La compañía Uróboros Escena lleva hoy al Teatro de la Ciudad Esperanza Iris la coreografía Rats, que surgió de la necesidad de enunciar las contradicciones y miserias que caracterizan a las grandes urbes, donde la lucha diaria por la supervivencia y la alienación social se entrelazan en un ciclo interminable de violencia y deshumanización.

Es una crítica social vista desde muchas perspectivas, donde la intención es sobrevivir sin pensar tanto en los demás, sino simplemente resolver lo que se presenta en el día a día, desde lo social, económico, político y afectivo; incluso, cómo el cuerpo también es percibido socialmente y todos los sentidos de diferencia y pobreza, comenta a La Jornada Luis Ortega, coreógrafo y creador de la obra.

El punto de partida de la propuesta coreográfica fue un estudio sobre el comportamiento de las ratas en comunidades grandes y pequeñas. En la pieza, Ortega aborda la condición humana a través de hacer una analogía con el comportamiento de los roedores.

En este caleidoscopio de la raza humana, el coreógrafo también plasma la violencia exacerbada que de pronto surge al usar el transporte público. “La gente se vuelve agresiva y muestra frustración, enojo y cansancio. Hay una pérdida de la humanidad muy profunda desde un sentido hostil, violento y poco empático.

Muchos hablamos de la empatía y de ponernos en los zapatos del otro, pero también nos hace falta ser compasivos, entender que las demás personas pasan por situaciones complicadas. En la obra se plantea un sentido de esperanza al cambio y el entendimiento, por ahí va esta propuesta, comenta el creador y director.

Mediante un lenguaje corporal cargado de simbolismo, los bailarines encarnan las tensiones y dilemas que se presentan en esa búsqueda por pertenecer y sobresalir en un sistema. Esta coreografía no sólo es una crítica social, sino también un manifiesto estético y poético que pretende cuestionar las estructuras que nos rigen.

La propuesta de Ortega se presenta como un espacio para la reflexión, el análisis y la crítica. Es un reflejo de la condición humana en su estado más crudo, una invitación a repensar nuestro lugar en el mundo y a confrontar las sombras que habitan en nosotros.

En la obra hay dos personajes que fungen como figuras de poder; ahí se hace la crítica a la política y al gobierno, que de alguna manera tiene bastante control sobre las masas.

Rats se presenta como parte de los festejos de los siete años de Uróboros, compañía que desde su fundación invita a la reflexión. El coreógrafo considera que en el arte se ha perdido esa intención de alzar la voz ante situaciones injustas o críticas. Nos interesa dialogar desde lo que hacemos, tener conversaciones incómodas para entender lo que sucede, agregó.

Uróboros es un espacio de creación, experimentación, producción e investigación escénica que proyecta la articulación de lenguajes artísticos tomando como eje de acción y referente el cuerpo siendo la danza contemporánea y la teatralidad sustentos de la creación.

Rats se presenta hoy a las 20 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris (Donceles 36, Centro Histórico).

Con esta función se rendirá un sentido homenaje a Aarón Mariscales Delgadillo, cuyo legado ha dejado una huella imborrable en el quehacer artístico de la compañía.