Las lluvias no cesan; preocupan a habitantes
Domingo 6 de octubre de 2024, p. 21
Acapulco, Gro., La parte baja de la colonia La Esperanza continúa bajo tierra que se desplazó de los cerros, donde se ubica la unidad habitacional El Coloso. Las intensas lluvias provocadas por el huracán John, del 23 al 27 de septiembre pasado, generaron la crecida de un arroyo el cual ocasionó el deslizamiento de toneladas de arena, agua y lodo. Ayer siguió lloviendo.
Desde el paso del meteoro quedaron bajo el lodo portones, un puesto de tacos, al menos cinco vehículos y unas 15 casas anegadas; vecinos refirieron que un automóvil sigue enterrado.
Señalaron que dos inmuebles de tres niveles impiden la salida del agua del arroyo hacia la avenida principal, que es la carretera Cayaco-Puerto Marqués, por lo que representó un taponamiento para miles de litros de líquido revuelto con piedras y tierra, que alcanzó en algunas partes de la calle Simón Bolívar tres metros de alto.
Sobre los cauces fueron construidos muros y viviendas, cuyos accesos ahora están bloqueados de arena.
La lluvia registrada durante el sábado en Acapulco provocó que los recuerdos de John volvieran.
Sin embargo, los habitantes del Coloso mantuvieron una gran actividad sabatina, ya sea limpiando sus casas, comercios, o caminando a las tiendas, sobre la carretera Cayaco-Puerto Marqués, la cual en muchos de sus tramos está inundada de agua y lodo.
El transporte público en esta zona de la ciudad se mantuvo activo. En la entrada principal del Coloso, los peatones caminan sobre grandes montes de arena, donde se ven varios vehículos enterrados en el fango; mientras el agua desciende de la parte alta.
En tanto, las precipitaciones de ayer en la mañana provocaron nuevas inundaciones en la colonia Alejo Peralta, a un costado de la vía Puerto Marqués-Cayaco, donde los vecinos no han dejado de acarrear arena desde la semana pasada, en cuanto John se disipó y dejó Acapulco el 28 de septiembre.
Entre la tierra, habitantes improvisaron canales para que el agua siga su curso, ante el temor de sufrir una nueva inundación, mientras voltean a ver el cielo nublado con preocupación.
En la Alejo Peralta también continúan los automóviles enterrados bajo cualquier cantidad de arena, así como el paso a los hogares de decenas de familias.
Parece que se vino el cerro
, relató Juan Carlos Díaz Vázquez, quien no soltó la pala mientras contaba lo ocurrido por el paso de John.
La puerta de su casa está a unos 150 metros frente al acceso principal de la colonia, por el cual fluyó agua, acompañada de tierra de los cerros, por lo que manifiesta su nerviosismo cuando la lluvia se intensificó la mañana de ayer.
Recordó que él y su familia escaparon de su casa a un inmueble más alto la madrugada del 26 de septiembre, cuando se dejó venir el agua con tierra
, y en instantes las viviendas quedaron inundadas.
La sufrí gacho, ahora sí perdimos todo.
Relató que su hijo se cortó con un vidrio roto de una puerta, al momento de escapar de la inundación.
El sábado a mediodía, bajo la lluvia, un grupo de vecinos hizo fila para recibir comida de la organización World Central Kitchen en la entrada a la colonia Alejo Peralta, después de vivir durante más de una semana entre cerros de arena.