Lunes 18 de marzo de 2024, p. a31
Para el octavo festejo del serial de reapertura de la Plaza México la empresa decidió ofrecer un cartel de rejoneadores y forcados que convocó a poco menos de 20 mil espectadores. Partieron plaza el español Andy Cartagena (43 años, 28 de alternativa, con tres corridas y cinco orejas en lo que va de 2024) y los mexicanos Emiliano Gamero (41 de edad, 13 de matador, un festejo y tres orejas este año) y Fauro Aloi (26, cumplirá dos de matador el próximo 2 de abril, cuatro corridas y seis orejas), y los grupos de forca-dos de Alcochete, Portugal, Amadores de México y de San Luis Potosí.
Si la sensibilidad de Federico García Lorca advertía que a los toros se va a gozar sufriendo
, transcurrido casi un siglo, por esos caprichos de empresas, ganaderos, figuras y autoridades, la bravura de las reses permite, más que el gozo emocionado,la diversión y el esparcimiento, pues el invocado encuentro sacrificial no sólo se ha vuelto menos equitativo, sino que los sectores citados confundieron emoción con distracción.
En el caso de los rejoneadores, más que gozar sufriendo, el público va a divertirse esperando, y eso, a veces, dependiendo de la mayor o menor bravura de unas reses despuntadas capaces de acometer a unas cabalgaduras de gran alzada y disciplinada doma. El caso de los forcados es particularmente interesante, ya que no reciben sueldo alguno y eran centenaria tradición exclusiva de Portugal hasta que unos mexicanos, faltaba más, empezaron a impulsar en México la creación de grupos nacionales que lograron imprimir un sello propio al arte de pegar toros bravos, gracias a la receptividad, valor y afición de varios jóvenes.
La tarde de ayer en la Plaza México tres grupos de forcados, dos nacionales y uno portugués, se disputaron La Forca de Oro, especie de horquilla colocada en el extremo de un palo con el que antiguamente los mozos de forcado defendían el palco real, pero que del siglo pasado para acá consiste en pegar o sujetar e inmovilizar a cuerpo limpio al toro del rejoneador que lo permita. Hace 20 años el Grupo de Forcados Mexicanos tuvo la satisfacción de presentarse en la Plaza de Campo Pequeño, en Lisboa, convirtiéndose, además, en los primeros forcados extranjeros que actuaban en suelo portugués. La presea en disputa quedó en manos de los forcados de Alcochete, que con el primero de la tarde realizaron una limpia y coordinada pega al primer intento.
El hispano Andy Cartagena, con el mejor lote, perdió la oreja de este toro por pinchar. Se superó con su segundo, en el que primero saltó un remedo de espontáneo y luego surgió de una barrera un cantaor a cuya voz el jinete puso a bailar a su cabalgadura. Bien padre. Los portugueses lograron otra buena pega, el jinete volvió a dejar un pinchazo antes de acertar con el rejón de muerte y se le concedió una oreja.
Emiliano Gamero poco pudo hacer con su primero y el forcado de cara de los Amadores de México se llevó una cornada en el cuello. Lo más espectacular vendría con el bravo Recuerdos, de 499 kilos, que embistió de principio a fin y permitió a Gamero desplegar todo su repertorio, por lo que el jinete empezó a incitar al público para que pidiera el indulto del astado, que a la postre fue concedido entre división de opiniones. Vuelta con los forcados y con los ganaderos de La Estan-cia y nueva apoteosis.
El joven Fauro Aloi pechó con un pésimo lote y apenas pudo lucir su cuadra y sus dotes de caballista concentrado y comprometido.