Nos duele lo que los empresarios han hecho para enriquecerse más, dicen

Viernes 23 de mayo de 2025, p. 26
San Cristóbal de Las Casas, Chis., Niñas y niños pertenecientes a la Organización Sociedad Civil Las Abejas pidieron a la Comisión Inter-americana de Derechos Humanos (CIDH) que presente ya el informe de fondo sobre la masacre de 45 tsotsiles, ocurrida el 22 de diciembre de 1997 en Acteal, Chiapas, para que sean castigados los responsables, entre ellos el principal autor intelectual, el ex presidente Ernesto Zedillo
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En una carta dirigida al organismo dijeron que ya han pasado muchos años y nosotros queremos que se castigue a los responsables intelectuales porque no han sido investigados y la violencia ha vuelto a nuestras comunidades. Nos cuentan nuestros padres que los disparos, enfrentamientos y desplazamientos que vemos y escuchamos hoy en día es lo mismo que se vivía
en la década de 1990.
Es por ello que nosotras y nosotros hemos decidido levantar la voz junto a nuestros padres, porque nos duele lo que el Estado y los grandes empresarios nos han hecho con tal de obtener más riquezas. No les importa la vida de los pueblos originarios, ni la de los niños y las niñas; para ellos no somos más que basura, no les importa nuestro dolor, pues hemos sufrido la ausencia de nuestras abuelas y nuestros abuelos, de quienes jamás llegamos a conocer sus rostros y nunca pudimos sentir su cariño.
Recordaron que en 2009 la Suprema Corte de Justicia de la Nación liberó a los paramilitares confesos de la masacre de Acteal, con lo que le demostró al pueblo mexicano su complicidad y su incapacidad de impartir justicia
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La carta fue leída por una niña durante la misa con la que los integrantes de Las Abejas recordaron ayer en Acteal a los 45 indígenas masacrados, como lo hacen cada 22 de cada mes.
Sostuvo que la realidad que hoy vivimos es más peligrosa que en 1997 porque los paramilitares se convirtieron en sicarios; por ejemplo, hay más drogas y alcohol. A algunas comunidades llegan hombres armados, juegan en la cancha, convirtiéndolas en refugio de sicarios, pues todavía hay comunidades que se llaman zonas neutrales o campamentos de paz
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Por otra parte, añadió la agrupación, “el gobernador (Eduardo Ramírez Aguilar) afirma que ‘sin educación no hay transformación’ y ‘¡Chiapas sí puede!’, pero la realidad es otra, pues hay comunidades en las que los niños y las niñas no llegan a la escuela, ya que desde 2023 los maestros salieron por miedo y no regresaron; pensamos que mientras no se acabe la complicidad de las autoridades con el crimen organizado y sin verdadera seguridad ¡Chiapas no puede!”.
Señaló que “en algunos lugares se escuchan disparos, aunque no todo el tiempo, lo que quiere decir que no hubo desarme por parte de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal.
Los campamentos de los militares, de la Guardia Nacional y de los policías no garantizan la tranquilidad de las comunidades; algunas y algunos han visto señales de complicidad con los que maltratan y amenazan con enfrentamientos.
Los operativos de los pakales fueron espectáculo aplaudido, los sicarios se escondieron, ahora caminan a cualquier hora del día y nada pasa, estamos viviendo una violenta normalidad disfrazada de paz
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