se identifica con el resto. Si eso fuera, es inevitable. Lo que
tenemos que evitar es que esa fractura se dé por una razón
de un resultado electoral".
Sobre el anuncio de que simpatizantes de Roberto Madrazo
tomarían la sede nacional del PRI si no se le reconoce el
triunfo, Roque Villanueva recomendó a ambas fórmulas que
"no tendría sentido ninguna medida de presión que pretendieran
ejercer con pretexto de júbilo, de desconfianza, de incomodidad
o de molestia.
"Ni la comisión nacional ni el Comité Ejecutivo
Nacional se dejarán intimidar por alguna manifestación de
este tipo, y si es necesario, y lo digo con pleno sentido de responsabilidad,
habremos de acudir a las autoridades federales y del Distrito Federal para
preservar la integridad de las instalaciones, y la física y moral
de quienes estén dentro de ellas".
-¿Tienen prevista alguna medida para evitar que
alguno de los candidatos se declare ganador sin que haya resultados oficiales?
-En estas cosas todo depende de la autoridad moral. Es
muy difícil exigirle a un político un comportamiento cien
por ciento ecuánime, pero la autoridad moral que ejercerá
la comisión en este caso será definitiva.
Roque informó que este domingo se volverán
a publicar las listas con la ubicación, por estado y el DF, de las
7 mil 397 mesas receptoras de voto que se instalarán en todo el
país, además de que también se pueden consultar en
la página de Internet del PRI.
Este día, las mesas se abrirán a las 9 de
la mañana y cerrarán a las 18 horas, y la información
sobre los resultados comenzará a difundirse a las 8 de la noche;
se espera que Roque ofrezca una conferencia dos horas después para
dar a conocer si hay alguna tendencia irreversible o en ese momento no
es posible hablar de una fórmula ganadora.
Las mesas estarán controladas por 14 mil 794 funcionarios
e igual número de representantes de las dos fórmulas de candidatos:
Roberto Madrazo-Elba Esther Gordillo y Beatriz Paredes-Javier Guerrero.
Esta es la primera vez que el PRI elige a su líder
nacional mediante el voto directo de sus militantes, luego del acuerdo
tomado en la 18 asamblea nacional realizada en noviembre pasado, y por
recomendación que se presentó desde la sesión extraordinaria
del Consejo Político Nacional en Ixtapan de la Sal.
El primer ensayo "democrático" para renovar la
directiva del PRI se realizó en abril de 1999, cuando el CPN "eligió"
a José Antonio González Fernández como presidente
y a Dulce María Sauri Riancho como secretaria general, quien en
noviembre de ese mismo año asumió el timón del tricolor,
también por decisión del propio Consejo Político.
Tan sólo en los últimos 10 años,
el PRI ha tenido nueve presidentes, desde que el 13 de abril de 1992 Rafael
Rodríguez Barrera fue dirigente del partido por un mes, hasta el
14 de mayo, cuando fue relevado por Genaro Borrego Estrada, quien fue removido
del cargo luego de que se supo que había pasado la charola a
empresarios.
Fernando Ortiz Arana fue dirigente del PRI por 10 meses,
y en mayo de 1994 fue sustituido después de su intento de ser designado
candidato presidencial, tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio; Ignacio
Pichardo Pagaza lo relevó y duró en el cargo ocho meses,
hasta el fin del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Con el inicio del gobierno de Ernesto Zedillo entró
a la dirigencia priísta María de los Angeles Moreno, designada
"la mujer del año" en 1994, y en 1995 la sustituyó Santiago
Oñate Laborde, quien estuvo 12 meses en el cargo. En diciembre de
1996 lo suplió Humberto Roque Villanueva, quien fue removido tras
la estrepitosa derrota del tricolor en las elecciones del Congreso,
y un mes después de que Zedillo lo declaró su brother.
El 11 de septiembre llegó a la directiva del PRI
Mariano Palacios Alcocer, quien se fue el primero de abril de 1999, a la
llegada de González Fernández, en un enroque que lo llevó
a la Secretaría del Trabajo hasta el fin del sexenio zedillista.
