Sábado 13 de julio de 2024, p. 30
Después de 24 horas de que fue desalojado el Centro Universitario de Música Fermatta, el acceso al edificio de Plaza de la República 7, colonia Tabacalera, se encuentra con las cortinas cerradas, sólo con vigilancia interna, mientras en la acera nada queda de los instrumentos musicales, equipo de audio, video, papelería y muebles.
El estudiante Jesús Venegas comentó que son varias incongruencias en temas administrativos
que han enfrentado algunos alumnos en sus casi cuatro años de carrera, entre ellas que sólo tiene dos horas de clase al día, además de cambios continuos de profesores.
Para la obtención del título cobran 27 mil 900 pesos y luego tardan mucho en entregarlo. Lo único en lo que son muy rigurosos es en cobrar las colegiaturas, que van de 11 mil a 13 mil pesos, lo mismo que las inscripciones semestrales.
Agregó que los convenios que en años anteriores existían con importantes instituciones de educación musical del extranjero se perdieron.
Según el testimonio, el declive de la escuela comenzó cuando cambió su administración y con eso sus instalaciones y nombre. Antes se encontraba en San Jerónimo y en diciembre de 2020 dejó de denominarse Academia de Música Fermatta.
Un presunto decano de la escuela aseguró en un mensaje privado de WhatsApp a un estudiante: No tuvimos ningún desalojo, se evacuó el edificio debido a la información del comunicado que se envió anteriormente; todo se encuentra en orden y sin ningún problema
.
Sin embargo, los bienes se sacaron en cumplimiento a una orden judicial tras un juicio de arrendamiento por rentas no pagadas, mientras la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil negó que el edificio tenga riesgo estructural.
Es material que la escuela no ocupaba. Todo el equipo y el archivo está perfectamente resguardado. Por el momento no puedo realizar llamadas para contestar los mensajes de todos los alumnos
, se lee en la conversación hecha la tarde del jueves, cuando se había hecho público el desalojo, luego de que varias personas empezaron a llevarse el menaje de la calle hasta que intervino la policía.
Entre el alumnado y la plantilla docente había incertidumbre, molestia y temor ante el desconocimiento de cuál será su futuro inmediato y la falta de información de los directivos y autoridades del centro educativo, que no agregó nada más al comunicado emitido el pasado miércoles.