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¿Dónde estamos?
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ientras la población del mundo envejece, el capitalismo hace tiempo viene frenándose. La población alcanzará un máximo de unos 10.4 miles de millones de personas durante la década de 2080, y permanecerá así hasta 2100, cuando el crecimiento de la población será cero. De acuerdo con el Fondo de Población de la ONU, entre 1974 y 2024 la proporción mundial de personas de 65 años y más casi se duplicó, pasando de 5.5 por ciento a 10.3 por ciento del total. Entre 2024 y 2074, esta cifra volverá a duplicarse y llegará a 20.7 por ciento, mientras el número de personas de 80 años y más se triplicará.

Europa es el continente más viejo, con una mediana de edad de 42 años (la mitad de la población es mayor a 42 años y la otra mitad menor), y tiene la mayor proporción de personas con más de 65 años: 18 por ciento. El continente más joven es África con una mediana de 18 años y la mayor proporción de menores de 15 años: 41 por ciento. La mediana de América del Norte es 35 años (México, 29 años), la de Oceanía 33 años, y la de América del Sur y Asia, de 31 años. Los continentes más jóvenes están envejeciendo a una velocidad mayor a la de Europa, y con mucho menos recursos que los de Europa.

Hace tiempo que el capitalismo global está frenándose, aunque a ritmos muy diferentes según regiones. El Banco Mundial informa (https://wdi.worldbank.org/table/4.1) que el PIB del mundo creció a 3.2% durante 2000-2010, y a 2.7% para 2010-2023. En esos mismos lapsos China creció a 10.9 y 6.5%, respectivamente, muy por encima de la media mundial. En tanto, EU, líder dominante del capitalismo, creció 2.0 y 2.2% para los lapsos señalados, por debajo de la media mundial. Esa desigualdad en los ritmos de crecimiento ubicó a China, de acuerdo con la misma fuente, con el mayor PIB del planeta a valores de paridad de poder adquisitivo. En 2022 EU convirtió esa tendencia en ruptura y rivalidad abierta; el futuro de la economía capitalista global estará, como ya lo está, atravesado por esa rivalidad. Además, el mes próximo EU agregará al mundo un trastorno aún desconocido, resultado de su elección presidencial. Si gana Trump, pueden disminuir las agresiones militares de EU pero, claramente, empeorará la economía global. Con Harris la economía puede marchar mejor, pero las guerras seguirán como constante. Para ambos matar es un hecho natural y un derecho (de la selva) propio e inapelable. En tanto el clima planetario colapsa. Y China se prepara para la guerra en Taiwán y más allá.

Europa y Asia Central crecieron en los lapsos señalados a 2.0 y 1.6%, por debajo de la media mundial. Oriente Medio y el Norte de África crecieron a 4.6% durante el lapso 2000-2010, por encima de la media, pero cayeron a 1.6% durante 2010-2023. Por último, África Subsahariana creció a 5.5%, por encima de la media, en el primer lapso señalado, y a 2.7% en el segundo, al ritmo de la media mundial. Según los organismos internacionales, Rusia tendría una caída del orden de 10% en 2022, debido a las sanciones que el Norte Global le aplicó al inicio de la guerra con Ucrania; contra el pronóstico en ese año cayó sólo 2.1%, y en 2023 aumentó 3.6%; el crecimiento ruso previsto para 2024 es de 3.9%.

La única economía grande de alto dinamismo es China. Amplias regiones del Sur Global, como las señaladas, están en serias dificultades para avanzar. Un proyecto de futuro será anunciado por los BRICS+ hacia el próximo jueves; avisarán acerca de vías posibles para un grupo importante de los países del Sur Global. No obstante, en el espacio nacional está lo principal: para la vida de las mayorías, tanto del Norte y más aún del Sur Global, en el futuro previsible, va volviéndose más importante apuntar a los mecanismos de la distribución del ingreso –como la reforma fiscal, y el crecimiento sustantivo de la inversión pública–, que la apuesta por el crecimiento: la recuperación del crecimiento de antaño no es, en absoluto, parte del futuro capitalista. Las promesas de los aumentos de la productividad se han quedado en eso: promesas; la propaganda en torno a la inteligencia artificial, quedó en eso: propaganda. La grotesca desigualdad económica existente muestra amplios márgenes para insistir en un proceso firme de redistribución del ingreso.

México registra un crecimiento de 1.5 y de 1.3% para los lapsos apuntados, por debajo de la media; aunque el FMI estima un aumento de 2.2% para 2024. De otra parte, a buen seguro no hay otro gobierno con la legitimidad social que el de México. Gracias a ese hecho, desde el sexenio de AMLO el país está en la ruta, aún limitada, de la redistribución del ingreso, mediante la política salarial, la inversión pública y los programas sociales. El cuidado del marco macroeconómico, además, incide en el aumento de los proyectos de inversión privada. Pero, según el Coneval, más de un tercio de la población no puede cubrir el costo de la canasta alimentaria. Es imperioso mirar el entorno internacional y profundizar la política de redistribución.