a presidenta Claudia Sheinbaum condenó ayer el incidente en que dos militares abrieron fuego contra un camión de redilas en el que viajaban 33 migrantes, matando a seis de ellos e hiriendo a otros 10. Tras confirmar que los involucrados fueron separados de sus cargos y denunciados por la propia Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y que ya se encuentran a disposición de la Fiscalía General de la República (FGR), la mandataria calificó los sucesos como un hecho lamentable que debe ser investigado y sancionado
; una situación que no puede repetirse
y ante la cual se están tomando las medidas
La institución castrense ha difundido al menos dos versiones sobre lo ocurrido: primero se afirmó que los vehículos sospechosos fueron detectados durante un patrullaje y que los uniformados oyeron
disparos, pero en un comunicado oficial se dijo que los soldados los buscaron e interceptaron tras recibir reportes de personas armadas en la zona fronteriza entre Tapachula y Tecún Umán, Guatemala, y que dispararon en respuesta a una agresión previa. Está claro, por lo tanto, que el primer paso en las indagatorias exige establecer cuál de las versiones es correcta, o si ninguna de ellas corresponde a la verdad.
Asimismo, es necesario aclarar si se trató de un error puntual de los elementos señalados o si hubo fallas en la cadena de mando que llevaran a ese lamentable desenlace. Más allá de la ineludible justicia para las víctimas, este caso constituye un llamado de atención para que se revisen a fondo los protocolos de actuación de las fuerzas armadas y se refuerce su capacitación a fin de que continúen desempeñando sus tareas en estricto apego a la ley y a los derechos humanos.
Por otra parte, las nacionalidades de las personas fallecidas, heridas y de quienes fueron aseguradas ilesas, entre quienes había ciudadanos de Cuba, Honduras y Perú, pero también de Egipto, India, Nepal y Pakistán, muestran hasta qué punto se ha complejizado el fenómeno migratorio en México y, por lo tanto, de la urgencia de desarrollar estrategias de manejo de los flujos humanos que tengan en cuenta los disímiles orígenes y realidades de quienes llegan al país, sea para establecerse o en su ruta hacia Estados Unidos.
Se ha hecho evidente que la época de México como país meramente expulsor de personas quedó atrás, y que hoy es necesario gestionar el tránsito y la estadía de quienes llegan desde las regiones más remotas en busca de oportunidades laborales, educativas o de ponerse a salvo de conflictos armados. Tales estrategias irían en consonancia con el compromiso manifestado por la presidenta Sheinbaum para brindar trabajo y protección a los migrantes que se encuentran en territorio mexicano, por lo que cabe esperar que se presente a la brevedad un plan integral en la materia.