Jueves 30 de octubre de 2025, p. 33
México compra una parte del maíz que consume a Estados Unidos, cuyo precio es fijado por la bolsa de derivados más importante del mundo, la Chicago Mercantile Exchange (CME), por lo que si el grano se encarece allá, en México también.
Los contratos de futuros tienen el precio de referencia del maíz amarillo número dos (de grado industrial, usado para botanas, cereales y otros alimentos procesados), que surge de la interacciones de compradores y vendedores que participan en el CME.
En este mercado de cobertura están productores, exportadores, especuladores, importadores, aquellos que requieren el maíz como insumo. La mayor parte de los contratos son comprados o vendidos por grandes participantes, aunque también hay muchos pequeños y medianos intermediarios, de acuerdo con datos de la CME.
El precio fijado en esta bolsa de valores, válido para Estados Unidos, es una referencia prácticamente mundial, por los volúmenes negociados.
Este indicador se utiliza en México porque es el principal importador de maíz amarillo, el cual viene de Estados Unidos, y es válido también para el blanco.
Además, en muchos casos, el T-MEC obliga a utilizar precios transparentes y de mercado como parte del acuerdo.
Como algunas empresas quieren mitigar el riesgo de variaciones abruptas, cubren sus precios con instrumentos denominados “futuros”, que se negocian también en la CME.
Entonces los productores aquí se ven afectados por un precio sobre el que no tienen control, pues por ser parte de una economía global, si alguien quiere vender más caro, el comprador podría llegar a importar mejor al precio internacional.
En octubre de 2012, en México listaron un contrato de futuros de maíz blanco, pero no fue muy popular y como nadie lo operó, no funcionó.
Janneth Quiroz, directora de análisis económico, financiero y tipo de cambio de Monex, detalló que en Estados Unidos se publican informes que impactan en el mercado como proyecciones sobre siembras o la oferta que hay a nivel mundial. “Esos precios están sujetos a la oferta y demanda del grano, pero también a la percepción que se tenga a futuro”, precisó Quiroz.
      
	
       
     










     
	         
	       