Aspira a la alcaldía de Cancún,
apoyado por el PRD
El empresario Gastón Alegre se ha convertido
en el principal político opositor al PRI en QR
Ha puesto se fuerza económica al servicio de
sus ambiciones políticas: sus detractores
JAVIER CHAVEZ Y ALONSO URRUTIA CORRESPONSAL Y ENVIADO
Chetumal, QR, 15 de febrero. Sus detractores lo
ubican como un empresario aliado del poder que ha puesto su fuerza económica
al servicio de sus ambiciones políticas. Sus correligionarios lo
definen como un empresario con sentido social, con un
arrastre electoral envidiable.
De él dicen sus adversarios que tiene una gran
fortuna: mil 900 hectáreas en las zonas turísticas de alta
plusvalía; que es coleccionista de haciendas en el sureste del país,
amén de sus negocios en hotelería en Cancún y su estación
Radio Turquesa, que le ha permitido allegarse el favor del electorado como
candidato de izquierda.
Lo cierto es que su paso a la oposición perredista
después de una larga historia ligada a ex presidentes, lo ha convertido
en el principal político opositor. El único que pudo en 1999
amenazar la hegemonía priísta, cuando contendió por
la gubernatura, pues hizo desplomar la votación del PRI de 85 por
ciento, con que ganó Mario Villanueva, a 44, con que lo hizo Joaquín
Hendricks.
Ahora
contiende por la alcaldía de Benito Juárez, generalmente
conocida como Cancún, y su candidatura ha sido tan polémica
como la de hace tres años. Toda la oposición lo ha denunciado
ante el Consejo Estatal Electoral por el uso abusivo de Radio Turquesa,
principal activista del PRD.
Más aún, priístas y panistas acusan:
la radiodifusora le organizaba mítines virtuales. Mítines
que nunca se hicieron más que con la creatividad de la producción
radiofónica. "A menos que tenga el don de la ubicuidad para estar
en el norte y en el sur de la ciudad con cinco minutos de diferencia, que
era el lapso de la transmisión en vivo", dice el dirigente panista,
Joel Espinosa Moreno.
Lo único claro es que Gastón Alegre puede
ser un factor que aliente a la oposición a arrebatarle el Congreso
al PRI, si es que puede arrastrar al PRD a ganar los cuatro distritos electorales
de Benito Juárez, como ya lo hizo hace tres años.
Para el dirigente del PRD, Agustín Osorio Basto
?quien asegura que Alegre
realizó mas de 110 mítines de campaña?,
los comicios del domingo serán los
más competidos en la historia del estado. Y aunque
sólo da como posibilidad la derrota del PRI si se encadenan una
serie de factores que permitan al conjunto de la oposición arrebatarle
ocho de los 15 distritos, la que dan casi por ganada es la alcaldía
de Benito Juárez.
Para ello habrá que nulificar el efecto de la fuerza
mexiquense, que para la oposición no es más que un grupo
de mapaches empeñados en aplicar la nueva ingeniería
electoral priísta.
-¿Qué van a hacer con la fuerza mexiquense?
?se le inquiere al dirigente del PAN.
-Está operando en Cozumel y en todas partes donde
ven riesgos. Son mapaches del centro, de Montiel, una especie de
equipo Swat. Dónde sabemos que están hemos reforzado
a los ángeles azules (estructura electoral panista) ?indica
Espinosa Moreno.
-¿Y tienen la infraestructura para contrarrestarla?
?se le inquiere al representante del PAN en el Consejo Estatal Electoral,
Mario Baeza Cruz.
-Bendito sea Dios, sí, responde.
¿PRI benefactor?
La oposición está obsesionada en arrancarle
el control político al priísmo, pero prácticamente
no hay partido que entre sus candidatos no figure algún ex priísta
dimitido. Es el caso del PAN, cuyo candidato en Isla Mujeres, Antonio Coronado
Rojas, es un ex militar que proviene del priísmo y que es pariente
del alcalde tricolor en la isla.
Dice el PAN que ni su origen partidista ni su parentesco
familiar obstarán para revisarle bien las cuentas al cuñado.
La principal opción que tiene el PAN de ganar
es Cozumel, con Troy Becerra Palma, virtualmente apoyado por el PRD, que
no postuló a candidato alguno. Otro ayuntamiento en que el PAN tiene
probabilidades es Solidaridad, así llamado por Mario Villanueva
en homenaje al más popular programa del Carlos Salinas, quien lo
llevó a la gubernatura.
A cambio del militar incorporado a sus filas, el PAN perdió
en Cancún a uno de sus cuadros más carismáticos: Juan
Ignacio García Zalvidea, de los Amigos de Fox, quien se inconformó
con el saldo del proceso interno de selección, que dio el triunfo
a Rodrigo Tello Peón, un odontólogo cuyo hermano Jorge operó
el Cisen y era el subsecretario de Seguridad Pública cuando se fugó
Joaquín El Chapo Guzmán.
