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Ť Pugna el cardenal por que se solucione conflicto chiapaneco
Al Papa "no se le presiona para que venga a México": Rivera
Ť Agradece el embajador Calix a mexicanos el apoyo en el proceso de pacificación de El Salvador
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Al papa Juan Pablo II "no se le está presionando para que venga a México". Su visita dependerá de dos factores: su estado de salud y que se complete el proceso de canonización de Juan Diego, aseguró el cardenal Norberto Rivera, quien se pronunció ayer por que concluya el conflicto indígena en Chiapas y se complete un acuerdo de paz real que no signifique sólo una firma, sino la construcción de un verdadero camino de progreso, porque "un convenio no alimenta ni cura".
De la visita de Juan Pablo II, el prelado puntualizó que la decisión del Papa es firme, pues ha manifestado su deseo de venir a México; sin embargo, se espera que su salud lo permita. Negó rotundamente que se esté comprometiendo al máximo jerarca de la Iglesia católica a que venga, y sostuvo que "se sabe que él ha manifestado su deseo de hacerlo". Aseguró además que "el Papa no se deja presionar tan fácilmente como se cree".
Norberto Rivera fue entrevistado luego de la homilía que ofreció este domingo en la Catedral Metropolitana, en la que estuvieron presentes siete embajadores de América Latina en México, quienes asistieron a la conmemoración de los 10 años de la firma de paz en El Salvador. Al término de la misa, el embajador salvadoreño, Eduardo Calix, subió al púlpito y desde ahí hizo un agradecimiento "al pueblo de México por su solidaridad, compromiso y apoyo en el proceso de pacificación" de su nación.
Más tarde el cardenal mexicano señaló que aun cuando no se ha logrado la pacificación en Chiapas, "afortunadamente aquí no ha habido guerra como en El Salvador". Y pidió a los mexicanos cooperar de alguna manera para que los indígenas logren llegar a este acuerdo, "pero que no sea sólo una firma del mismo, sino que efectivamente se logre un camino de paz y salida a su situación".
Confió en que habrá voluntad en el país para lograr este acuerdo y para "salir al encuentro de las causas de la guerra, que son la ignorancia, la pobreza y la falta de lo más indispensable".
Certificación de la ONU
A su vez, Eduardo Calix, embajador de El Salvador, comentó que su país es una nación totalmente nueva.
Adelantó que en marzo Naciones Unidas dará la certificación por haber cumplido los acuerdos de paz. "Ya no habrá más verificaciones y se podrá entrar en una nueva etapa de desarrollo", aseguró.
"Le damos nuestra eterna gratitud a México por haber sido uno de los países coprotagonistas en los acuerdos de paz y por haber sido la nación que coadyuvó a que el gobierno y la guerrilla se sentaran a dialogar. Incluso aquí se firmaron los acuerdos de paz", expresó el diplomático.
Ya hay un proceso democrático en El Salvador, expresa el diplomático
Calix no soslayó que su país tiene problemas y dificultades, y que presenta todavía altos índices de pobreza, marginación y delincuencia, "pero lo fundamental es que ya hay un proceso democrático". También se refirió al elevado proceso migratorio que -al igual que México- vive su nación, e hizo ver que este problema es tan complejo que "lejos de solucionarlo debemos administrarlo", ya que uno de cada cuatro habitantes trabaja fuera de El Salvador.
"Mientras persistan debilidades en nuestros países y falta de oportunidades, la gente seguirá migrando a otras naciones", expuso. Añadió que "nuestros gobiernos tendrán que empeñarse en concertar las veces que sean necesarias, hasta lograr que la movilidad de personas se haga en forma ordenada y respetuosa de los derechos humanos".
Habló además del proceso de dolarización que registra su nación, y dijo que "esto obedece a la ley de integración monetaria, la cual ha permitido el bimonetarismo, donde el dólar y su moneda -el Colón- circulan libremente, lográndose así la reducción de las tasas de crédito y la ampliación de los plazos, por lo que aun cuando se han enfrentado fuertes problemas nacionales, como terremotos, el contar con esta ley permitió a los salvadoreños acceder a mejores créditos para que pudieran reconstruir sus viviendas y negocios". Reiteró que en este proceso influye también positivamente "la gran cantidad " de remesas que envían anualmente los migrantes a El Salvador, las cuales se han convertido en uno de los pilares de la economía, pues ascienden aproximadamente a 20 mil millones de dólares al año.
En la misa estuvieron presentes los embajadores y representantes de los gobiernos de Guatemala, Rómulo Caballeros; de Costa Rica, José Angel Zequeira; de Belice, Salvador Amín Figueroa; de Panamá, Dionisio de Gracia; de Honduras, Rigoberto Parada, y de Nicaragua, Carlos Gutiérrez.