En todos los casos, los dirigentes eran "designados" por el Consejo Político
Nacional, aunque en realidad el nombramiento lo hacía el presidente
en turno.
Los acarreos por parte de los diferentes sectores
del tricolor podrían hacer la diferencia
RENATO DAVALOS, ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GARDUÑO
Los sectores priístas -que históricamente
explicaron el corporativismo y el clientelismo en el que se sustentó
el viejo sistema político? acudirán hoy a las 14 mil urnas
con un frente popular que se muestra madracista, un flanco obrero con acuerdo
sólo en la cúpula a favor de Paredes Rangel, y la agrupación
campesina dividida, aunque mayoritariamente a favor de la legisladora.
Los acarreos, como antaño, definirán
el curso del sufragio en cada caso. Durante casi cinco años Elba
Esther Gordillo se mantuvo al frente del sector popular priísta,
pese a que debió salir del cargo en los primeros meses de 2000.
Antes de incorporarse a la campaña de Roberto Madrazo y después
de hacer los enlaces del caso para los días que venían, dejó
en su lugar a Roberto Campa.
En el caso del sector obrero, el acuerdo a favor de Beatriz
Paredes es más bien entre la elite de las principales organizaciones
de trabajadores. El heredero de Fidel Velázquez en el cargo, Leonardo
Rodríguez Alcaine, integrante de la comisión de arbitraje
del proceso, que preside Humberto Roque, externó su proclividad
hacia Paredes Rangel.
No obstante, las presiones internas impidieron que Rodríguez
Alcaine extendiera la "línea" a todos los gremios, y semanas atrás
tuvo que declarar que se dejaba en "libertad" a las bases para emitir el
sufragio.
Por lo que hace al sector campesino, Heladio Ramírez
López, dirigente en turno, se mostró paredista desde
hace tiempo, aunque tuvo que hacer frente a la división cenecista
que promovió Nabor Ojeda, identificado con las filas madracistas
con representación cuantitativamente inferior.
Con relación al Movimiento Territorial, su dirigente
Carlos Flores Rico se identificó con Beatriz Paredes. Parte de la
campaña de la legisladora se orquestó desde las oficinas
de Flores Rico.
En torno a los "jóvenes priístas", su líder
Alejandro Guevara comprometió el sufragio con Roberto Madrazo desde
la pasada asamblea priísta. .
En la capital de Tlaxcala, militantes del PRD y del PAN
señalaron a Héctor Ortiz Ortiz, el alcalde de esa ciudad,
como organizador de la movilización de priístas para que
voten este domingo por Beatriz Paredes.
En el marco del proceso interno de los priístas,
en Tlaxcala se descubrió que Antonio Cueto Citalán, quien
hace 30 años -junto a Luis del Toro- se desempeñó
como uno de los alquimistas electorales más celebres del
PRI, trabajó desde el miércoles pasado para garantizar que
la mayoría de los votantes sufraguen a favor de Paredes Rangel.
Cueto Citalán operó la estrategia de movilización
en las urnas desde un restaurante llamado Las delicias de la abuela, en
la capital del estado. Los recursos para garantizar que la mayoría
de los votantes emitan el sufragio a favor de la ex gobernadora fueron
proporcionados por Ignacio Pichardo Pagaza, según reveló
Alejandro García Arenas, conocido por los priístas como el
Gavilán, personaje que en las últimas décadas
se ha dedicado a "colaborar" en diversas maquinaciones electorales en Tlaxcala.
Además, los adeptos de Beatriz Paredes le han garantizado
que en Huamantla, donde ella votará, aplastará a su adversario.
Cabe recordar que Antonio Cueto hizo pareja con Luis del
Toro como mapaches electorales en los tiempos de la presidencia
de Luis Echeverría Alvarez. Uno de los fraudes más recordados
de la pareja fue el que organizaron en el estado de Nayarit, donde le quitaron
el triunfo al candidato a la gubernatura del Partido Popular Socialista
(cuyo dirigente, Jorge Cruickshank, fue recompensado después con
un escaño en el Senado de la República), con la aveniencia
de Porfirio Muñoz Ledo, quien entonces era presidente del PRI.