
Martes 15 de julio de 2025, p. 8
El danzón sigue vivo como género musical, aunque no está de moda en términos comerciales, expresa el flautista Ethiel Failde a La Jornada en entrevista. Tataranieto de Miguel Failde, creador del legendario ritmo en 1879, el músico que lidera la Orquesta Failde vino a México a promover su más reciente producción discográfica: Caminando piango piango, disponible en plataformas digitales.
La agrupación ha actuado en México en varias ocasiones; sin embargo, ahora Ethiel Failde vino solo, con la intención de promover su grabación ante los medios. La primera vez que la orquesta tocó aquí fue en 2017 en el Salón Los Ángeles, lugar adonde volvió en 2018. En aquella ocasión contó con una invitada especial, su madrina
la cantante Omara Portuondo. Casi todos los años viaja a México –excepto en 2020– para actuar en diferentes partes del país. La agrupación regresará en noviembre para presentarse ante el público. Las fechas y los lugares aún están por definirse.
El nombre Caminando piango piango significa paso a paso
, y suele escucharse en el argot popular. “Hay una frase popular africana que dice: ‘si te apuras, no llegas’. El álbum tiene mucho que ver con eso. Uno va a su propio ritmo, dando paso firme, tranquilo. Recoge hasta cierto punto 13 años de trabajo de la orquesta fundada el 14 de abril de 2012, con momentos lindos, otros no tanto, pero eso sí con un andar dentro de la música cubana”. La agrupación cuenta ya con dos nominaciones al Grammy Latino, en el apartado Mejor Álbum Tropical Tradicional, el primero por Failde con tumbao (2020) y el segundo, Danzoneando (2023), este último grabado en vivo en Matanzas.
Caminando piango piango es su cuarto álbum de estudio y cuenta con una serie de invitados especiales, encabezados por Omara Portuondo, quien canta una versión muy particular de La Llorona. Los otros invitados especiales son el puertorriqueño Andy Montañez, quien interpreta ¿Dónde estabas tú?, de Ernesto Duarte, y la guatemalteca Gaby Moreno, quien tiene a su cargo Aquellos ojos verdes, de Nilo Menéndez y Adolfo Utrera.
El inquieto Joseíto, escrito por Guillermo Ruvalcaba, está dedicado al bailador matancero José Fidel Leonard Viciedo, fundador de clubes de danzón en todo el país. Es la primera vez que se graba. Otros temas incluidos son Varadero, de Juan Pablo Torres; Que viva changó, de Celina González y Reutilio Domínguez, y Yiri yiri bom, de Silvestre Méndez, ahora con un arreglo de cumbia, por culpa del público mexicano que en nuestros conciertos aquí siempre nos lo pedía con ese ritmo
.
Otros dos temas inéditos son Sigue ese camino y Rumba de esquina a esquina, ambos de Pedro Pablo Cruz. Esta última trata de una canción que empodera a la mujer rumbera
. Para ello se buscó en la historia a mujeres rumberas que anteceden incluso a Los Muñequitos de Matanzas, agrupación emblemática de la rumba en Cuba. Salieron nombres como Panchita Chamalap, Cundunga La China y Estanislá Luna, a cuyas historias se refiere en Rumba de esquina a esquina.
En el coro final del número se escucha la frase: Súbela a Simpson, baja a la Marina
, en referencia al barrio de Simpson, cuyo nombre se retomó para el primer danzón Las alturas de Simpson, mientras Marina es el barrio colindante.
En agosto saldrá el disco en formato de cedé y vinilo con algunas adiciones. Por ejemplo, Yiri Yiri Bom será interpretada por Eugenia León en dueto con Rosa Moret, vocalista de la orquesta, además de agregar un nuevo tema, Danzón para la espera, de la autoría y cantado por Silvio Rodríguez.
Baile a viva voz
Failde recuerda que el danzón es un género que empezó como un baile: “Se decía que se bailaba a viva voz, es decir, se cantaba a viva voz un baile de cuadros que se hacía en los carnavales en las calles de Matanzas en el siglo XIX. El grupo de personas en cuestión pidió a Miguel Failde que compusiera música para lo que llamaban danzón porque era una danza grande. Entonces, creó música con ese fin en 1877, la primera versión de Las alturas de Simpson. A los bailadores no les gustó lo que hizo porque se parecía a la contradanza. Querían algo que fuera más cubano. Failde, el compositor, tuvo que reinventarse, por lo que creó la versión de Las alturas de Simpson que hoy conocemos, estrenada el 1º de enero de 1879, que ya tenía que ver con la petición de los bailadores”.
Miguel Failde siguió componiendo danzones, incluso se dice que tiene más de 140. Lamentablemente sólo se conoce uno: Las alturas de Simpson. Hace años el tataranieto emprendió un trabajo de investigación y encontró cuatro danzones más, los cuales se grabaron en el miniálbum
Joyas inéditas, éstos son Nievecita, A La Habana me voy, Cuba libre y El naranjero.
Los grabamos para que el mundo conociera más de Miguel Failde. Gracias a ellos se empieza a analizar la propia evolución del compositor con lo que sonaba musicalmente en el ambiente: la incorporación del piano que cambió el formato de la orquesta típica de Failde.
Para el flautista, don Miguel estaría feliz de cómo un género que creó para los bailadores resultó tan popular y tan hegemónico en un tiempo determinado en Cuba, y cómo sigue vivo tras más de 150 años. Además, llegó a México, país que lo asumió como suyo con tanto cariño y no intentó cambiarle el nombre, como pasó con el son y la salsa. Al final, el danzón es un patrimonio mexicano porque patrimonio es lo que heredas de tus antecesores
.