03an1cul
Ť La dependencia condicionó autorización
del proyecto a participar en él
Tras ganar litigio al INAH, 2 editoriales hicieron
facsímil del Códice Florentino
Ť Se hicieron 500 ejemplares con un costo de $36
mil cada uno; León-Portilla prologa la obra
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
Las editoriales Libros Más Cultura y Aldus coeditan
una versión facsimilar del Códice Florentino, tras ganar
un juicio legal contra el Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH), que condicionó la reproducción a participar en la
elaboración. Hasta el momento se han hecho 500 ejemplares con un
costo de 35 mil 900 pesos cada uno. En México se han vendido 18
a particulares. El facsímil está acompañado de un
ensayo de Miguel León Portilla.
El
antecedente que se tiene de una reproducción similar data de 1979,
cuando el entonces presidente José López Portillo mandó
hacer un facsímil del documento llamado por Fray Bernardino de Sahagún
Historia general de las cosas de la Nueva España. Acceder
a uno de ellos es prácticamente imposible.
Marcela Alvarez, directora de Libros Más Cultura,
explica que el proyecto tardó dos años en realizarse y fue
obstaculizado por el INAH, aun cuando la editorial había realizado
todos los trámites correspondientes ante esa dependencia y ante
el país que tiene en resguardo el códice: el original se
encuentra en la Biblioteca Medicea-Laurenziana de la ciudad italiana de
Florencia.
El INAH, dice, "no quería que publicara el facsímil
porque '¿cómo un hijo de pueblo puede hacerlo y una institución
no? Me pusieron todos los peros".
En un principio el INAH accedió a dar la licencia
para la publicación, después de que el país de resguardo
otorgara el permiso. La autorización de la biblioteca italiana tardó
sólo 15 días en concretarse, "entonces el instituto dijo
que no daría la licencia. Me mandaron llamar del departamento jurídico
para informarme que querían coeditar, a lo que me negué.
Me dijeron que entonces no otorgarían el permiso de reproducción".
La editorial y el Instituto Nacional de Antropología
e Historia se fueron a juicio. La dependencia alegaba que la empresa editora
utilizaba procesos fotomecánicos, prohibidos por la dependencia.
"No era cierto, porque no se emplearon placas fotográficas, negativos,
procesos en offset ni serigrafía. Nada que ver con la mecánica.
Su ley está un poco obsoleta en este sentido porque no contempla
procesos de digitalización ni de computadoras", que fue el procedimiento
que siguió para reproducir el códice.
Una vez superado este escollo, la editorial continuó
su trabajo al lado de Aldus. Con una inversión de 2 millones de
pesos se elaboraron 500 ejemplares en papel de algodón, cosido a
mano, encuadernado en piel de trocil de res (un tipo de ternera rasurada
de color miel) y se presenta para su venta en un cofre de cedro blanco
con herrajes especiales de hierro forjado español. No se pudo entintar
a mano debido a la magnitud de la obra, que Sahagún concluyó
cuando tenía 93 años: son 4 mil fracciones. El costo de cada
ejemplar es de 35 mil 900 pesos y hasta el momento se han vendido 18 en
México a particulares.
Universidades de Estados Unidos y personas desde Venezuela
han manifestado su interés por adquirir la obra. No así alguna
dependencia o institución mexicana, ni siquiera el INAH, pese a
su valor histórico, porque para ellos sería reconocer que
se equivocaron.
Acompaña al facsímil el ensayo De la
oralidad y los códices a la historia general, del historiador
Miguel León-Portilla ?premios Menéndez Pelayo y Príncipe
de Asturias 2001?, en el que subraya que "la llamada Historia general
de las cosas de la Nueva España tuvo como fuentes primarias
la oralidad de los ancianos indígenas y los códices que presentaron
ellos a Sahagún".
El facsímil respetó la distribución
original de las 12 crónicas escritas como libros y contenidas en
cuatro tomos, en castellano del siglo XVI y náhuatl, con las imágenes
realizadas por los tlacuilos. Al igual que en la versión de Sahagún,
la obra está dispuesta en cajones simétricos, formados por
dos columnas ?español y náhuatl?, así como los folios
y las cornisas.
Marcela Alvarez señala que se trata de "un reconocimiento
y una forma de darle crédito a eso que no nos enseñan en
la escuela, porque, en definitiva, pocos tienen acceso al conocimiento
que brindan los códices".
El documento, agrega, significa tener en las manos "toda
esa tradición" a la que, después de una situación
bastante personal, tuvo acceso gracias a un curandero, Tata Alberto, quien
le contó "historias sobre los códices, de cómo se
armaban, de qué se hacían, cómo se sacaban las tintas
de las plantas, de qué se hacían los pinceles. Cosas que
casi nadie sabe", y subraya que aún faltan muchos estudios para
comprender el códice en su totalidad.
De manera reciente expertos analizan la parte que habla
sobre la medicina tradicional y es que, denunció Alvarez, "existen
intereses, personas, a las que no les conviene que se conozca este aspecto"
porque perderían mucho dinero: "Es más barato comprar hierba
del pollo en el mercado de Sonora para la inflamación, que comprar
una caja de Naxen".
El facsímil se presenta este jueves 24 a las 19
horas en el aula magna del Colegio Nacional (Donceles 104). con la presencia
de Miguel León-Portilla, fray Francisco Morales, cronista de la
orden de los franciscanos en México; la historiadora Pilar Maynes,
el director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia,
César Moheno, y la investigadora Ascensión Hernández
de León-Portilla.