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Educación, eje de la China rural; a la universidad, 60% de jóvenes
Enviada
Periódico La Jornada
Miércoles 9 de octubre de 2024, p. 17

Sichuan. Los rostros de los jóvenes, que de inicio parecían tímidos, comienzan a rodear a un grupo de extranjeros, en una remota comunidad al suroeste de China. Los ven como si vinieran de otro planeta y ninguno de esos últimos sale intacto de ahí. Los halagos transmitidos en inglés son recurrentes y sonoros, pero una vez lanzados y devueltos les sigue un gesto de vergüenza.

Hello. What’s your name?, comienzan a soltar las mejillas rojizas en medio de una meseta en la que el aire suele correr frío. El intercambio en inglés puede llegar a un How are you?, pero rara vez a más. Cuando se intenta pasar de ahí el rubor se intensifica y se combina con el mismo exceso de pudor, en medio de un patio escolar que parece una escenografía.

Ahí, los niños de entre 12 y 15 años de edad –dueños de esas mejillas rojas– juegan basquetbol, algunos están en tareas de limpieza y otros más rodean a latinoamericanos comunes como si fueran celebridades. Las peculiaridades se acumulan, pero lo que se intenta mostrar es cómo funciona una escuela bilingüe en medio de Hongyuan, en la prefectura autónoma de Aba, a más de 400 kilómetros de Pekín.

Bilingüe porque en esta escuela-internado fundada en 1982 la enseñanza se da en chino simplificado (mandarín) y tibetano, idioma original de los niños. En un recorrido por la instalación, las autoridades escolares comentan que a ello se suma el inglés. De algunos intercambios con los estudiantes se observa que en la institución se dan clases de la lengua extranjera.

El complejo educativo de 40 mil metros cuadrados en el que se ubica una biblioteca con 54 mil libros en estantería abierta, canchas de basquetbol, siete edificios de dormitorios e incluso un campo de futbol, se exhibe como el objetivo de una política educativa que en China es prioridad. Aquí, los 2 mil 204 adolescentes estudian y ejercitan 11 horas diarias como parte del programa curricular, pero también ahí comen y duermen.

Todos los jóvenes de la región pueden acceder a la escuela y en automático son sujetos a tres exentos y dos subsidios, una política que consiste en exentar los pagos de matrícula, libros y cuadernos –que en conjuntos representan 998 yuanes–; a lo que se suman un par de subsidios, un tipo de beca por mil 700 yuanes y otro por 950 yuanes para alimentación nutritiva, explica uno de los funcionarios que es parte de la autoridades escolares.

Los tibetanos suelen ser budistas, pero en la escuela no se practican actividades religiosas, enfatiza uno de ellos. En la entrada, sobre los pilares de un portón que sirve como acceso a la entrada se lee en chino, tibetano y sánscrito: Aplicar la política educativa para el desarrollo integral de la moralidad, la inteligencia y la forma física y Desarrollar la educación étnica para mejorar el nivel de conocimiento cultural de las etnias.

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▲ Escuela bilingüe en Hongyuan, en la prefectura autónoma de Aba.Foto Dora Villanueva

Duplican la matrícula

Al margen de ese zum en una escuela secundaria de la región autónoma de Aba, la educación en China se presenta como eje de la política de desarrollo. Tan sólo en el nivel universitario el país cerró el año pasado con 3 mil 74 instituciones de educación superior y más de 47 millones de estudiantes universitarios, así como una tasa bruta de matrícula de 60.2 por ciento, reportó el Ministerio de Educación. Esa proporción de gente joven en las aulas es más del doble que en 2010, cuando alcanzó 26.5 por ciento, o incluso 1990 cuando era de 3.4 por ciento.

En Banyou, una aldea con mil 460 habitantes, la mitad de los jóvenes en edad de cursar estudios universitarios lo están haciendo, asegura Jiang Yu, secretario de la sección en esa comunidad. En los últimos años el nivel educativo ha aumentado bastante. Tan sólo entre 50 y 60 jóvenes se encuentran en educación superior, asegura el funcionario.

Gela, un criador de yaks comenta que tres de sus nietos son universitarios, dos ya graduados y uno más se encuentra en Chengdú cursando el grado. Los estudiantes de Banyou no necesitan pagar los costos de vida cotidiana (dormitorio y comida) ni la matrícula. Incluso, una gran parte de las carreras cursadas están asociadas a una aplicación inmediata en su comunidad, como medicina, veterinaria y agronomía.

Esa escolarización también toca al arte. En la prefectura de Aba, la Escuela del Arte Tibetano imparte cursos de pintura thangka, bellas artes, caligrafía, escultura, estampa, pintura mural y producción de pigmentos minerales y vegetales para los jóvenes de los alrededores. El objetivo es que los estudiantes se vuelvan profesores en la misma institución o que continúen sus estudios en colegios normalistas o de bellas artes, explica Chi Zeng Rao Dan, director de esta academia.

El programa está diseñado para 7 años. Los estudiantes que han tomado parte en la creación de obras o prácticas pueden obtener ingresos en función de la rentabilidad de sus obras o de los cursos en línea destinados para aficionados del arte Thangka. Los estudiantes capaces de crear independientemente obras pueden ganar de 5 mil a 10 mil yuanes al mes, se plantea en una ficha informativa entregada a prensa.

Jóvenes estudiantes tienen cada uno su altar de trabajo en un aula iluminada naturalmente. Ahí se dedican primero a medir, luego a esbozar, volver a medir, marcar y luego rellenar con pigmentos mezclados con grasa de yak cada uno de los trazos en las pinturas de origen religioso. Completar estos lienzos les tomará al menos tres años.