Ambos en libertad reiteran su oposición
a Chávez
Se presentan Soto y Flores a la autoridad militar venezolana
Washington mantiene divergencias con Caracas
AFP, REUTERS Y DPA
Caracas, 11 de febrero. El coronel de aviación
Pedro Soto y el capitán de la Guardia Nacional Pedro Flores, que
la semana pasada exigieron la renuncia del presidente Hugo Chávez
y hoy reiteraron su demanda, se entregaron a la autoridad militar que investigará
sus casos, la cual los dejó en libertad.
Soto acudió al aeropuerto de La Carlota, donde
opera el comando aéreo, "a dialogar", no a entregarse ?aclaró?
y acompañado por cientos de manifestantes denunció que los
altos mandos de la fuerza aérea lo amenazaron.
"Me
pusieron mordaza: si hago declaraciones ante el pueblo de Caracas me van
a enjuiciar", indicó el oficial, quien sin embargo habló
ante unos dos mil seguidores en la Plaza Altamira, adonde se dirigió
tras salir de la comandancia de la aviación.
Soto, informó la fuerza aérea, será
sometido a un consejo de investigación que determinará si
su actuación constituye "un delito o una falta militar", pero el
coronel dijo ante sus seguidores que ese consejo iba a ser conducido por
autoridades "ilegítimas".
Antes de dirigirse a la comandancia, el coronel rechazó
el calificativo de traidor que le dio Chávez, al aseverar que "quisiera
saber quién es más traidor, si alguien que defiende sus ideas
o quien vende la nación a la guerrilla colombiana".
El pasado jueves Soto se presentó ante un foro
que se celebraba en lujoso hotel capitalino para exigir la renuncia de
Chávez, a cuyo gobierno calificó de "tirano", y luego encabezó
una marcha opositora hacia la residencia presidencial.
A su posición de rebeldía se unió
el mismo jueves el capitán de la Guardia Nacional Pedro Flores,
quien también será sometido a un consejo de investigación,
pero gozando de libertad.
A su salida del comando de la Guardia Nacional, Flores
reiteró su exigencia de que Chávez abandone el poder para
evitar "un baño de sangre."
"En la fuerza armada estamos buscando que el presidente
vea el daño que le está haciendo a Venezuela para que él
mismo entregue la renuncia", señaló.
A diferencia de Soto, el capitán aseguró
que aceptó la investigación a que es sometido, porque "es
lo que corresponde", y aseguró que lo han "tratado bien, como a
un hijo que vuelve a casa".
Justificó su actuación desde la noche del
jueves: "soy militar y me amparé en el derecho constitucional de
poder deliberar, bajo esa figura me amparo".
El artículo 330 de la Constitución venezolana
establece el voto para los miembros activos de las fuerzas armadas "sin
que les esté permitido optar a cargo de elección popular
ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político".
La revuelta de los dos militares en activo no ha alterado
hasta el momento los cuarteles en Venezuela, afirmó por su lado
el Ministerio de Defensa mediante un comunicado.
"La situación es absolutamente normal en todas
las guarniciones del país (...) las fuerzas armadas no caerán
en las provocaciones, y se mantienen fieles a su juramento de lealtad para
con sus instituciones", se afirmó en el documento.
El general Francisco Belisario Landis, comandante de la
Guardia Nacional, aseguró que esa fuerza "jamás apoyará
un golpe de Estado militar".
Hasta el momento ningún movimiento de tropas ha
ocurrido en las 23 provincias del país, según Afp.
Un centenar de opositores acompañaron a Soto en
su presentación en el aeropuerto coreando: "fuera el loco, fuera
el loco, a Chávez le falta poco" y golpeando cacerolas, y luego
unos dos mil lo escucharon en la Plaza Altamira, mientras los partidarios
de Chávez recorrieron las calles de los populosos oeste y suroeste
en una caravana de vehículos. Pese a ello, la situación estaba
en calma en el tercer día de los cuatro feriados por carnaval.
Para este martes está previsto que Chávez
se dirija a la nación en horas de la noche, y el canal estatal de
televisión dijo que hará anuncios importantes. En su primera
declaración pública sobre la situación, el ex militar
que conduce lo que califica de "revolución bolivariana" dijo el
sábado a la televisión chilena que Soto era un "traidor"
y que no había posibilidad de una rebelión militar.
En tanto, Estados Unidos reiteró sus divergencias
con el gobierno de Chávez. El vocero del Deparmento de Estado, Richard
Boucher, dijo: "compartimos las preocupaciones sobre la radicalización
y polarización del proceso político en Venezuela".
Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela se tensaron
aún más luego que Chávez dijo que aunque entendía
que era correcto luchar contra el terrorismo, no era admisible que con
ese fin se mataran "niños inocentes" en la campaña de Afganistán.
Desde entonces, la administración de George W. Bush empezó
a expresar pública y reiteradamente su incomodidad con el gobierno
de Chávez.