no estamos por gusto
Algunos viajaron ayer a sus estados

Domingo 25 de mayo de 2025, p. 6
Tras 10 días de iniciar su jornada nacional de lucha e instalar un plantón nacional indefinido en el Zócalo y calles aledañas, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) afirman: seguimos en resistencia, porque no estamos aquí por gusto
, al insistir en que su demanda central es la abrogación de la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), aprobada en 2007.
Rodeados de techos de plástico y casas de campaña, sostenidas con cientos de lazos que van formando una telaraña de nylon, los educadores, en su mayoría de los estados más pobres del país como Oaxaca, Chiapas y Guerrero, aseguran que da coraje cuando las personas pasan y te insultan
.
Comprendemos todas las molestias que les ocasionamos, afirma Alicia, maestra formadora de docentes de Oaxaca, “pero lo que no saben es que la vida del maestro es dura.
Muchos tenemos más de 25 años de servicio y los salarios aún no nos permiten garantizar lo básico a nuestras familias. Curso un doctorado para mejorar mi trabajo y poder alcanzar un mejor salario y pensión, pero no percibimos más de 15 mil pesos, y las jubilaciones, aunque sean de ese monto, no alcanzan
.
La profesora Rosa Isabel Martínez, originaria de Tamazulápam del Espíritu Santo, en la región mixe de la sierra norte de Oaxaca, narra que para ir a la comunidad donde labora como docente viaja durante 24 horas.
Mi escuela es la última de la punta del cerro más lejano. No hay electricidad ni agua potable y el drenaje allá no existe. Gano 12 mil pesos mensuales, pero de ese dinero compro material didáctico para mis niños y también alimentos, porque allá sólo comemos quelite y tortillas con chile
, explica.
Con más de 20 años de servicio y 50 años de edad, afirma que para cuando se jubile me darían como 5 mil 600 al mes, y eso es para morir de hambre. Por eso estoy aquí, cansada, mal comida y sin dormir, porque de vieja no quiero andar pidiendo un taco
.
Es insuficiente lo que nos dan
Asegura que se siente inconforme con la respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. “Primero dice que sí va a la mesa con la CNTE y luego que no. Lo que quisiéramos de verdad es que ella fuera, con lluvia o con sol, en la caja de una camioneta hasta la comunidad.
Que viera la pobreza. Que no mentimos cuando decimos que es insuficiente lo que nos dan, porque de mi sueldo sale mi pasaje, materiales para mis alumnos y todo lo que uno lleva, comida, ropa, pues se comparte con la comunidad
, asegura la educadora, quien por sus propios medios, cuenta, aprendió otras variantes dialectales del mixe, su lengua materna, para comunicarse con sus alumnos y padres de familia.
En una jornada de reorganización del campamento y consultas a nivel regional y estatal, el plantón permanece, en algunas zonas, con poca presencia de docentes.
Muchos aprovechan este día (sábado) para ir a casa al relevo, traer ropa limpia y comida, pero mañana (domingo) regresan los contingentes
, asegura un profesor de la montaña alta de Guerrero.
Otros maestros pasan las horas limpiando el pequeño espacio que ocupa su casa de campaña, cocinando, leyendo o escuchando música en pequeñas bocinas, en puntos donde logran instalar un enchufe eléctrico en el que decenas de docentes esperan para cargar la pila de sus teléfonos celulares.
La precariedad que enfrentan, asegura un maestro de Oaxaca, incluye no sólo las incomodidades de dormir casi a la intemperie. Se sufre mucho en cosas básicas, como bañarse e ir al baño. Los precios se disparan de un día a otro. Cuando llegamos el 15 de mayo, para usar un baño un par de minutos pagabas cinco pesos, ahora ya son 12, y por una ducha con baño, no menos de 50 pesos
.
Es terrible, asegura el profesor Lorenzo, de Ayutla, Guerrero, que con 34 años de servicio, después de haber caminado montañas, laderas, cerros, cruzar ríos para llevar la palabra, la lectura a los más pobres, tengamos que estar en estas condiciones pidiendo un derecho vital, que es vivir nuestros últimos años con dignidad. Y que allá, en ese Palacio Nacional, pareciera que no nos ven ni nos oyen