Jóvenes se declaran mentalmente exhaustos y con daño moral, revela una investigación de Haaretz, diario de Tel Aviv // El gobierno oculta intentos de suicidio y prisioneros, señala

Domingo 19 de octubre de 2025, p. 18
Sin intención de regresar a las líneas del frente en Gaza, luego de largos periodos en las zonas de combate debido a lesiones morales, deterioro de salud mental, miles de soldados israelíes y jóvenes en servicio militar obligatorio declaran que están “mentalmente exhaustos” y que “ya no pueden soportar la matanza arbitraria” en el enclave.
Las Fuerzas de Defensa de Israel ocultan al público los intentos de suicidio de sus efectivos en la franja, así como el número de soldados y oficiales dados de baja por problemas de sicológicos o encarcelados por negarse a seguir combatiendo, reveló una investigación del medio israelí Haaretz.
A fines de mayo, Yoni (nombre ficticio), integrante de la Brigada Nahal, protegía un bulldozer que destruía un poco más lo ya devastado en la ciudad de Gaza, cuando un soldado gritó: “Terroristas, terroristas”. Entonces, “entramos en frenesí y de inmediato me subí al Negev (una ametralladora) y empecé a rociar cientos de balas. Luego avanzamos y me di cuenta de que era un error. No había terroristas allí. En cambio, vi los cuerpos de dos niños, tal vez de 8 o 10 años de edad, no tengo ni idea”, recuerda Yoni. “Había sangre por todas partes, muchos signos de disparos; sabía que todo era culpa mía. Quería vomitar. Después de unos minutos, el comandante de la compañía llegó y dijo fríamente, como si no fuera un ser humano: ‘Entraron en una zona de exterminio. Es su culpa, así es la guerra’”.
Un oficial de salud mental diagnosticó a Yoni “daño moral”, por haber actuado contra sus propios valores.
Beny, francotirador de la misma brigada, debía resguardar los camiones de ayuda humanitaria en el norte de la franja. “Los residentes intentaban avanzar para conseguir un buen sitio en la fila; había una línea que no debían pasar, pero de la que ellos no sabían y no veían. Si la cruzaban, podían dispararles –explica–. Los oficiales me gritaban: ‘¡Acaba con él, acaba con él!’ Tiraba entre 50 y 60 balas al día (…) No tengo ni idea de cuántos he matado... muchísimos. A niños. A los oficiales no les importa si mueren niños, ni tampoco lo que eso me haga sentir. Para ellos sólo soy una herramienta más”.
Ahora Beny busca su baja del ejército: “Me está matando, me ha marcado la vida. No puedo dejar de pensar en toda esta muerte. Percibo un olor desagradable, y mi mente lo interpreta inmediatamente como el olor de los cadáveres. Una vez incluso soñé que asesinaba a mi propia familia”.
Haaretz registró al menos 23 soldados regulares de las brigadas Nahal, Givati y de las cuadrillas blindadas que fueron condenados por negarse a entrar al enclave.
Un revuelo mediático iniciado por la emisora Kan en torno a tres soldados que se rehusaron a volver a combatir los salvó de la cárcel. Uno de ellos contó que durante una operación su pelotón mató por error a una mujer y a sus dos hijos que entraron en una “zona de exterminio” designada arbitrariamente por el ejército. “No lo sabíamos. Vimos tres figuras y disparamos siguiendo las órdenes”. El incidente lo dejó con trastorno de estrés postraumático.
El medio también confirmó el suicidio de casi 50 soldados israelíes desde el estallido de la guerra de Gaza en octubre de 2023: 17 este año, 24 que se quitaron la vida en 2024 y siete en 2023.
Por otra parte, en Telegram, los organizadores de la Sumud Flotilla denunciaron junto a una foto del ex cautivo palestino Mahmoud Abu Fool que éste fue “liberado de las cárceles israelíes después de perder una pierna y ambos ojos. Esto es lo que ‘el ejército más moral del mundo’ hace en sus cámaras de tortura. Nunca olviden el costo humano de la ‘seguridad israelí’”.