REPORTAJE
Influyen personajes como Bravo Mena y Durán
Reveles; malas cuentas de varios alcaldes
La vieja y nueva guardia panistas se disputan
el poder mexiquense
Tras una evolución considerable en las preferencias
electorales, el Partido Acción Nacional (PAN) gobierna en 30 de
los 124 municipios del estado de México; es decir, 54.74 por ciento
del total de los 13 millones de mexiquenses están bajo alguna autoridad
blanquiazul. Sin embargo, a un año y seis meses de iniciadas
las gestiones municipales y la 54 Legislatura local, comienzan a manifestarse
inconformidades ciudadanas en algunos ayuntamientos y, caso inédito,
la fracción legislativa de Acción Nacional perdió
13 de sus 29 diputados, casi la mitad de sus integrantes
ISRAEL DAVILA CORRESPONSAL
Toluca, Mex., 25 de enero. Los conflictos por los
que atraviesa Acción Nacional en el estado de México se derivan
de la disputa entre los dos grupos predominantes al interior del partido.
Por un lado, la vieja guardia, encabezada por el dirigente estatal Francisco
Gárate Chapa, quien es apoyado por el presidente del Comité
Ejecutivo Nacional de este instituto político, Luis Felipe Bravo
Mena, y por el otro el grupo del subsecretario de Gobernación, José
Luis Durán Reveles, quien cuenta con el apoyo de varios alcaldes,
como el de Toluca, Juan Carlos Núñez Armas; el de Atizapán
de Zaragoza, Antonio Domínguez, y Rubén Mendoza, de Tlalnepantla.
Ambos grupos desde ahora se pelean por la candidatura
a la gubernatura del estado para el año 2005. Por un lado, Gárate
cuenta con el respaldo del consejo y la asamblea estatal, que finalmente
toman las determinaciones, y Durán Reveles tiene de su lado a la
mayoría de la militancia.
Antecedentes
El proceso electoral local del año 2000 ?simultáneo
con las elecciones federales? permitió que el blanquiazul obtuviera
37.98 por ciento de la votación total para las presidencias municipales
y 38.10 por ciento de los votos para elegir a los diputados locales, gracias
a lo que los especialistas consideran el Efecto Fox.
El panorama político de la entidad refleja errores
de cálculo de los panistas que aparentemente han perdido de vista
el proceso electoral que se avecina en 2003, cuando se renueven las ahora
124 alcaldías y el Congreso local, en el que podrían perder
la oportunidad de seguir gobernando a más de 50 por ciento de la
población, si no se da un proceso de urgente renovación,
en el cual los albiazules consideren que el triunfo de Vicente Fox
ya pasó y que precisan dejar de apostarle a la imagen presidencial
como su principal punto de apoyo.
La oligarquía panista
En julio del año 2000, los 29 diputados locales
electos se reunieron en San Juan del Río, Querétaro, con
su dirigente estatal, Francisco Gárate Chapa, con objeto de definir
quién sería el coordinador de la fracción parlamentaria.
El dirigente estatal panista realizó una consulta
entre los 29 diputados electos para determinar a futuro al coordinador
del grupo parlamentario. De este ejercicio, 15 de ellos manifestaron su
apoyo a Hesiquio López Trevilla ?quien obtuvo el triunfo en el distrito
uno de Toluca?, sin embargo, apoyándose en los estatutos, Gárate
Chapa designó al ex alcalde de Cuautitlán Izcalli, Julián
Angulo Góngora, como coordinador de la bancada.
A pesar de la inconformidad, la disciplina partidaria
hizo que la mayoría de los diputados aceptaran la imposición,
con la esperanza de que una vez que Gárate dejara la dirigencia
en noviembre de ese mismo año se pudiera dar el cambio de coordinador.
De acuerdo con Hesiquio López Trevilla, Gárate
Chapa estaba seguro de que no permanecería al frente del PAN mexiquense
ya que "consideraba que el Comité Ejecutivo Nacional y hasta el
propio Vicente Fox le debían el favor de haber obtenido más
de 2 millones de votos en la elección federal".
Sin embargo, el pago de factura nunca llegó y Gárate
Chapa se vio obligado a buscar la reelección en la presidencia del
Comité Directivo Estatal.
A partir de ese momento, los grupos al interior del panismo
mexiquense rompieron la tregua para apoyar a sus candidatos. Por un lado,
Gárate Chapa tenía de su lado a los diputados alineados al
coordinador de bancada y al Comité Ejecutivo Nacional ?que le impuso
como compañero de fórmula a Alfredo Rivadeneira, cercano
a Bravo Mena?, mientras que Gonzalo Alarcón contaba con el apoyo
del subsecretario de Gobernación José Luis Durán Reveles.