Ahora, García Zalvidea, El Chacho, es candidato
del PVEM, con cuyo apoyo va a arriba de la candidatura panista ?según
varios sondeos, pero lejos del PRI y de Gastón Alegre. Esa tendencia
fue confirmada por el propio Rodrigo Tello, quien junto con el dirigente
municipal del blanquiazul, Jorge González Cano, invitó
a Zalvidea a declinar para garantizar el triunfo del panismo.
Bajo ese escenario, si la oposición gana las alcaldías
de Cozumel, Isla Mujeres y Cancún, y la tendencia del voto es similar
en la elección de los diputados que compiten por los distritos que
comprenden esos tres municipios, el PRI tiene un riesgo inminente de perder
su mayoría en el Congreso, pues además el PAN tiene posibilidades
de triunfar en dos de las cinco diputaciones de la capital del estado y
no se descartan victorias para Convergencia por la Democracia (CD).
Este partido es el principal beneficiario de la desbandada
priísta, comenzando por Jorge Polanco Zapata, su dirigente estatal,
quien fue delfín del ex gobernador Mario Villanueva. Le siguen
Mario Ramírez Canul, Javier Cal López y Wilbert Canto Massa,
candidatos a las alcaldías de Cancún, Solidaridad y Othón
P. Blanco, respectivamente.
Con el respaldo del priísmo disidente, CD aspira
a ganar un par de municipios, además de otros dos distritos electorales,
a pesar de tener sólo 11 meses de existencia en el estado.
Con el apoyo de ex priístas y empresarios, que
contrasta con un relativamente escaso trabajo de base, la oposición
entra a la puja por el reparto del poder en el estado en la zona norte.
Signo de que avanzan, coincide la oposición, fue el súbito
cambio de actitud del gobernador Joaquín Hendricks, quien hasta
hace un par de semanas asumía como natural la pérdida de
posiciones del priísmo en la contienda. Días después,
cambió de discurso y actitud. Una hiperactividad en la entrega de
obras se conjuntó con el presagio de que, otra vez, el PRI irá
por el
carro completo.
Son las viejas formas del priísmo, define el líder
estatal panista, pero le reconoce a Hendricks no alcanzar las dimensiones
dinosáuricas tan recurrentes en el sureste mexicano: "ciertamente
hay que reconocerle que no ha sido un Cervera Pacheco o un Bartlett, que
como gobernadores encabezaban el debate con la oposición. Tiene
lo suyo, pero no abusa". Y es que la oposición vive por primera
vez una contienda sin el atosigamiento de la época de Villanueva.
-¿Cómo les fue entonces?
-Vaya que la padecimos -dice Espinosa.
La oposición fue literalmente perseguida durante
los tiempos de Villanueva. Lauro Pallares Rodríguez, militante panista
y comerciante, fue a parar a la cárcel acusado de un fraude inexistente.
El motivo real: su activismo político en la Canaco
para oponerse a Villanueva. "Aquí la cosa era palo o dinero", resume
Pallares.
Aunque también algunos dirigentes perredistas fueron
hostigados, el centro
de la persecución o "cooptación" fue el
panismo, según Espinosa Moreno. Otro líder del PAN, José
Inés Peraza Azueta, fue "cooptado" por Villanueva, lo que le valió
su expulsión.
Luis Manuel Romero Rivera no tuvo la misma suerte, aunque
tenía fuero por ser diputado. Salió huyendo de Quintana Roo
para no ser procesado por violación, luego de un desafuero en tan
sólo 12 horas.
Célebre fue el caso del empresario Francisco Rangel
Castelazo, quien tuvo un serio desencuentro telefónico con Villanueva:
"No me voy a desgastar en un pleito político. Asuntos como el de
usted los arreglo en el fondo del mar", le advirtió.
Nunca más volvió con Villanueva en el poder.
Y algunos priístas también fueron
damnificados. "¡Vaya, si hasta Hendricks salió huyendo en
una cajuela para que no lo agarraran!", asegura el comerciante Pallares.
A mediados de 1995, Joaquín Hendricks era dirigente del PRI, pero
terminó enfrentado con el gobernador por diferendos partidistas.
Y es que Villanueva quería ejercer un control absoluto sobre la
dirigencia. Ganó la partida en esa ocasión.
Según el propio Hendricks, Villanueva prácticamente
sitió la sede estatal del PRI con judiciales, ya que el líder
del tricolor se negaba a renunciar.
Eludió el presidio porque pudo huir escondido en
una cajuela.