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Informa el INAH sobre el hallazgo de los restos de un hombre del Pleistoceno

Se localizaron en las excavaciones hechas en el Aeropuerto Felipe Ángeles

 
Periódico La Jornada
Miércoles 19 de junio de 2024, p. 5

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) informó del hallazgo de los restos de un hombre de la etapa precerámica, el cual fue localizado durante las excavaciones realizadas en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en la zona de Santa Lucía, en el estado de México.

Mediante un comunicado, el organismo informó que el esqueleto de Yotzin (que significa único en náhuatl), sería el primer habitante de su época en ser descubierto en la cuenca. Se trata de un hombre que tenía entre 25 y 30 años de edad al morir y medía 1.75 metros de estatura.

De acuerdo con sus características, se trató de un cazador-recolector de finales del Pleistoceno –hace más 10 mil años–; sin embargo, aún faltan más estudios de radiocarbono que confirmarían específicamente su edad, pero esto lo haría parte de los grupos más antiguos en haber habitado el valle de México.

Antes de Yotzin, únicamente se había localizado un cráneo perteneciente a la etapa precerámica, en 1984, en un predio del municipio mexiquense de Chimalhuacán.

El esqueleto fue descubierto en el sitio denominado M3, cercano al cerro y poblado de Xóloc, a 2 mil 241 metros sobre el nivel del mar. Los arqueólogos lo hallaron flexionado, con el tórax destruido y el cráneo roto a la altura de la nariz y ojo izquierdo. También tiene una coloración negruzca por el sedimento en el que estuvo inmerso.

La investigación sobre el origen de estos restos es encabezada por el arqueólogo Rubén Manzanilla López, a la que se sumó el biólogo Lauro González Quintero, el geólogo Antonio Flores Díaz, la arqueóloga Patricia Dolores Cázares Rodríguez y el antropólogo Jorge Arturo Talavera González.

Las características (del esqueleto) se parecen más a la de los primeros pobladores de América de finales del Pleistoceno que a las poblaciones prehispánicas, aseguró Talavera González.

Yotzin es un esqueleto robusto, con mucha masa ósea y no consumía carbohidratos. Los dientes debieron ser usados como herramientas para trabajar pieles o fibras, porque el desgaste es marcado en los primeros molares, derechos e izquierdos, y en los colmillos superior e inferior.”

Un atleta del pasado

El antropólogo también encontró marcas de actividad por la presión muscular en la línea media del hueso occipital, en las vértebras altas y axis, así como en ambos húmeros, lo que es evidencia de que esa persona hacía mucho ejercicio; además, observó inserciones musculares en fémures y tibias relacionadas con la actividad de caminar largas distancias por caminos abruptos.

Si un individuo presenta este desgaste sin caries es diagnóstico de un precerámico, porque puede ser indicador de que la dentadura le sirve para ablandar pieles y cortar fibras vegetales, aseguró el antropólogo físico.

Según los estudios de suelo que realizaron los expertos, en la fecha en la que Yotzin falleció la zona tenía las características de un pantano con humedales.

La capa donde estaba sepultado corresponde a un periodo interglaciar, fechado que coincidió con un periodo de gran actividad del poblado cercano a Tlapacoya, hace entre 20 mil y 13 mil años.

El INAH informó que este jueves 20 de junio de 2024, a las 11:30 horas, los expertos hablarán sobre este hallazgo en un programa de la serie Somos nuestra memoria, que podrá consultarse desde el canal en YouTube de Radio INAH.