De esta forma, aunque los legisladores inconformes dieron
su apoyo a Gonzalo Alarcón, las estrategias de Gárate dieron
frutos y logró desbancar al candidato, con la declinación
de los otros dos aspirantes, Leonel Funes ?diputado federal? y Marco Antonio
López ?legislador local?, quien finalmente fue nombrado tesorero
de la dirigencia panista.
Los errores legislativos
A pesar de la insistencia de los diputados para que Julián
Angulo dejara el cargo de coordinador de fracción, Gárate
lo sostuvo, no obstante las amenazas de los inconformes de dejar de representar
al blanquiazul en el Congreso local.
La actitud de Angulo Góngora rayó en la
intolerancia, ya que a dos meses de instalada la Legislatura ordenó
a todos los diputados panistas del Congreso local a no asumir sus posiciones
en las comisiones de dictamen hasta que no hubiera cambios en la integración
de la Gran Comisión, donde el PRI y el PRD lo excluyeron.
Sin embargo la rebeldía se presentó al interior
de la fracción ya que algunos diputados inconformes asumieron sus
posiciones en las comisiones de dictamen, por lo que Angulo Góngora
llegó a amenazar a los diputados inconformes con iniciarles procedimientos
en la Comisión de Orden de su partido para sancionarlos.
En noviembre de 2000, y con el argumento de haber recibido
privilegios de la Gran Comisión, interpuso cinco recursos ante la
Comisión de Orden de su partido contra igual número de diputados
que finalmente fueron desafiliados de Acción Nacional.
Las víctimas habían sido Hesiquio López,
Leonardo Bravo, Gonzalo López y Mario Enrique del Toro y Ricardo
García Alavez, a quien acusó de haber recibido recursos del
presidente de la Gran Comisión, Isidro Pastor Medrano, para acudir
a un seminario de marketing político en Miami, Florida.
Siete compañeros más determinaron renunciar
al partido en protesta por la expulsión de los cinco legisladores,
fue así como se formó la fracción independiente y
la bancada panista dejó de ser la primera minoría en el Congreso
local al quedarse con 16 diputados.
Los manejos de Angulo Góngora
El verdugo de los ahora diputados independientes, Julián
Angulo Góngora, no había salido bien librado de su administración
municipal en Cuautitlán Izcalli. Al finalizar su trienio, él
mismo se autorizó un bono de retiro por un millón 200 mil
pesos por su desempeño al frente del ayuntamiento, mientras que
a sus colaboradores les otorgó una compensación por 400 mil
pesos.
Los reclamos de la oposición por un presunto desvío
de recursos volvió a ser noticia en marzo del año pasado,
cuando la Contaduría General de Glosa le inició un procedimiento
al no poder comprobar el destino de 155 millones de pesos.
Junto con él, su correligionario Alejandro Gamiño
Palacios, ex alcalde de Coacalco, enfrentó un proceso por no demostrar
la aplicación de 84 millones de pesos.
Los faltantes de Angulo Góngora y Gamiño
Palacios correspondían a obras inconclusas o no realizadas, contratos
a empresas inexistentes, adelantos a proveedores que no entregaron los
artículos comprados e irregularidades en nóminas y compensaciones.
Al final del procedimiento, la Contaduría General
de Glosa ordenó a Angulo Góngora devolver 20 millones de
pesos que no pudo solventar, mientras que Gamiño Palacios tenía
que resarcir siete millones.
Sin embargo, ambos legisladores solicitaron la reposición
del procedimiento, lo cual se les otorgó. Sin embargo, el resultado
del segundo análisis de Glosa fue el mismo.
La Comisión Inspectora de Glosa del Congreso local
dio de plazo hasta el viernes 11 de enero para cumplir con el resarcimiento
de los 20 y los 7 millones de pesos, respectivamente.
Angulo Góngora se negó a devolver un solo
peso y presentó un recurso de inconformidad contra la determinación
de Glosa, mientras que Gamiño Palacios cumplió en tiempo
y forma al devolver los siete millones de pesos que le había requerido.
En caso de que el recurso interpuesto por Angulo Góngora
no prospere, la Gran Comisión del Congreso local está obligada
a dar vista al Ministerio Público del desvío de recursos
y será la procuraduría de Justicia la que tenga que pedir
a la
Legislatura el desafuero del diputado.
En el caso de Gamiño Palacios, la Comisión
Inspectora de Glosa determinará si hubo comisión del delito,
ya que el resarcimiento no lo exonera de responsabilidad.
Los problemas en los municipios
Pero los conflictos en los que se ha visto envuelto Acción
Nacional en el estado de México no son exclusivos del Congreso local,
sino en varias de sus administraciones municipales.
