Espectáculo reunió a 6 mil asistentes
La marcha anual de muertos vivientes tuvo su edición 17 con disfraces en los que se vierten ingenio y creatividad
Domingo 20 de octubre de 2024, p. 23
Miles de personas coparon las aceras de la avenida de la República y Juárez para presenciar la marcha zombi que partió del Monumento a la Revolución rumbo al Zócalo, donde unos 2 mil devotos del terror se caracterizaron de muertos vivientes, fantasmas, licántropos, payasos tenebrosos y otros personajes similares.
Personal de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que resguardó el evento señaló que 6 mil personas acudieron a presenciar el desfile, desde quienes decidieron ir a pasear al primer cuadro, se enteraron en ese momento e incorporaron a la multitud –como Hugo y su hermana Mariel, llegados del vecino municipio mexiquense de Nezahualcóyotl–, hasta quienes realizaron un largo viaje para ver exclusivamente a las caracterizaciones, como Raúl y Guadalupe Martínez, quienes se desplazaron con sus dos hijos desde Chilpancingo, Guerrero.
Uno de ellos, André, de 12 años, quien traía una buena laceración maquillada en la mejilla, dijo no tener miedo a los muertos vivientes, pues se ha familiarizado con ellos por un videojuego que se llama Plantas contra zombis, que tiene desde hace dos años.
Jacqueline, en primera línea de la procesión, se cuenta entre las inauguradoras de la marcha anual, ya que participó en la primera que se realizó en Tlatelolco en 2007 con su hija Karime, a la que llevó caracterizada de luchadora cuando tenía siete años.
Hoy, con 24 años a cuestas y un embarazo de ocho meses, aprovechó su estado de buenaesperanza, donde crece su hijo Evan, para su caracterización con una ensangrentada Mimi Mouse que le salía de la barriga.
No faltaron los villanos favoritos del cine de terror, como el conejo Frank, de Donnie Darko; Jason Voorhees, de Viernes 13; Michael Myers, Freddy Krueger, el muñeco Chucky y algunos Jack Skellington, entre otros.
Desde simples máscaras hasta elaborados maquillajes y disfraces, algunas personas hicieron también gala de ingenio para sus representaciones, como un par de payasos que jalaban osamentas de perros y algunos zombis que se hicieron acompañar de sus mascotas, maquilladas también con hocicos ensangrentados.
Alaridos, gritos, azotes de cadenas y golpes de hachas complementaron las caracterizaciones de los participantes al avanzar hacia el Zócalo, por la calle 5 de Mayo, donde la marcha se dispersaba.
Algunos que llegaron al Zócalo posaron para selfis entre las carpas de la Feria del Libro, donde payasos con motosierras –sin cadenas– como parte de su disfraz, las encendían para emprender persecuciones contra menores que se les acercaban, con la complacencia de sus padres.