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Nosotros ya no somos los mismos

Perorata ceceachera acerca de la refinaciónde crudo en México

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▲ Si la oferta satisface la demanda interna de combustibles, redundará en la reducción de la importación de gasolinas y se evitarán los gasolinazos.Foto Roberto García Rivas
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niciemos con algunos gazapos porque se nos están amontonando y perdiendo la inmediatez que los hace interesantes y, a veces hasta graciosos, consecuencia que es mérito exclusivo de los protagonistas, no del escribano que apenas, timorato y vacilante, se atreve a deslizar un bien intencionado comentario.

Empecemos. ¿Recuerdan a Mario, uno de mis usuales choferes uberianos de los que transportan lo que queda de Ortiz de un lado a otro? ¿Y la plática sobre el calificativo de autócrata otorgado por el venerable tlatoani (orgánico, recientemente), al Presidente de México? Pues resulta que esta vez Mario, el chofer, venía acompañado de un joven que sin esperar se presentó solito: me llamo Jaime, su chofer es mi tío. No, le corregí de inmediato. Tu tío es, a veces el chofer que contrato para que me traslade un lado a otro. Solamente se rió. Intervino Mario: Jaime, mi sobrino, acaba de terminar el CCH-Sur y está decidiendo si entra a Políticas, Antropología o Economía. Por lo pronto ya me explicó qué quiere decir autócrata y me pasó estas notas para ver usted qué sabía del asunto este del petróleo y la gasolina. Dice él que en el sexenio que termina, la refinación de crudo llevado a cabo por Pemex es de casi el doble que en los años anteriores. Y que leyó un informe en el que se afirma que, para los meses de junio, julio la petrolera nacional ya procesará un millón 198 mil barriles diarios en el Sistema Nacional de Refinación. En otras palabras, esto significa el aumento de 95.75 por ciento en relación con los 612 mil barriles diarios que se refinaban en Madero, Salamanca, Minatitlán, Cadereyta, Tula y Salina Cruz, plantas nacidas para morir, en manos (y uñas) de ambiciosos y apátridas, políticos y, por supuesto, grandes capitalistas nacionales y extranjeros quienes, al fin de cuentas, son lo mismo. El bajo rendimiento de las seis refinerías era inevitable, si cinco de ellas desarrollaban trabajos muy por debajo de su capacidad y la sexta, Madero, se encontraba fuera de servicio. Y un detallito extra: Deer Park, cuya adquisición tantas críticas provocó, puso su granito de arena para el aumento de la refinación de la empresa mexicana y estatal. El joven Jaime era imparable y seguía adoctrinándome cual testigo de Jehová. Quiero agregar, dijo, dos asuntos estrechamente vinculados y que tienen la singularidad de que pueden plantearse en cualquier orden y la explicación será la misma. ¿Por qué están creciendo en el país la demanda de combustibles de Pemex en el mercado interno? ¿Por qué disminuirá progresivamente la importación de gasolinas a partir de aquí pal real? Déjeme, Ortiz, darle mis hipótesis… hasta allí llegó la perorata de adolescente, al cual respondí del mejor modo posible: Jaimito, ya llevamos 10 minutos en el estacionamiento del hospital y me interrogas sobre un asunto que está evidentemente resuelto en tus cuestionamientos. Si la oferta logra satisfacer la demanda interna de combustibles, obviamente esto redunda en la baja de la importación de gasolinas y, por consecuencia logra cumplir el propósito de evitar los infaltables gasolinazos que nos propinaban los gobiernos de la seguridad y el empleo. Si estos supuestos se dan, tendremos la plena comprobación de que la refinación de crudo en México, casi se habrá duplicado antes que el sexenio termine.

Y, finalmente, el relato de una plática en una sabrosa cantina veracruzana (para hablar claro, todas las cantina veracruzanas son sabrosas, más claro: las cantinas son sabrosas). Dos campesinos jarochos conversan: ¿Que cómo me fue con la última cosecha de mis toronjas? Pues nomás calcúlele compa: a mí me pagan un poco más de 3 mil 600 pesos por una tonelada y los refrescos embotellados de dos litros cuestan en la Ciudad de México, Fresca 26 pesos y Squirt 27.50. ¿Cuánto, de esas botellas, llevará de jugo natural de nuestras toronjas? ¿Con la venta de cuántas botellas se paga el trabajo de meses de los campesinos? ¿Con la venta de cuántas de ellas se paga el trabajo de meses de todos nosotros? No pude intervenir, porque mi mesa era otra y yo estaba nada más que de oreja, pero tampoco dejé de pensar en lo parejito que hablaban este hombre del campo y el autócrata (versión del novato de los orgánicos). ¿Será que al autócrata, por protagónico, le da por mandar obedeciendo?

@ortiztejeda