Viernes 27 de septiembre de 2024, p. 5
Con la experiencia de acompañar a su madre hacia la muerte tras padecer una enfermedad terminal, Gilberto González Guerra (Ciudad de México, 1972) escribió una obra que ella no alcanzó a ver, en la que buscó dar salida a sus miedos y emociones; se trata de la propuesta escénica Errantes: Viaje a la memoria.
En entrevista con La Jornada, el autor detalla que “uno nunca termina de manejar por completo estos sucesos, pero una vez que entendí por dónde estaba transitando, lo acepté y decidí que mi amor por mi mamá era más fuerte que mis miedos. Le di un giro y llevé esos sentimientos a una construcción escénica; ese proceso fue sanador, un camino amoroso que nos guio y acompañó.
Las memorias se van quedando con uno y se transforman con el tiempo; cuando toman su lugar, duelen menos. Eso nos construye hasta el final de la vida, pero también son parte de lo que nos hace más fuertes. Esta obra es muy hermosa y sorpresiva, tanto para quienes estamos en la escena como para el público. La gente regresa a verla, sale muy conmovida y emocionada. No es un espectáculo duro, sino teatro lúdico, entrañable, con gamas de matices emotivos
, agregó.
Para el también protagonista, “la vida muchas veces tiene momentos de mucha densidad, pero el teatro y la danza nos dan la posibilidad de transformar las cosas, construir universos imposibles sobre la escena y nuestra cotidianidad. Queremos generar un acto luminoso con el espectador que podamos soñar dentro de un juego escénico.
La obra, a cargo de la compañía Onírico, busca hablar a partir de temáticas universales como la muerte, la espera, el amor y todo esto que los seres humanos han experimentado, y eso nos involucra. Cada uno construirá su historia desde su memoria. Como artistas, nos interesa dialogar con el público por medio de esta construcción de transitar por universos ensoñados, por fantasía, emociones, sentimientos y diferentes contrastes
, describió.
La puesta en escena cuenta la historia de un mago, creador de universos fantásticos, que está agonizando. “Los errantes son personajes inventados por él y buscarán, desde su mundo, volver a encontrarse con el mago para acompañarlo en la transición de su muerte. Esta propuesta habla del acompañamiento, la espera, la incertidumbre y la reconciliación después del enojo de la pelea.
En la compañía Onírico creamos esta nueva dramaturgia: construimos metáforas con la poética de nuestro lenguaje, integramos elementos, gestos, danza, teatro, incluso la parte sonora, vocal. Es un trabajo lleno de imágenes evocadoras. A cada memoria, el espectador le dará un significado distinto; tiene un poder visual muy grande que se crea a partir de la imaginación de nosotros como artistas y la del espectador desde su experiencia
, afirmó.
González Guerra mencionó que los errantes, interpretados por Emmanuel Fragoso y Juan Ramírez, “son viajeros de un universo al otro; es como ha sido nuestro andar en Onírico: de una fantasía a otra, a lo largo de diversos trabajos y una serie de personajes que se construyen y se han ido transformando. Ahora son los errantes, pero antes fueron marinos, astronautas... van errando de un sitio a otro.
También tenemos música original compuesta por el griego Manos Milonakis. La hizo especialmente para esta obra, la construimos a distancia, le mandaba videos y propuestas de qué instrumentos me gustaría que se utilizaran. Así es el proceso en cada área; somos tres los que damos la cara en el escenario, pero detrás hay un equipo muy poderoso
, concluyó.
Errantes: Viaje a la memoria ofrece funciones hasta el 29 de septiembre en el teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes (Cenart), hoy a las 20 horas, mañana a las 19 y el domingo a las 18 horas. La entrada tiene un costo de 150 pesos.