La violación de mujeres en las guerras:
delito grave contra los derechos humanos

E n toda la historia de las guerras, las mujeres han sido uno más de los botines de los guerreros. Junto a los tesoros y alimentos, las mujeres son otro de los "objetos" que los vencedores podían tomar a la fuerza como premio a sus triunfos y esfuerzos en los campos de la muerte. "Objeto del solaz, placer y desahogo sexual de los combatientes".

El "desarrollo" de las estrategias de guerra y de las armas, en nuestro mundo "moderno y desarrollado", "sofisticó" también esta práctica, llevándola a la cumbre de la perversión en los últimos años. Los penes de los varones guerreros más poderosos se transformaron en una poderosa arma contra el "honor" de los varones enemigos. Terrible combate de honores patriarcales varoniles que se instala a través de la apropiación violenta del cuerpo de las mujeres y de su capacidad reproductiva.

Por ejemplo, en la guerra de la ex Yugoslavia, se violó a unas 50 mil mujeres; en la de Ruanda, en sólo uno de los campamentos se detectaron más de 700 mujeres violadas (500 embarazadas) y ya no como espeluznante premio y botín final de la batalla, sino ahora como estrategia planificada y pensada, para "disminuir la mística del enemigo y para sembrar la semilla de la propia etnia en la enemiga". De la misma manera, durante los primeros años del conflicto de Chiapas, se han denunciado 50 casos de indígenas violadas por el ejército mexicano.

Así como la lucha de las/los familiares de desaparecidos políticos bajo dictaduras ha logrado que a nivel internacional se siembre la esperanza de que estos delitos sean juzgados por la humanidad (caso Pinochet), recién en los umbrales del tercer milenio la lucha de las feministas ha logrado que la violación a las mujeres en situaciones de guerra, sea considerada un delito grave contra los derechos humanos.

Esto se ha logrado en dos foros internacionales de gran importancia en lo que se refiere a legislación y/o jurisprudencia internacional para los derechos humanos de las humanas: el Tribunal Penal Internacional creado en julio pasado en Roma, cuya función es "juzgar y procesar los crímenes de guerra y de genocidio contra la humanidad. Hasta el momento 120 países han suscrito el tratado que lo crea. Para este tribunal la "violación sexual puede constituir un crimen de guerra o un crimen de lesa humanidad en vez de un simple delito contra la dignidad de las personas, como se establecía antes en el derecho humanitario internacional". Igual rango le otorga al embarazo, la esterilización y la prostitución forzadas, a la esclavitud sexual y a otras formas de violencia sexual.

El segundo foro internacional que reconoce a la violación a las mujeres en situaciones de guerra como un delito grave contra los derechos humanos, es el Tribunal Especial para los Crímenes de Bosnia Herzegovina, que emitió esta sentencia el día 19 de noviembre de 1998. Para lograr esta sentencia fueron cruciales las luchas que las mujeres vienen dando en diversos espacios desde hace varias décadas, la presión internacional así como la tenacidad de la jueza Elizabeth Odio, una de las dos mujeres que -entre once integrantes- constituyen este Tribunal Especial y quien junto a su colega dio una dura batalla no sólo legal y de justicia, sino incluso contra la animadversión de colegas varones del tribunal y la indisposición de algunos fiscales.

Esperamos que estas importantes resoluciones no sean papel para que los países más poderosos negocien según sus intereses económicos o geopilíticos como viene siendo la "costumbre"

(Información basada en: "No existe Justicia sin género", Ximena Bedregal, Doble Jornada No. 79, agosto de 1993; Sitio de UNIFEM en Internet: http://www4.ecua.net.ec/unifem/violenci.html
y Thais Aguilar/CIMAC, 10 de diciembre, 1988).