Miércoles 6 de marzo de 2024, p. a12
El pasado 26 de febrero, Gabriela Agúndez por fin respiró con alivio. Convertirse de manera oficial en seleccionada olímpica le quitó un peso de encima a la clavadista, quien a partir de entonces desechó cualquier inquietud de su mente para concentrarse de lleno en su preparación.
Tengo mis dos lugares bien ganados, me siento muy contenta, miro atrás y no ha sido fácil con el tema del retiro de becas. Tuvimos que obtener el recurso para ir a competir y es por eso que el verme en la lista clasificada, me hace sentir muy orgullosa
, compartió la deportista, quien competirá en las pruebas de plataforma individual y saltos sincronizados.
Como medallista olímpica, Agúndez percibía 41 mil pesos de beca mensual por parte de Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) hasta diciembre de 2022 y sus otros ingresos provenían de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ya que forma parte del Ejército en el rango de cabo, agregando un estimado de 13 mil 400 pesos al mes. Tras los problemas legales de su federación, la sele-ccionada se quedó con el apoyo más pequeño, aunque después agregó patrocinadores que han cobijado su fogueo internacional.
Me siento orgullosa de que no quitamos el dedo del renglón, le hemos puesto corazón. Nuestro entrenador Iván Bautista tiene todo muy bien planeado para los próximos meses, competiremos en la Copa del Mundo de China y probablemente en la de Alemania.
Agúndez consiguió bronce en la plataforma de 10 metros sincronizados en los pasados Juegos de Tokio junto a Alejandra Orozco, aunque su historial ganador empezó desde los 14 años en los Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, repitiéndose en 2018 en Barranquilla y en los Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, así como en los Panamericanos de Lima en 2019.
Mi trayectoria está inspirada en grandes mujeres deportistas como Paola Espinosa, María Espinoza y mi compañera Ale. Me visualizo con otra medalla, haciendo historia y eso lo conseguiré levantándome todos los días a entrenar y superándome a mi misma
.
Entre los 14 y 15 años, Agúndez comenzó a experimentar los cambios físicos propios de la adolescencia; transformación que una atle-ta de alto rendimiento vive con gran intensidad.
En el contexto del Día Internacional de la Mujer, la clavadista compartió los principales dificultades con los que se ha enfrentado.
Uno de los mayores retos es el físico, nos dicen como mujeres que debemos cuidarnos, hacer más dieta, tener un régimen más estricto, mientras los hombres pueden comer de todo, nos han metido a la cabeza que necesitamos estar bien en todos los aspectos. Cuando tenía entre 14 y 15 años mi cuerpo comenzó a cambiar, batallé hasta los 17, y lo complicado viene cuando no te mantienes en condiciones óptimas porque lo necesites, sino para que no te digan nada
, compartió la multimedallista.