Domingo 24 de noviembre de 2024, p. 21
Guadalajara, Jal., Colectivos y representantes de los pueblos que rodean la zona metropolitana de la capital denunciaronque el gobierno y empresas privadas se benefician del mal manejo de los desperdicios que genera la ciudad, mientras el perjuicio directo y contaminación es para las comunidades periféricas.
En el contexto del Festival Cultural Contra del Negocio Criminal de la Basura, realizado ayer en Guadalajara, entre música, talleres y exposiciones se instaló el encuentro en la rambla Cataluña, a un costado de la rectoría de la Universidad de Guadalajara, donde abundaron los testimonios de la lucha para evitar que estas poblaciones sigan como el sumidero
de la gran ciudad, la cual debe hacerse responsable de los desperdicios que genera.
Es inconcebible que se tengan que pagar cientos de millones de pesos al año desde el gobierno, nuestro dinero, por el mal manejo de residuos que genera tanta contaminación
, se dijo en un taller, en el cual también se habló de promover la formación ambiental y crear infraestructura para un mejor manejo de los residuos, con un andamiaje intermedio como separación y valorización antes del confinamiento final.
Organizado por la Asamblea de Pueblos en Resistencia, el festival también sirvió de convivencia y unidad en la resistencia entre las comunidades dañadas por la falta de un manejo integral de la basura en la zona metropolitana de Guadalajara, motivando un diálogo propositivo en busca de un manejo correcto que no afecte al ambiente y a la salud pública.
Hubo talleres de compostaje en casa, economía y política de la basura, música y exposiciones fotográficas en las que se aprecia el impacto ambiental en las comunidades afectadas, alimentos y bebidas sustentables.
Se hizo especial énfasis en el caso del basurero Los Laureles, en Tonalá, donde el verterdero de Pantalán afecta la calidad de vida de por lo menos 20 mil viviendas aledañas, se insistió en rechazar la concesión a la empresa Caabsa Eagle y el modelo de priorizar el lucro sin importar el bienestar comunitario.
De Tlajomulco, el comité de Santa Cruz de las Flores habló de su lucha contra el basurero La Cajilota que recibe por igual residuos industriales que residenciales, con lixiviados que escurren hacia los cuerpos de agua.
Participaron colectivos como Un Salto de Vida, Resistencia Zurco del Valle de Tala que denunció la intención de implementar en su municipio un megabasurero intermunicipal que amenazaría a la región en su totalidad. También estuvieron miembros del Centro Interdisciplinario de Biodiversidad y Ambiente, Resistencia Civil por el Valle y Fondo de Acción Solidaria.
Se criticó que a pesar que Guadalajara, El Salto y Tonalá anunciaron que terminará la concesión con la empresa Caabsa Eagle y se crearía una Agencia Metropolitana de Residuos, no han presentado una solución distinta a crear un nuevo basurero bajo la misma lógica de confinamiento indiscriminado.