El caso más sonado ha sido el de Tultitlán,
donde el alcalde, José Antonio Ríos Granados ?recordado por
su participación en el filme Orquídea Salvaje, al
lado de Lorena Herrera? ha sido cuestionado por un aparente desvío
de recursos por 90 millones de pesos.
A Ríos Granados también se le cuestionan
sus recurrentes apariciones en la televisión, ya sea por sus llegadas
a eventos sociales en limusina o, bien, por su visita al Vaticano, donde
supuestamente invitó a Juan Pablo II a conocer el municipio de Tultitlán.
En este asunto, la dirigencia estatal del PAN se deslindó
de inmediato y el presidente del partido en el estado, Francisco Gárate
Chapa, solicitó a la Comisión de Orden iniciar un procedimiento
para su expulsión, que finalmente se dio en noviembre pasado y que
fue ratificada por el CEN panista apenas el 5 de enero.
Además, en noviembre pasado, Movimiento Ciudadano
de Tultitlán organizó una consulta pública para que
los vecinos de este municipio decidieran si Ríos Granados debería
de continuar al frente de la administración municipal.
La consulta fue avalada por representantes de los tres
partidos predominantes en el municipio ?PRI, PAN y PRD? y el resultado
de este ejercicio fue aplastante. 99 por ciento de los participantes, es
decir 25 mil ciudadanos, expresaron su rechazo a Ríos Granados y
solicitaban la revocación del mandato del edil-actor.
Aunado a ello, el cabildo de este municipio poco a poco
fue perdiendo la confianza en su alcalde, ya que desde diciembre no reciben
su salario.
Esto provocó que el 10 de enero ocho integrantes
del cuerpo edilicio firmarán un documento que se entregó
al gobierno del estado y a la Legislatura local en el que se da cuenta
de las irregularidades que ha cometido Ríos Granados, por lo que
solicitaron de nueva cuenta la revocación de su mandato.
El edil de Huixquilucan, preso
Pero no sólo Tultitlán ha tenido problemas.
En Huixquilucan, los propios funcionarios panistas denunciaron al alcalde
Guillermo Espinosa Cruz de manejar una doble nómina. De acuerdo
a la denuncia presentada ante la Procuraduría General de Justicia
del Estado de México, Espinoza Cruz trataba de pagar algunos adeudos
que tenía con sus proveedores de su campaña proselitista
en el año 2000.
En agosto, la Procuraduría de Justicia consignó
la averiguación previa, libró la orden de aprehensión
y después de 41 días de estar prófugo el alcalde se
entregó voluntariamente tras la detención de dos de sus cómplices.
El alcalde de Huixquilucan tan sólo estuvo tres
días en prisión ya que por errores de los acusadores salió
en libertad por falta de elementos para procesarlo por extorsión
agravada.
Además, Espinoza Cruz tiene en su contra dos averiguaciones
previas más por usurpación de profesión, al ostentarse
como ingeniero sin haberse titulado, y por privación ilegal de la
libertad en agravio de un ciudadano de Huixquilucan que lo encaró
en una gira de trabajo. Ambas averiguaciones previas se encuentran en proceso
de integración y se espera que en breve puedan ser consignadas a
un juez mexiquense.
En tanto, en Ecatepec, el alcalde Agustín Hernández
Pastrana se ha caracterizado por ser un alcalde intolerante, como lo señala
el secretario general del PRI mexiquense, Alfredo Gómez Sánchez.
El funcionario priísta recuerda febrero del año
pasado, cuando en una manifestación de colonos apoyada por el Revolucionario
Institucional, en la que demandaban la dotación de servicios públicos
al ayuntamientos, el alcalde Hernández Pastrana estuvo a punto de
llegar a los golpes con el entonces dirigente del PRI estatal, Fernando
Alberto García Cuevas, a quien le dio un par de empellones por encabezar
esta movilización.
El sueldo de un alcalde
Además, en diciembre pasado, el alcalde de Ecatepec
se autorizó un incremento salarial, por el cual cada mes percibirá
la nada despreciable cantidad de 400 mil pesos, con lo que hizo caso omiso
a un resolutivo de la dirigencia de su partido que recomendaba a los ediles
emanados de este partido reducir sus sueldos.
Pero los alcaldes panistas no sólo han sido cuestionados
por el manejo de los recursos públicos. En Chapa de Mota, Roberto
Zepeda Guadarrama fue el causante de que la Comisión de Derechos
Humanos de la entidad emitiera la primera recomendación en su historia
dirigida a la Legislatura local.
