Uno a uno, los padres de los estudiantes desaparecidos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, reunidos con la comunidad otomí residente en la Ciudad de México en lo que llamaron un encuentro de dolor y rabia, expresan el reclamo: ¡presentación con vida y castigo a los culpables! A tres días de que se cumpla el décimo aniversario de los hechos de Iguala, afirmaron: no nos cansamos y seguiremos luchando hasta saber qué pasó con nuestros hijos.

También mantienen su queja contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien nos dio mucha esperanza, pero cuando la investigación llegó a los militares, ahí se quedó todo, y ahora su gobierno termina y nosotros no tenemos nada.

Las investigaciones no avanzaron más ni ha habido la disposición de la Secretaría de la Defensa Nacional para entregar toda la información. Insistieron en que en la desaparición participaron elementos de las policías municipales, estatal, federal y los militares.

El recibimiento fue emotivo con las consignas ¡porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!, ¡Ayotzi vive, la lucha sigue! y el ya tradicional conteo del uno al 43 con el fin de recordar a los jóvenes, cuyo paradero se desconoce.

La cita tuvo lugar en la denominada Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas Samir Flores Soberanes, sede del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas que mantienen ocupada desde hace casi cinco años. La comunidad otomí está aquí para acompañarlos en su exigencia de justicia, les dijeron integrantes del grupo étnico.

En tanto, cada uno de los padres de los desaparecidos tomaron el micrófono para agradecer el acompañamiento que han tenido de las organizaciones sociales a lo largo de 10 años y el que seguramente tendrán el jueves 26 en la movilización que realizarán del Ángel de la Independencia al Zócalo.

En 10 años no hemos parado. No hemos tenido una noche tranquila porque siempre estamos pensando en ellos. No hay palabras para decir que como madre es un dolor muy grande que te quiten a tu hijo. Quiero al mío de regreso, pero este gobierno no quiere darnos la solución. No nos dejen solos, pidió la señora Blanca, mamá de Jorge Álvarez.