Viernes 8 de marzo de 2024, p. a10
Los casos de Jennifer Hermoso y Dani Alves son los ejemplos más significativos de los avances y obstáculos que aún existen en la sociedad para enfrentar los abusos y violencia que viven las mujeres. La española Coral Herrera, escritora especializada en temas de géne-ro y doctora en humanidades, señaló los contrastes entre ambos incidentes al indicar que uno refleja impunidad y otro valentía.
“En España ha salido un caso muy parecido al de Alves, en el cual el victimario tuvo que cumplir una pena de 12 años, al brasileño le han puesto la mínima. Eso envía un mensaje de impunidad, ‘qué barato’ sale violar, siendo famoso. Y lo de siempre, la culpabilización de la víctima”, indicó Herrera en entrevista con La Jornada en su visita a México.
Hace años nos hubiéramos conformado con una sentencia que lo condenara a cárcel, porque antiguamente los hombres con poder no pisaban la prisión, ahora creo que tenemos derecho a pedir más.
Alves, quien fuera el jugador más laureado, fue sentenciado a cuatro años y medio de prisión por agresión sexual a una mujer en diciembre de 2022. La pena se impuso bajo la ley española Sólo sí es sí
, en la cual se da valor al consentimiento; no obstante, se determinó el castigo mínimo para este delito bajo una legislación anterior a los cambios en abril de 2023, al haber pagado un atenuante
de 160 mil dólares.
En contraste, Herrera reconoció el valor de Hermoso y de las ju-gadoras de la selección de España, campeonas del mundo, al enfrentar a una cúpula de poder, después de que el ex presidente de la Real Federación Española de Futbol, Luis Rubiales, besó a la mediocampista sin su consentimiento en el Mundial 2023.
“Jenni es justo la otra cara. Se enfrentó a los hombres más poderosos de España, donde la política no se hace en el Parlamento, sino en el palco del Real Madrid. Cuando ella decidió denunciar, me sorprendió que todas las jugadoras la arroparon, aunque recibieron presiones, chantajes y amenazas.
La reivindicación de la selección femenil española partió de una exigencia obrera, al pedir un salario mínimo, apoyo por enfermedad y maternidad. Jenni y sus compañeras le han dado un horizonte de esperanza a las niñas. Todos tenemos derecho a pedir un trato digno. Es demostrar que si te unes, sí se puede
, señaló Herrera.
Rebelión contra el machismo
Ambas situaciones revelan una normalización de la violencia y de abusos, temas que ha estudiado Herrera con alternativas y que apelan a la empatía, las nuevas masculinidades y el mito del amor romántico como herramienta de poder.
“Me gustaría tanto que los hombres empezaran a rebelarse contra la violencia machista. Nosotras nos incorporamos masivamente al mercado de trabajo, ahora ellos deberían hacerlo al sistema de cuidados. Creo que la clave del cambio está en compartirlos.
La neurociencia también lo está demostrando, cuando aprendemos a cuidarnos a nosotros mismos y a los demás, nos relacionamos mejor con el mundo. Necesitamos que los hombres tomen conciencia. Mucha gente todavía desconoce las violencias que ejerce.