Devela imágenes de la crueldad israelí con testimonios de personas dentro del país

Viernes 12 de septiembre de 2025, p. 7
Basado en su cine “vivencial”, el director Rafael Rangel retomó el terrible genocidio-exterminio en Gaza para develar imágenes de la crueldad humana contra esa nación devastada de manera despiadada por Israel, pero con testimonios de personas al interior de Gaza, quienes dan cuenta de esos terribles momentos con el dolor y la desesperanza rondando sus vidas.
En el documental La gran Palestina, Rangel, da continuidad a su primera cinta Gaza: La franja del exterminio, para presentar los hechos ocurridos luego del anuncio del cese a fuego el 19 de enero pasado, con un recuento que concluye el 23 de marzo, cuando cerró la gran cantidad de material original que recuperó y reunió con el trabajo y colaboración de 12 fotógrafos palestinos quienes no pudieron salir de Gaza.
“También entraron dos fotógrafos directos de Hamas y, de pronto, esto tomó una dimensión relevante, que no esperaba”, expresó Rafael Rangel, quien en siete capítulos presenta hechos y estadísticas hasta el 23 de marzo pasado, tras contextualizar en un breve prólogo cómo llegaron los judíos refugiados a Gaza décadas atrás.
El documental-ensayo La gran Palestina, tendrá funciones especiales, del 16 al 18 de octubre, en el Centro Cultural Clavijero, en Morelia, Michoacán, donde el cineasta, a la par, prepara una exposición fotográfica de Khames Alrefi, uno de los 12 palestinos que participaron en esa cinta.
Con guion y producción de Rangel y dirección de fotografía deMahmoud M Zaqout, el documental fue realizado superando los desafíos de la distancia y no poder entrar a ese territorio. “Gaza continuó cerrada, igual que Rafah y la frontera de Egipto con Palestina; incluso del lado norte, también estuvo nulo el acceso; entonces comenzamos a armar, editar y reformular el contenido del documental de acuerdo como se iban dando los hechos, sobre todo, en el sentido de que seguían encerrados los palestinos sin permitirles salir”.
La desesperanza, aumentó y “se convirtió en un viaje al infierno, en algo totalmente oscuro, cuando Israel retomó el bombardeo y el genocidio; además de que impidió el acceso de ayuda humanitaria. Entonces, la narrativa tuvo un giro dramático y trágico de lo que pensábamos Mahmound y yo, de lo que sería este documental”, explicó Rangel.
Al estar impedidos de salir y entrar al enclave, “logramos hacer el documental por medio del trabajo diario y enlazarnos en la madrugada todos los participantes, de tres o cuatro países, todos con idiomas diferentes, sumándose a este audiovisual”.
Puntualizó: “con este documental estoy comprobando que aún no nos hemos dado cuenta de las posibilidades impresionantes de las híper comunicaciones que tenemos a la mano y sus resultados, gracias a lo cual logré hacer un documental con este sistema y las herramientas disponibles. El 80 por ciento del material es original y el otro 20 proviene de gente que se sumó con imágenes captadas con su celular, no son fotógrafos profesionales, sino personas de palestina que nos permitieron usarlas y, sin pensarlo, también se les pagó lo que ellos consideraron era el precio” de esas imágenes.
Con la convicción de que fue humanamente imposible para la producción estar en todas la áreas donde se desarrolla el genocidio, Rangel conjuntó todo ese material “para ceñirse a la realidad lo más posible y acercarse a los hechos que están sucediendo” sin tregua en la franja de Gaza.
El director aseguró: “este es un documental que defino como vivencial porque demuestra cómo está viviendo la gente; no hay voces especializadas, sino son las de personas de a pie, que viven en primera persona el genocidio”.
Si bien, el terrible relato comienza en enero con el supuesto cese al fuego, Rangel cerró el contenido del material “cuando sucedió el asesinato de los rescatistas; el video final con el que finalizo el documental es original de uno de los voluntarios, de 23 años, el cual tiene un gran valor no sólo testimonial, sino que gracias a él se desmintió y rompió el argumento de la milicia de Israel”.
Es decir, “es el gran epílogo del documental, porque sintetiza el espíritu palestino y la crueldad inhumana del ejército israelí. El video dura entre cinco y siete minutos, sin cortes, tal como fue el testimonio del joven”.
Al finalizar, abajo de los créditos, “puse una última escena de un tema que no me dio tiempo de abordar. Esto fue la trampa de la ayuda humanitaria que mandó Israel con Estados Unidos, que sirvió para asesinar a los que iban por ella. Es un breve fragmento, con una imagen contundente; lo que quise decir fue: el documental termina y aquí están los créditos, pero esto continúa. Fue simbólico insertar esta imagen durísima de un camión que regresa lleno de palestinos, con la manos vacías y con los cadáveres de hombres inocentes, desarmados, hambrientos, quienes iban por ayuda humanitaria y regresan sin nada”.
La gran Palestina, con guion, dirección y producción de Rafael Rangel y video especial de Rifaat Radwan; con Marwan Makhoul y el poema Nueva Gaza. También contó con fotografía adicional de Said Al-Najjar, Hamzah Al-shami, Ahmed Al-Danaf, Yousef Al-Mashharawi, Hassouna Al-Jerjawi, Ahmed Al-Salmi, Feryal Abdo, Hassan Eslieh, Abdullah Al-Sayyed, Khames Alrefi y Ameer Barhoom.
La edición es de Mar Jardiel, la coordinación México con Jimena Rangel, coordinación Egipto deMahmoud Elkholy y traducción Elíah Salem.