Ocupan casi todo el perímetro del parque, aceras y hasta las bancas de descanso
Lunes 7 de octubre de 2024, p. 37
Libre de vallas y tapiales, la Alameda Central volvió a ser ocupada por vendedores ambulantes.
El comercio informal se encuentra prácticamente en todo el perímetro del parque más antiguo de América Latina y utilizan hasta las bancas, por lo que los visitantes del Centro Histórico no las pueden ocupar.
Incluso, la explanada del Palacio de Bellas Artes lució abarrotada de vendedores de elotes y comida que utilizan anafres o tanques de gas.
Las inmediaciones del parque, así como las banquetas de avenida Juárez también sufren la invasión de ambulantes, a los que se suma la presencia de personas que utilizan perros y gatos para obtener dádivas para su manutención, y otras que consumen mariguana.
Al desorden se agrega el estacionamiento de motocicletas en las banquetas, la circulación de bicitaxis en sentido contrario o de manera anárquica a pesar de que recientemente se publicaron las normas que las regulan.
Origen desvirtuado
Con una superficie de aproximadamente 90 mil metros cuadrados, la Alameda Central es considerada un espacio público monumental en la categoría de parque urbano, cuyo uso y destino es la recreación, el paseo y el disfrute de actividades cívicas, artísticas y de cultura física, por lo que se prohíbe en forma expresa la venta y oferta de mercaderías.
Sin embargo, de acuerdo con un diagnóstico de la Dirección General de Programas de Alcaldías y Ordenamiento de la Vía Pública de la Secretaría de Gobierno capitalina, se tiene identificada la invasión de carritos de comida de 11 organizaciones de comerciantes, así como la presencia de 16 colectivas de venta de artículos y personas en situación de calle.