La recomendación se derivó de actuaciones
del presidente municipal de Chapa de Mota al meter a la cárcel a
cinco vecinos del municipio sin tener razón aparente para ello.
La Contraloría de la Legislatura local inició
un procedimiento administrativo en contra del alcalde de esta localidad
por sus conductas contrarias a derecho y de encontrarse responsabilidad
en estos hechos el asunto podría terminar en los juzgados de la
entidad.
¿Quién resulta ganador?
Para el presidente de la Gran Comisión de la 54
Legislatura mexiquense, Isidro Pastor Medrano, el PAN, que fue ganador
en las elecciones de 2000, perdió un importante número de
diputados porque le ha hecho falta aprender a ceder y a concertar con las
minorías.
La estrategia priísta ante la actitud del PAN,
dijo, ha sido ceder y concertar con las minorías. La falta de capacidad
operativa a nivel político dio como resultado que los panistas perdieran
la batalla en el Congreso estatal, pero ?sostuvo? lo más importante
es que los más brillantes políticos del PAN mexiquense no
están en su dirigencia.
En este sentido, según dejó entrever el
legislador, los diputados hoy independientes, Mario Enrique del Toro, Hesiquio
López Trevilla, Aarón Urbina Bedolla, Leonardo Bravo y Carlos
Galán, son mejores que la dirigencia, e incluso podrían contender
por algunas alcaldías abanderando otras corrientes políticas
distintas al partido que, en la euforia por el triunfo de Vicente Fox,
ha perdido la noción de la realidad.
Ellos, dijo, los políticos brillantes, tienen
viabilidad a través del PRI, porque si lo desean, el partido no
les cerrará las puertas.
Y respecto a los panistas, dijo que la euforia mencionada
les hace pelear desde ahora por la gubernatura del estado de México.
Por ello, Luis Felipe Bravo Mena, José Luis Durán Reveles
y Rubén Mendoza son los candidatos que veladamente aspiran a la
gubernatura, que creen está ganada, lo mismo que el actual senador
Carlos Madrazo, quien ha manifestado abiertamente su interés por
ganar la candidatura panista al gobierno mexiquense.
En el caso de José Luis Durán Reveles, su
actual posición como subsecretario de Comunicación Social
de la Secretaría de Gobernación le ha permitido obtener presencia
a nivel nacional y en los medios, y esa estratégica posición
lo coloca de nueva cuenta en posibilidades de contender por la gubernatura
mexiquense en 2005.
De acuerdo con el secretario general del PRI, Alfredo
Gómez Sánchez, su partido visualiza que en las elecciones
intermedias del estado de México, a celebrarse en 2003, no hay otra
forma de ganar que a través de las alianzas, ya que a pesar de los
yerros que ha cometido Acción Nacional, aún encabezan las
preferencias electorales.
Los recuentos estratégicos y los escenarios revisados,
dijo, señalan que habrá municipios en los que se deberán
fortalecer otras opciones políticas y hasta podría pensarse
en alianzas que permitan quitarle de las manos a Acción Nacional
municipios tan importantes como Ecatepec, Huixquilucan o Metepec, donde
actualmente el PAN "no demuestra ser una opción real de gobierno".
La postura del blanquiazul
Por su parte, el dirigente estatal panista Francisco Gárate
Chapa, asegura que al interior de su partido no existe inconformidad por
el manejo que se le ha dado a este instituto político. Sobre la
decisión de los 13 diputados que abandonaron las filas de Acción
Nacional, sostiene que fueron víctimas de la estrategia priísta
por desestabilizar a su partido.
Señala que la expulsión del PAN de cuatro
de ellos estuvo plenamente justificada, ya que no respetaron un acuerdo
de fracción de no aceptar ninguna prerrogativa que proviniera del
presidente de la Gran Comisión del Congreso local.
En nuestro partido, dijo, la disciplina es un valor fundamental,
y si éstos cometieron actos en contrarios a ella, está plenamente
justificada la sanción.
En tanto, afirma, los problemas por los que han pasado
algunas administraciones municipales panistas "han sido provocados por
una campaña de desprestigio organizada desde el gobierno del estado",
y que en muchas ocasiones, sus correligionarios "no han sabido cómo
enfrentar estas situaciones".
Señala que su partido se encuentra "en una impresionante
ola de aceptación que en la actualidad le dan más de 50 por
ciento de los votos en el estado de México, por 20 para el PRI y
17 para el PRD".
Estoy seguro que esta ola de aceptación nos alcanzará
para ganar la mayoría de los municipios en 2003, al igual que la
mayoría en el Congreso. Los conflictos que tiene el PAN los tienen
todos los partidos, pero aquí los dirimimos conforme al estatuto
y todos nos ceñimos a él, dijo.