Nunca me rajé
Miércoles 20 de marzo de 2024, p. a11
En plena adolescencia Janeth Gómez Valdivia se independizó de su familia para continuar el camino de la halterofilia. Tuvo que dejar su pueblo en San Miguel del Alto, Jalisco; recién iba a ingresar a la secundaria. Catorce años después de aquel desplazamiento, la pesista se encuentra en puestos para clasificar a los Juegos Olímpicos.
Aunque la palabra alto rendimiento
es fácil de pronunciar, el trasfondo es más complejo. Implica entender al deportista y las barreras que debe sobrepasar para alcanzar la élite.
‘Tenía 12 años cuando el CODE (Consejo Estatal para el Fomento Deportivo) me reclutó y me fui a vivir a Guadalajara. No sabía lo que era la ciudad, tampoco conocía un transporte, venía del rancho, era una niña que casi no salía, si bien hacía mis travesuras en la calle, nunca iba más allá”, dice a La Jornada.
Empecé extrañar mi casa, no sabía desplazarme y para conseguir mis cosas tenía que ingeniármelas
, recordó la atleta de 26 años.
Fue una etapa en la que, asegura, batalló mucho. Lo que la mantuvo firme fue su deseo de sobresalir en una disciplina que la cautivó desde el primer momento.
Nunca pensé hacer deporte, en mi localidad no había muchas chances de hacerlo. La oportunidad se presentó hasta que en una ocasión fueron a reclutar estudiantes para algunas actividades físicas. Eligieron a mi prima y ella me pidió acompañarla, ahí empecé a ver lo que hacían y supe que la halterofilia era lo mío, aun cuando la entrenadora me vio muy delgada y me propuso practicar lucha
, recordó.
Pese a su complexión física, nunca me rajé
. Aferrarse fue parte de su fortaleza. Incluso, después la entrenadora iba a buscarme, porque decía que me veía talento, y eso me motivó. Así empecé a ganar competencias y fue cuando el CODE, un año después de haber empezado, me descubre
.
Aunque hasta la fecha le siguen diciendo que es muy flaquita
, considera que en el presente no hay un fenotipo ideal en la disciplina, incluso cuando hay competidoras mucho más robustas en su categoría (59 kilogramos).
Tal vez antes sí había un cuerpo idóneo para cada categoría, hoy hay varias atletas con la misma complexión que yo.
En la actualidad, la jalisciense se ubica en la décima posición del ranking olímpico, última que otorga una plaza directa a París 2024. Una competencia la separa de garantizar su pase. Es una revancha que tiene pendiente, luego de una lesión en la cadera que no le permitió estar en Tokio 2020.
Saber que pude estar en Japón y que por una cuestión ajena no lo logré, me dio para abajo. Ahí empecé a cuestionar si había valido la pena perderme todas las etapas de mi hija. Me estaba haciendo daño sicológico y fue difícil, porque mi cabeza me hizo recordar los momentos en que no vi a mi pequeña caminar por primera vez o cuando no me tocó escuchar sus primeras palabras. Empecé a reprochar todo. Necesité de mucha gente para salir de esa crisis.
En el Campeonato Mundial de Tailandia, a celebrarse del 31 de marzo al 11 de abril, es la oportunidad de la mexicana de hacer realidad su primera aparición en unos Juegos Olímpicos. Para lograrlo, la medallista centroamericana deberá mantener o superar la marca que consiguió hace un año en el Grand Prix de La Habana, donde cargó un total de 223 kilogramos. Dicho resultado la sostiene en la lucha para meterse entre los 10 mejores registros de su división.
La tricolor Dafne Guillén también se encuentra en la pelea por un boleto.