Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 21 de enero de 2002
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CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ť Cuestión de número y de... indignación

En la más reciente visita de Carlos Salinas de Gortari al puerto de Acapulco, un pequeño ejército de 40 guaruras, miembros del Estado Mayor Presidencial, cuidó la seguridad del ex presidente.

Está bien, este personaje tiene que estar rodeado de quienes le aseguren su integridad física, porque la gente de México no olvida los agravios de seis años cargados de mentiras, insidias y negocios sucios que crearon una nueva nata de ricos y sumió a mucho más mexicanos en la pobreza.

Para Salinas, šqué bueno! A todo dar. Lo que es difícil de entender es por qué razón el gobierno de Fox, que se queja de contar con muy pocos recursos, dobla las manos y asiste al ex presidente cada que lo pide, porque bastante dinero hizo como para pagar de su bolsillo su propia seguridad, y que no sea el mismo pueblo agraviado por aquel régimen el que tenga que solventar el gasto de quienes lo cuidan cada vez que venga a México.

Pero a fin de cuentas esto no es nada. Ya veremos qué pasa si Roberto Madrazo gana el PRI. Entonces tal vez ese mismo partido pretenda, primero, tratar de limpiar la figura de Salinas y, después, después bien se podría regresar a los días del terror.

Las diferencias

En una convención tan amañada como siempre han sido sus acciones, los amachuchos decidieron seguir en el poder dentro de su partido. Hicieron su numerito, y en medio de esa alegría desbordante que trae la certeza del triunfo se abrazaron, se levantaron los brazos y se juraron hacer del PRD su patrimonio personal.

Y hubo quien entre broma y verás aseguró que entre los amachuchos se dijo: "Ahora sí, si ganamos, Jorgito Castañeda ya tendrá partido". Ni modo, dirían otros, esa es la democracia; sin embargo, la mayoría, y esto me juran que es verdad, no sintió ni emoción ni júbilo. Se cumplió con un trámite burocrático y nada más.

Del otro lado del sol azteca, Rosario Robles hace lo que mejor le sale: trabajar, y va de un lado a otro ofertando a los militantes y no, de su partido, una plaza sólida desde donde se construya un PRD involucrado en los problemas de su militancia, que no son otros que los que enfrenta contra el poder una buena parte de la ciudadanía.

Ayer Rosario Robles acudió a una cita en Texcoco, y allí mismo hizo compromisos para sumarse a la defensa de los habitantes del lugar en contra de las expropiaciones que el gobierno federal pretende.

Para los habitantes del lugar la visita es clave. Por fin, formalmente, una agrupación política se involucra en su problemática y respalda ese rechazo. Esa es, cuando menos para la gente, la única forma de romper con las actitudes demagógicas que llevan al engaño, la traición y la desesperanza.

Tal vez, aunque para muchos seguramente, Rosario Robles será el detonante que confirme, por fin, el perfil de izquierda del PRD que a últimas fechas, con las ideas del colaboracionismo, ha caminado en sentido contrario a su militancia.

El piso de arriba

La explicación para la construcción del segundo piso en Periférico y Viaducto podría darse dentro del ámbito de las necesidades de incrementar el empleo y la inversión en la ciudad; es decir, aunque la construcción de vivienda en las delegaciones V. Carranza y Cuauhtémoc -donde permite el Bando Dos del jefe de Gobierno- se ha ido incrementando, urgen nuevos lugares para la inversión y el empleo, y este "segundo piso" habrá de reducir la brecha entre los que tienen trabajo y los desempleados, pero también captará recursos muy necesarios para que la actividad económica en la ciudad no caiga.

En fin, la decisión de quienes hablaron por teléfono para dar su opinión acerca de la construcción del piso de arriba de Periférico y Viaducto queda muy lejos del universo de votantes que existen en el DF, y ello, para muchos, podría significa descalificar la consulta.

Es verdad, difícilmente se podría tomar la consulta como la muestra de las voluntades de quienes habitan la ciudad, pero, como ya dijimos, existen otros motivos, más allá de los estrictamente viales, para que esta obra se realice. En el DF hay un padrón de votantes de más de 6 millones de personas, y al cierre de las votaciones el número de llamadas apenas superó las 80 mil. Así que es cosa, si se quiere, de hacer cuentas.

En fin, para los que votaron y para los que no, el piso de arriba va.

Ť ciudadperdida-[email protected] Ť [email protected]

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