Lanzó el ataque en una región libanesa sin actividad rebelde
Sábado 26 de octubre de 2024, p. 18
Beirut. Un bombardeo de las Fuerzas de Defensa de Israel mató ayer a tres periodistas mientras dormían en una casa de huéspedes en la que se alojaban con otros 18 colegas de siete medios libaneses y árabes, en el sureste del Líbano, en uno de los ataques más mortíferos dirigidos a profesionales de la comunicación desde que estallaron las hostilidades a lo largo de la frontera hace un año.
El hecho ocurrió en la ciudad de Hasbaya, una población habitada por musulmanes, cristianos y de la minoría religiosa drusa, un área que hasta ahora se había librado de las hostilidades y había sido usada por lo medios de noticias como su base en la cobertura de la guerra.
El premier interino de Líbano, Nayib Mikati, acusó a Israel de cometer un crimen de guerra
tras el mortal ataque. Los militares israelíes dijeron que estaban investigando el incidente.
La agresión ocurrió hacia las 3 de la mañana y dejó en ruinas una serie de chalets ubicados entre árboles, que fueron alquilados por varios medios que cubren la guerra; autos marcados con la palabra Prensa quedaron volcados, cubiertos de polvo y escombros, y una antena parabólica para transmisión en vivo quedó destruida. El ejército israelí no emitió una advertencia.
Mohammad Farhat, reportero de la televisora libanesa Al Jadeed en el sur, dijo que todos salieron corriendo en ropa de dormir. “La primera pregunta que nos hacíamos entre sí era ‘¿Estás vivo?’”. Los fallecidos son el camarógrafo Ghassan Najjar y el técnico de transmisión Mohammed Rida, de la cadena panárabe Al-Mayadeen TV, con sede en Beirut, y el camarógrafo Wissam Qassim, quien trabajaba para Al-Manar TV.
A principios de semana, un ataque golpeó una oficina de Al-Mayadeen en las afueras de Beirut, que al igual que Al-Manar es un medio afín a Hezbollah. El bombardeo de ayer fue el más reciente en una serie de ataques israelíes contra profesionales de los medios de comunicación que cubrían la guerra en Gaza y el Líbano.
Israel no ha comentado cuál fue el objetivo del bombardeo. No obstante, grupos de derechos humanos advirtieron que atacar deliberadamente a los periodistas representa un crimen de guerra.